Simplemente la vida del pequeño Louis y su amado alfa, Harry.
O donde Louis es un risueño, bonito y tierno omega que adora las burbujitas, los conejitos y biberones con leche de vainilla calientita, siendo mimado y protegido por su adorado alfa.
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10:00 a.m
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-Recuerda decirme si te sientes mal estando en el consultorio para poder atenderte, amor.— dijo Harry masajeando la cabecita del omega con el shampoo entre sus dedos— No importa si estoy en consulta, si me necesitas sólo abre la puerta y haré un espacio para mi niño, ¿entendido?.— preguntó sonriendo enternecido cuando Louis asintió y formó un piquito en sus labios rositas, pidiendo un beso en silencio que recibió a los pocos segundos.
El alfa había despertado hace ya varias horas a comparación del omeguita quien estaba recién levantado y ya dentro de la tina, recibiendo un baño caliente y dejándose lavar por el rizado quien lo hacía con tanta calma y delicadeza para brindarle nada más que paz y tranquilidad al chiquillo en estos momentos difíciles por los que está pasando, además, era hora de regresar a su rutina diaria, por lo que no quería estresarlo ni mucho menos irritarlo por el apresurado ajetreo de volver a sus actividades cotidianas.
-¿Qué te gustaría desayunar, bebé? Para mi hice un omelette con verduras más temprano y te preparé uno a ti también.— dijo mientras se acomodaba en el pequeño banquito en el que estaba sentado frente a la tina para quedar a la altura— Pero si tienes antojo de otra cosa, entonces puedo hacerla, no hay problema.— terminó reposando sus antebrazos desnudos sobre sus rodillas que ya eran cubiertas por un pantalón de vestir, siendo la única prenda que le cubría pues había decidido colocarse la camiseta después de bañar al menor y evitar quedar todo empapado.
-Yo quiero huevito también, alfita, tú cocinas muy rico para mi.- balbuceó jugueteando con la espuma que llenaba la tina, frunciendo su naricita cuando sentía una extraña comezón sin en realidad poder notar la bolita de espuma que había en ella.
-Bueno, no soy el mejor en la cocina pero me esfuerzo lo suficiente para alimentar la pancita de mi lindo omega y tenerlo satisfecho.— rió enternecido acercando su dedo índice a la naricita de botón del omega para limpiarla de un movimiento— Además adoro como termina algo abultadita después de cada comida que das, luces diez veces más tierno.— halago tomando un vasito en una de sus manos para recoger agua de la tina y rociarla sobre la cabecita de Louis ligeramente.
El chiquillo cerró sus ojitos cuando el agua cayó por su carita, haciendo trompetillas con su boquita que hacían gotitas salir volando en una brisa que le provocaba reír y alegraba el corazón del alfa, quien aunque no esperaba verlo tan risueño como siempre, le alegraba que a pesar de las circunstancias el menor siguiera riendo y tomándose el tiempo para despejarse.
-Iré por tu ropa, amor, termina de enjuagarte.- avisó levantándose de su lugar mientras limpiaba con cuidado los ojitos del chiquillo con ambos de sus pulgares, despejando sus húmedas pestañitas de cualquier rastro de jabón que pudiera lastimarle.
-Mhhh no, n-no...- se quejó con un pucherito estirando sus bracitos hacia Harry quien ya se había encaminado a la puerta, intentando levantarse dentro de la tina con algo de dificultad para poder ir con él.
