Desde que Louis había entrado sin aviso a la vida de Harry, todo había dado un giro de 360 grados.Los primeros meses fueron los más difíciles para ambos, sin embrago, Harry no se atrevía a comparar sus sentimientos con los del pobre omega.
Primer mes juntos...
☁️
Harry se encontraba encaminándose una vez más en medio de la madrugada a la habitación donde dormía el omeguita, el sueño desapareciendo por completo de él cuando escuchó los ahora conocidos gimoteos que habían comenzado a despertarlo todas las noches.
Desde que Louis durmió por primera vez en el departamento de Harry, que ahora también era suyo, no ha habido noche en la que pueda conciliar el sueño sin tener esas horribles pesadillas que lo atormentaban y lo hacían chillar aterrado entre sueños.
El alfa prefería un millón de veces ser despertado por algunos ronroneos, por algunas manitas traviesas que jugaran por su rostro porque el pequeño omeguita no tuviera sueño, o tal vez con su cabello siendo estirado en algún peinado extraño que el menor se estuviera esforzando en hacer...no por un llanto que le quebraba el corazón un poco más entre cada lágrima que soltaba. Detestaba que su omega se sintiera así, lo quería ver tranquilo aunque fuera durmiendo, de todas formas, él sabía que si juntos trabajaban en la paz de ambos, podrían lograrlo. Amaría tanto a ese lindo ser que lloraba por él, por sentir sus brazos envolverlo y su aroma besarlo.
Harry llegó a la habitación, abriendo la puerta con cuidado para encontrarse al omeguita de la misma forma en que lo ha encontrado la mayoría de las noches anteriores.
Estaba en el centro de la cama perdido entre tantas mantas que prometían guardar un agradable calor. El mismo que era ahuyentado para sólo dejarlo helado cuando la misma pesadilla que lo mostraba a él en medio de un oscuro y grande cuarto aparecía. Sentía que los golpes que su padre le daba y los maltratos de su madre en sus sueños, los estaba recibiendo en realidad, pudiendo casi percibir el ardor por lo largo de su pequeña anatomía cada vez que el material de piel del familiar cinturón se azotaba contra su suave y sensible piel, escuchando los reclamos de que había arruinado las generaciones de alfas que había conseguido su familia desde hace años, siendo un omega inservible como se lo repitieron mil veces y más.
-Cachorro...- susurró Harry sentándose en el borde de la cama, justo a un lado del tembloroso y chillante niño.
Si algo había aprendido desde que las pesadillas comenzaron, fue a mantener la calma, a repartir dulces caricias que poco a poco hacían que el cuerpecito del omega dejara de tensarse en medio de su sueño donde algunas veces al tranquilizarse volvía a dormir sin la necesidad de antes haber despertado, a diferencia de esas otras ocasiones donde las caricias no eran suficientes para relajarlo y de todas formas despertaba exaltado buscando por la protección del alfa que siempre estaba a su lado en esos momentos que lo asustaban tanto.
-Despierta bonito... vamos.- susurró de nuevo Harry, pasando su mano por toda la espaldita del omega en una caricia suave que solo buscaba brindarle calma y protección de alguna manera.
Verlo ahí hecho bolita de costado lo ponía tan mal...con sus piernitas oprimidas hacia su pecho junto con sus manitas hechas puño, sus ojitos tan apretados que parecía poderse ocasionar daño él mismo, al igual que su ceño fruncido y el pucherito adornando sus delgados labios, su rostro colorado que solo delataba pavor y mejillas mojadas por los rastros que las lágrimas comenzaban a dejar.
-M-mami... n-no- murmuró Louis entre sueños, seguido de más palabras sin coherencia que salían disparadas de su boquita al mismo tiempo que se removía inquieto y pataleaba con sus piernitas.
ESTÁS LEYENDO
Vanilla Milk
RomanceSimplemente la vida del pequeño Louis y su amado alfa, Harry. O donde Louis es un risueño, bonito y tierno omega que adora las burbujitas, los conejitos y biberones con leche de vainilla calientita, siendo mimado y protegido por su adorado alfa. 🧸...