Ojitos ocultos

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-Amor, es mi celo bebé

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-Amor, es mi celo bebé... ¿Quieres que la tía gemms venga por ti?.- preguntó Harry entre jadeos, intentando controlar su respiración mientras salía del nidito de su niño.

-N-no, yo me quedo contigo, alfita.- dijo Louis aún sentadito entre las sábanas, viendo a su alfa caminar de aquí a allá por toda la habitación. Parecía un leon enjaulado.

-¿Seguro, Lou?, si no quieres puedo llamarla para que venga por ti, no importa amor, no me voy a enojar.- preguntó de nuevo Harry queriendo asegurarse de que su omega estuviera cien por ciento seguro de querer ayudarlo en su celo.

-S-Si... mhh calor.- se quejó removiéndose entre las telas que estaban comenzando a hacerlo sudar. Además empezaba sentir la parte de abajo de sus muslitos húmeda junto con sus braguitas.

-Probablemente tu celo se sincronice con el mío cachorro, por eso quiero que estes muy seguro de querer quedarte, amor. La tía gemms puede cuidar de ti por este día mientras pasa tu celo.- insistió el alfa. Ya han pasado celos como estos juntos, sin embargo, siempre se asegura muchas veces de que su omeguita quiera quedarse pues aunque estaba seguro de que no le haría daño de ninguna manera, no quería asustarlo tampoco.

-Y-Yo si quiero, q-quiero quedarme, Hazzie.- dijo con su vocecita tornándose un poco más aguda de lo habitual. Se pasó sus manitas por sus piernitas, arañándolas con sus uñitas cuando las comenzó a sentir adormecidas, dejando caminos irritados entre cada rasguño.

-No, cariño, te estás lastimando. Ven... ¿Cómo te sientes, bebé?.- preguntó una vez que lo sacó del nidito, dejándolo paradito en el suelo para comprobar que sus piernitas temblaban mientras él lo sostenía de su pequeña cintura y sentía sus manitas apretarse en sus antebrazos.

-M-me duele... mhhh.- dijo con un pucherito en sus labios y sus ojitos nublándose por las lagrimitas que amenazaban con escapar.

Harry hacia su mayor esfuerzo por controlar los gruñidos que guardaba amontonados en su pecho, con sus rizos alborotados, torso desnudó y brillante por la capa de sudor que ya cubría gran parte de su anatomía. Su respiración agitada deleitándose con las dulces feromonas que su omega comenzaba a soltar, además del aroma a su lubricante que pronto llegó hasta su nariz haciéndolo rugir hambriento.

-P-porfavor...- susurró el omeguita parándose de puntitas para hacer que su alfa lo cargara.

-Tranquilo, voy a aliviarte, amor.- murmuró Harry tomándolo en brazos para encaminarse a la cama, recostándolo con cuidado en el centro de esta.

Le quitó con algo de prisa las prendas que lo privaban de deleitarse con la preciosa anatomía de su omega, bajando sus braguitas por lo largo de sus regordetas piernitas y lanzándolas a algún lugar de la habitación.

Louis se retorcía en la cama mientras se dejaba hacer por las manos de su alfa, abriendo lo más que ponía sus piernitas cuando la estorbosa tela que cubría su intimidad fue a parar al suelo.

Vanilla MilkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora