35.

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— ¿Qué? —Preguntó ella, con el ceño fruncido.

—Me dijiste que no querías niñeras en casa, así que llevaremos a Sarah a una guardería, quiero estar contigo a solas. 

Ella asintió y se acurrucó en su hombro. No quería que nadie cuidara de su bebé, pero tenía que ser realista, no podía hacerlo todo con la niña.

Al otro día, justin decidió llevarla al trabajo, pero antes de tomar la autopista, la llevó hasta una guardería, era linda, no podía negarlo, pero aún seguía teniendo sus dudas. Sarah apenas podía alzar la cabeza unos momentos, ni siquiera gateaba. 

— ¿No crees que está muy pequeña? —Preguntó, desconfiada.

—No vamos a empezar con lo mismo, de nuevo.

Ella asintió y miró a su bebé. No estaba lista para pasar muchas horas sin ella, Ni para que otra persona la cuidara. 

El local era grande, había muchos bebés, el personal era muy calificado, la chica que le estaba dando el paseo por el lugar le explicaba todo el programa, y el horario que tendían los pequeños niños.

—Yo pasaré por ella, así puedes volver tranquila del trabajo. La estarías viendo en eso de las seis de la tarde nuevamente —Le aseguró justin. 

Nirvana asintió, Pareciendo satisfecha, aunque no lo estaba. —Es hora de dejar a Sarah —le recordó él.

Ella observó a la chica que extendía sus manos hacia ella, nirvana miró a justin, unos segundos y luego respiró hondo. —Nos vemos en un rato, bebé —le dijo, dándole un beso en la mejilla y entregando a la niña. 

Siendo sincera no se concentró mucho en el trabajo, extrañaba a su hija, extrañaba estar con ella todo el tiempo, aunque estaba más libre, de igual forma no prefería que estuviera en brazos de otra persona, que no fuera ella o Justin. — ¿Te pasa algo? —Preguntó Omar, al ver su cara.

—Sarah está en una guardería —respondió, como si eso explicara todo.

— ¿Por qué no puedes traerla aquí? 

—Para que pueda ser más libre, supongo.

Omar sonrió. —Esa decisión no la tomaste tú ¿Verdad?

Nirvana suspiró. —No, lo hizo justin.

—Como siempre —respondió y se fue.

¿Por qué él siempre tenía que tener la razón? Era incomodo, la dejaba como una gran tonta. Justin lo hacía por el bien de ambos, él quería lo mejor para la niña. ¿Verdad? 

Cuando llegó a casa, encontró al bebé en brazos de su padre, los abrasó a ambos y sonrió. Cuando estaba con ellos, olvidaba todo lo malo. Lo olvidaba todo. — ¿Estás cansada? —Le preguntó justin, rodeando su cintura. Ella negó, tomando en brazos a Sarah y caminando con ella hacia la habitación. 

En los demás días fue más de lo mismo, llegar a casa y encontrar a Sarah con justin, había estado bastante ocupada, así que pasaba pocas horas en casa, la relación con Omar había mejorado un poco, pero aun así a veces se notaba la tensión entre ellos. 

Estaba teniendo un día complicado, había tenido que soportar a Irene, la cual fue al trabajo a visitar a Omar, y como por desgracia sus oficinas estaban prácticamente unidas, tuvo el maldito placer de escuchar todo lo que decía Irene sobre ella. 

Frotó su sien varias veces y respiró hondo, mientras aparcaba en casa, observó la misma Ford roja, que estaba estacionada ahí desde hacía semanas, era extraño, era nueva y nadie la usaba ¿Quién compraba un auto nuevo para dejarlo aparcado? Miró su reloj, apenas eran las cinco. Estaba en casa más temprano de lo habitual, entró en la sala y escuchó voces, una era de justin, pero la otra no era precisamente de él, era una chica.

Caminó hasta la cocina y vio a una chica con un uniforme rosa, riendo a carcajadas, justin estaba sentado junto a Sarah y también reía. — ¿Qué está pasando aquí? Preguntó Nirvana, frunciendo el ceño. 

Amor Destructivo II (Disponible en físico & PDF) Links en bio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora