7.

1.5K 66 0
                                    

—Vamos justin, empezó a decir exasperada. — ¿Qué pierdes yendo tú solo? Eres el presidente, tú eres el que debes estar ahí no yo. 

— ¡Maldita sea, Nirvana! Gritó justin enojado. —No vas a ir a esa maldita fiesta. ¿No lo entiendes? Estarás esa noche conmigo, no puedes moverte, no dejaré que vayas ahí sola. Te puede pasar algo. Olvídate de todas esas personas. 

Ella se mordió el labio porque sentía tanta rabia que si no respiraba hondo y contaba al menos hasta veinte iba a explotar. —Claro, empezó a decir parándose de su asiento. —Como tú no sabes lo que es no tener dinero no sabes a lo que me refiero ¿No? preguntó señalándolo. — ¿Qué vas a saber tú de trabajar largas horas para obtener un maldito sueldo miserable que no te alcance para hacer una maldita compra por un mes en un supermercado? ¿Qué sabes tú de ver solo en las películas que el día de navidad recibes regalos? ¿Qué sabes tú de no tener una maldita cena navideña? ¿Cómo diablos lo vas a saber? Si lo único que has hecho es ganar dinero controlando a las demás personas, tú no haces el maldito trabajo, tú no eres el que tiene que sembrar y recoger cosechas, estar todo el día en medio del sol y solo descansar algunas horas en la noche. ¡No lo sabes! Y no lo sabrás nunca, tú lo tienes todo, justin.

— ¡¿Por qué de repente te interesa toda esa maldita gente?! Le gritó él parándose bruscamente de su asiento. 

— ¡Porque yo fui uno de ellos, imbécil! Le gritó aún más fuerte. —Yo sé de lo que hablo, y también sé que todos los empresarios que estarán en la empresa tendrán una maldita cena de navidad cuando lleguen a sus hogares pero esas personas de la comarca, no. Ellos solo están esperando por esto y no les voy a fallar. Lo siento. 

—No nirvana, lo siento yo por ti, le dijo él bajando el tono de voz. —Lo siento, no tengo que ver con su destino, tal vez viviste una vida miserable pero ya no lo haces, ahora eres mi esposa y tienes todo lo que quieras. Puedes ir a donde quieras. ¿Entiendes eso? No me opongo a que quieras ayudar pero deja de creer que vas a salvar al mundo, porque cada día habrá más y más pobreza y aunque te duela… Yo no soy el culpable de esa situación… Ni tú tampoco. 

—Vamos a tener a una niña, y me encargaré de que ella no pase por lo que tú pasaste aluna vez. Porque yo te amo, y amaré a Sarah por igual. No te metas demasiado en esto, no puedes ni podrás salvar a todos de la miseria. Necesito que entiendas eso. 

Nirvana cerró los ojos mientras dejaba que las lágrimas arroparan sus mejillas. —Ni siquiera sé si merezco todo esto, dijo con la voz entrecortada. 

—Tal vez solo fue suerte. Le dijo justin. —Si yo no te hubiera encontrado tal vez ahora mismo estarías prostituyéndote para poder comer. Pero fue tu suerte, princesa. Y deberías estar agradecida porque perteneces a ese por ciento que salió de la pobreza. 

—Yo los quiero ayudar, Justin. Le dijo entrelazando sus dedos con los de él. —Déjame hacerlo, déjame sentirme útil para ellos. Por favor, le rogó. 

Él la envolvió entre sus brazos y besó su frente. —Hey, tranquila… No llores, si quieres ayudarlos está bien. Nos vamos a dividir, tú irás a la comarca y yo trataré de salir temprano de la fiesta de la empresa e iré por ti. ¿Bien? 

Ella sonrió mientras dejaba que nuevas lágrimas salieran disparadas de su rostro. —No sabes cuánto te amo, amor, le dijo acurrucándose en su pecho.

—Solo prométeme una cosa. 

—Lo que quieras, respondió mirándolo.

—Te vas a cuidar y cuando me refiero a cuidarte hablo de que no harás nada estúpido. ¿Entendido?

—Entendido, respondió poniéndose de puntitas y le daba un suave beso en los labios. 

Y el día empezó bastante mal porque estaba lloviendo. Se había despedido de justin hacía tan solo unos minutos y esperaba un taxi en la entrada del edificio. Augusto pasaría la navidad con su familia así que no tenía a nadie quien la llevara, además ella no podía conducir, su barriga era tan grande que chocaba con el guía del vehículo. Hizo una mueca de desagrado al recordarlo.

Se la pasó recibiendo llamadas de Omar, al parecer todo iba bien, pero la cena navideña no iba a poder ser al aire libre como lo habían planeado, sino en el primer piso de la empresa. —Me alegro de que tengas todo bajo control, ya estoy aquí. Voy a entrar. Dijo y colgó. 

Le pagó de más al conductor y cuando éste pretendía devolverle el dinero que sobraba ella negó y le sonrió. —Feliz Navidad. Le dijo y corrió dentro de la empresa para evitar mojarse.

La navidad se sentía en el aire, todo en esa época era más bonito que de costumbre. Se quitó los guantes que llevaba y los metió en su bolso. Apenas eran las tres y parecía como si fuera de noche debido al gran diluvio que caía. —Te ves hermosa, le dijo Omar al verla. 

Y sí, se lo creía. Llevaba un vestido negro y zapatos planos rojos, en combinación con sus accesorios. —Tú también. 

El evento estaba pautado para las cinco, pero como aún faltaban muchas cosas por organizar lo habían pospuesto hasta las seis, que era la misma hora en la que empezaba la fiesta en la empresa de Justin. Habían puesto una mesa larga con todo tipo de comidas y bebidas, y finalmente cuando le indicó al hombre de seguridad que abriera la puerta sintió una gran satisfacción al ver a todas las personas que se habían aglomerado afuera con sombrillas para ser parte del evento.

Todo transcurrió entre risas y se sintió más que feliz cuando vio a todos los niños recibiendo luego de la cena los regalos que le habían comprado, realmente no podía explicar lo que actualmente sentía en su interior, era ese algo que la hacía llorar de emoción, ese algo que la hacía pensar que estaba haciendo las cosas bien, ese algo que la hacía feliz.

Acarició su gran panza, ya que aunque se sentía feliz porque todo había salido bien también estaba cansada. Demasiado para admitirlo. Ni siquiera había probado algo de lo que habían preparado. Estaba tan concentrada en que todo saliera bien que las ganas de comer se habían esfumado. Revisó su celular, y se dio cuenta de que tenía llamadas perdidas de lucía y un mensaje. 

“Creo que te gustaría ver esto”

OH-OH....

Amor Destructivo II (Disponible en físico & PDF) Links en bio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora