68.

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Cerró los ojos y justo cuando pensaba que se había quedado dormida, escuchó que la puerta se abría, todo adentro estaba oscuro, otra persona podría pensar que podía ser cualquiera de los pasajeros del avión, pero no ella. Donde quiera que estaba reconocía el olor de Justin. 

Sintió que la cama se hundía, respiró hondo. Estaba tan cansada de pelear, él se acostó a su lado y también respiró hondo, Nirvana pensó por un momento que él solo dormiría pero no, se había equivocado. Justin la atrajo más contra su cuerpo. — ¿Que estamos haciendo? —Preguntó él en tono bajo—. Se supone que el viaje debe unirnos. 

—Necesito que me quieras por lo que soy y no por lo que quieras que sea... Lo merezco. 

—Yo te amo —dijo él besando su mejilla—. Lo sabes.

—No puedes pretender que estaré en una caja de cristal solamente esperando por ti, yo no soy la mujer que tú necesitas, Justin. Yo no soy el tipo de mujer plástica, yo soy real. Necesito que me dejes ser yo misma. Necesito que me ames por eso que soy —dijo sintiendo que las lágrimas se apilaban en sus ojos. 

—Lo siento —lo escuchó decir—. Oh, maldita sea, no llores, voy a dar todo el dinero que quieras, si quieres en Noruega buscamos cualquier fundación y te haré un cheque gigantesco para que lo entregues ¿Si? 

Justin acarició su cabello. — Tienes que entender que no crecí como tú lo hiciste, amor. No conozco otra forma de hacer las cosas. 

Nirvana extendió su mano y acaricio su rubio cabello. —Vamos, yo también lo siento, no puedo obligarte a regalar el dinero que tú has trabajado. Es tu dinero.

Él gruñó, se acercó a ella y la besó tiernamente. —Es también tu dinero, y no me importa dártelo, si eso te hace feliz yo lo haré. 

Nirvana se acercó a sus labios y lo besó, sintió las manos de él recorrer todo su cuerpo, apretar sus senos, descender por su cintura y meterse lentamente por sus bragas.

Ella temía gemir. Es decir, ¡Estaban en un avión! En una habitación bastante pequeña, y había personas afuera que los escucharían. Trató de sacar la mano de Justin, pero él empezó a frotar sus pliegues. ¿Por qué diablos él le hacia la situación tan difícil? 

—Para —susurró, pero siendo sincera sabía que la única forma de que él se detuviera sería cuando ella se corriera. Estaba tan húmeda. Diablos, encenderse tan rápido no podía ser normal. 

Ella lo pegó más contra sus labios por la nuca. Sus lenguas danzaban dentro de sus bocas. Su forma de besar era malditamente adictiva, gimió al sentir sus labios haciendo magia, y sus dedos llevándola a otra dimensión mientras se introducían en ella. 

—Justin... —susurró cuando se separó de sus labios para tomar aire—. Te amo —le dijo besando su cara, porque maldita sea, lo hacía. 

Él sonrió moviendo sus dedos de forma rápida dentro de ella, nirvana echó la cabeza hacia atrás y gritó mientras se corría, su feminidad quedó palpitante y su respiración estaba desnivelada. Apretó los ojos con fuerza y respiró hondo. 

Vio a Justin sacar sus dedos de dentro de su feminidad y luego llevarlos a su boca y chuparlos, eso hizo que su cara estallara en un rojo intenso. —Ya casi llegamos, descansa —le dijo subiendo sus leggins y dándole un beso en los labios—. Yo también te amo —dijo antes de salir de la habitación. 

Nirvana miró al techo y no evitó sonreír como idiota. Lo amaba, lo amaba muchísimo pensó tocándose los labios. Sinceramente odiaba que él consiguiera tomarla tan fácil. Al menos debería tratar de poner resistencia. 

Después de abrigarse tomó a Sarah, la cual estaba sentada en la cuna mirándola con ojos triste. Rápidamente la puso en el suelo y sonrió al ver como Justin la observaba dar lentos pasos hasta él. —Ven aquí, princesa —le dijo alzándola en sus brazos y llenándola de besos. 

Amor Destructivo II (Disponible en físico & PDF) Links en bio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora