34.

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Nirvana volteó para encontrar a Justin mirándolo de forma asesina. —Repite lo que dijiste —lo retó. 

—Será un verdadero placer —dijo Omar.

Nirvana se acercó a justin y lo observó. —Por favor... —le rogó. Él enfocó su vista en ella y la abrasó, dándole un beso en la frente. —Ve al auto. Nos vamos. Te prometo que no voy a pelear. 

Ella asintió y lo obedeció, fue por Sarah y caminó hacia el ascensor, trató de quedarse más tiempo para poder escuchar pero ambos hombres miraron en su dirección y no le quedó más remedio que encerrarse en el ascensor y descender hasta el sótano. 

Caminó hasta el vehículo y escuchó cómo se desbloqueaba, miró hacia atrás y vio a justin caminar hacia ella, tomó a la niña en sus brazos y la aseguró en el asiento para bebés en la parte trasera. — ¿De que hablaron? —Le preguntó nirvana, una vez dentro del vehículo.

Él puso cara seria y no respondió su pregunta. Ella desistió, sabía que no le iba a decir nada. 

La llevó a casa, y pretendía despedirse de él pero lo vio desmontarse, tomar a la niña y subir con ella a casa. —Iré a trabajar en unas horas —dijo él, como si supiera exactamente lo que estaba pensando.

Ella sintió un poco desconfiada, llevó a Sarah hasta su cuna y empezó a desvestirse, vio a Justin entrar a la habitación y acercársele, él posó sus manos en su cintura y la atrajo hacia él. —He tenido ganas de estar contigo desde esta mañana. 

Ella trató de detenerlo, ya que la niña estaba en la misma habitación, pero él tenía otros planes, la empujó hasta la cama y ni siquiera la desnudó, simplemente le bajó las bragas y él bajó un poco sus pantalones. 

Nirvana se mordió le labio, era cierto que estaban saltando toda la parte de la seducción, pero eso no hacía que el momento dejara de ser altamente excitante, ella abrió las piernas y cerró los ojos cuando lo sintió arrodillarse en la cama y penetrarla de golpe.

Ella gimió lo haló por la camisa, pegándolo a su cuerpo, lo besó repetidas veces mientras sentía sus embistes, apretó los ojos con fuerza y luchó pro no gritar, para no despertar a Sarah pero le fue imposible, sentirlo dentro de ella la estaba prácticamente matando. 

Gritó cuando sintió el alivio del orgasmo y continuó besándolo, hasta que él culminó unos segundos después. —Maldita sea, necesitaba esto —dijo él, tratando de levantarse, pero nirvana lo apretó con su cintura y puso ambas manos en su cuello. —Quédate —le rogó—. Un poco más. 

Ella rodó los ojos cuando escuchó el celular de su esposo sonar. Empezó a desabotonar su camisa lentamente y a darle pequeños besos en su tórax. —Necesito regresar al trabajo, cielo. 

—Yo te necesito a ti —respondió ella, liberándolo para poder desnudarse frente a sus ojos. Justin sacó el celular del bolsillo y marcó un número. —Cancela la reunión —empezó a decir y casi gimió al sentir que nirvana succionaba su pene. —No iré al trabajo hoy —dijo y colgó. 

Nirvana sonrió aún con la boca llena. "Las mujeres realmente podían lograr todo cuando se lo proponían." 

Nirvana abrió los ojos lentamente, todo estaba oscuro, tomó la camisa de Justin y se la puso, caminó hasta la sala y sonrió al ver a su esposo haciéndole caras graciosas a Sarah. Se acercó a él y se sentó a horcajadas en sus piernas, sinceramente nunca tenía suficiente de él.

Justin sonrió y la abrasó. —He conseguido una guardería para Sarah —le dijo acariciando su cuello.

— ¿Qué? —Preguntó ella, con el ceño fruncido.

—Me dijiste que no querías niñeras en casa, así que llevaremos a Sarah a una guardería, quiero estar contigo a solas. 

Ella asintió y se acurrucó en su hombro. No quería que nadie cuidara de su bebé, pero tenía que ser realista, no podía hacerlo todo con la niña.

Amor Destructivo II (Disponible en físico & PDF) Links en bio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora