161.-CAPÍTULO FINAL (EL PRÓXIMO ES EPÍLOGO) :C

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  Y esa fue la gota que derramó el vaso. Ese fue el límite de lo soportable. Nirvana se paró bruscamente del asiento. —Quiero el divorcio —dijo mirándolo fijamente.

Nirvana caminó hasta la habitación. Necesitaba acabar con la relación toxica que llevaba, necesitaba salir del amor destructivo que tenía con Justin. — ¡¿Te has vuelto loca?! —Escuchó que Justin gritaba detrás de ella.
Trató de sacar toda su ropa del closet, pero él tironeó de su brazo fuerte, haciéndola retroceder. — ¿Qué está pasando? —Preguntó bruscamente.
— ¡¿Qué está pasando?! —Preguntó gritando—. Está pasando que no puedo más. —Ella negó sintiendo que sus lágrimas mojaban sus mejillas—. Supe desde un principio que esto pasaría, sabía que no ibas a querer al niño y aun así... Yo solo... Quise buscar lo mejor para todos, quise pensar que lo amarías pero...
— ¿Me estás dejando porque no acepto al niño?
Nirvana sonrió. — ¿No te das cuenta de que me estás rompiendo el corazón en mil pedazos con todo lo que haces? Y lo siento, Justin. Pero prefiero estar sin ti, a ver a mi hijo sufrir como lo está haciendo.
Él trató de tocarla, pero ella se alejó. —Te amo demasiado... Pero no puedo elegirte por encima de él.
— ¿Qué pasa con Sarah? — preguntó él.
—Sarah entenderá. Ella ya ha vivido sin ti, sobrevivirá y será feliz, pero aquí Nicolás nunca lo será, y prefiero sacrificar mi propia felicidad antes de dejar que ese niño tenga una vida miserable.
Justin llevó ambas manos a su cabello. Su desesperación estaba a flor de piel. —Por favor... —rogó—. Por favor, perdóname.
Ella se aceró a él puso una mano en su hombro. —Está bien, Justin. No es tu obligación aceptar al niño, pero sí es la mía como madre, querer ofrecerle una vida feliz a mi bebé.
Nirvana sintió que su corazón se rompía aún más al verlo tratando de contener las lágrimas. — Lo siento —dijo ella tristemente—. No quería que esto acabar así.
—Quédate al menos esta noche, por favor —rogó abrasándola fuerte—. Por favor, Nirvana. No me dejes ahora. Te necesito.
Ella dolorosamente se despegó de sus brazos. —Me quedaré esta noche —dijo antes de salir de la habitación.
Se secó las lágrimas para evitar que los niños la vieran así, pero falló al encontrarlos tomados de la mano en la sala. Ambos se veían muy triste. — ¿Vamos a dejar a papá? —Preguntó Sarah tristemente.
—Es mejor que vayan a dormir —dijo ella poniendo una sonrisa falsa en sus labios.
Regresó a la habitación, pero en vez de ir a la cama, Salió al balcón y se sentó. Realmente se moría al dejarlo, lo amaba, quería estar con él para siempre, pero ciertas rupturas eran necesarias.
Escuchó como la puerta se abría. — ¿Nos volveremos a ir? —Preguntó Sarah, mirándola.
Nirvana respiró hondo. —Ve a dormir, amor.
—Es por Nicolás ¿Verdad? —preguntó tristemente—. Papá no deja que Nicolás se una a nosotros. Él no lo quiere.
Ella se quedó en silencio. Era tan triste ver como una niña tenía que presenciar como su hermano era dejado de lado por su padre. Justin caminó hasta la niña. —Sarah, ve a la cama.
— ¡No! —Exclamó ella zafándose de su agarre—. Esto es tu culpa. ¡¿Por qué siempre tienes que arruinar las cosas?! —Gritó antes de salir corriendo de la habitación.

**

Al otro día Justin observó a su esposa, estaba triste. Muy triste. Había querido abrasarla, besarla, estar con ella toda la noche, pero ella lo había rechazado, lo había aislado. A una parte de él lo volvía loco verla tan firme en sus decisiones, le recordaba que ya no era una niña, sino una mujer. Su mujer.
Pero la otra parte de él, se rompía de dolor al saber que ella era capaz de abandonarlo para siempre. La necesitaba, siempre lo había hecho. Ella hacía que todo tuviera sentido, ella hacía que todo su mundo se pusiera de cabeza y se enderezara.
Observó a los dos niños, los cuales estaban listos para ir a la escuela. Sarah ni siquiera lo miraba a la cara y Nicolás se mantuvo distante. Cuando aparcó frente a su escuela, dejó a Sarah salir, pero antes de que el niño saliera, cerró la puerta y volvió a subir al auto. —Tú y yo iremos a otro lado —dijo fríamente.
Anteriormente había conseguido llevar al niño sin que Nirvana se enterara a hacerse las pruebas de ADN, ahora iban de camino a buscar los resultados.
Lo cierto era que no podía controlar la repulsión que le tenía, ni siquiera soportaba verlo por mucho tiempo, mucho menos compartir su mismo espacio. Había amado el embarazo de su esposa, le había encantado verla con el bebe en sus brazos, pero cuando el niño fue creciendo y llevó los rasgos de su podrido padre, él no pudo tolerar la forma en que su madre lo miraba.
Odiaba ver como ella acariciaba al niño, como lo mimaba y le repetía que lo amaba, porque sentía que se lo decía directamente a Christopher. Sentía que el niño era un maldito intruso, que lo único que buscaba era robarle amor de Nirvana.
Odiaba cuando lo llamaba "Papá". Él no era su padre, y no estaba interesado en serlo. Era injusto que él tuviera que cargar con el niño del hombre que odiaba, y realmente no sabía qué hacer porque prefería tragarse el odio antes de perder a Nirvana, prefería fingir que al menos lo incluía en sus actividades antes que quedarse solo de nuevo.
Nicolás era el culpable de todo. Si tan solo hubiera muerto antes de nacer quizás las cosas hubieran sido diferentes, no era justo que Nirvana abortara a su bebé, y sin embargo diera a luz al niño de otro hombre.
—Sal del auto —dijo bruscamente, aparcando frente al hospital.
El niño dejó su mochila en el auto y bajó lentamente, Justin ni siquiera lo tomó de la mano para cruzar la calle, no soportaba su contacto, sería tan fácil solo dejar que un auto lo chocara, o dejarlo tirado en algún lugar sin comunicación para que no volviera a casa.
— ¿Me pincharán el brazo de nuevo, papá? —Preguntó el niño, pero Justin lo ignoró. Tenía que contenerse para no rodar los ojos cada vez que escuchaba su irritable vocecita.
Solo tuvieron que esperar unos minutos, y cuando finalmente tuvo los resultados en las manos, sintió que todo su cuerpo temblaba, el niño se sentó en el asiento delantero del auto. Ese asiento no era para niños, pero estaba muy ocupado mirando el sobre en sus manos para pelearle sobre un asiento.
No sabía que hacer si el resultado daba negativo, es decir, seguiría siendo el hijo de otro hombre y él tendría que buscar una salida para alejarlo y que Nirvana se quedara con él, tal vez mandarlo a estudiar al extranjero, o avisarle a la familia de Chris que tenían un pariente. No, definitivamente no podía tomar esa última idea, Nirvana nunca le perdonaría que quisiera entregar al niño a la familia de Christopher.
Abrió lentamente el sobre, y observó al niño, estaba cabizbajo, aunque a decir verdad siempre se mantenía de esa forma cuando estaba cerca de él. Respiró hondo y leyó lentamente el contenido.
Su respiración se atascó en alguna parte de su cuerpo al leer el resultado final. Solo confirmó lo que ya sabía: Él no era el padre del niño.
Sintió que su garganta se cerraba. —Papi... —dijo el niño lentamente mirándolo—. ¿Por qué no me quieres?
Justin pretendía darle la verdadera respuesta, pero al mirar al niño con sus ojos llenos de lágrimas, hizo que algo dentro de él se revolviera. Nicolás tenía tres años, y a la única persona que conocía como su padre era a él, y si no era capaz de aceptarlo iba a desintegrar a su familia.
Sintió que sus propias lágrimas le empañaban la vista. Miró el pequeño rostro del niño. Si su padre hubiera estado vivo, no estaría de acuerdo con lo que él estaba haciendo, no estaría orgulloso de él. Y entonces no lo pudo ver más claro. Rompió en muchos pedazos los papeles que tenía en las manos.
Al diablo con las pruebas.

Nicolás era su hijo.

—Ven aquí —dijo él extendiendo por primera vez en su vida los brazos hasta él.
El niño corrió a sus brazos y lo abrasó con fuerza, mientras lloraba. — Todo estará bien —susurró él besando su pelo negro.

**

Nirvana sintió que algo dentro de ella se rompió al escuchar las palabras de Sarah. — ¿Qué me estás tratando de decir? —Preguntó recostándose de la pared para evitar caerse.
—Papá se llevó a Nicolás —repitió la niña lentamente.
Ella observó a Augusto con preocupación, y su ceño se profundizó más al notar que él también estaba preocupado. Todos se daban cuenta de la reacción de Justin con el niño. —Está bien, Augusto. Te puedes ir —dijo despidiéndose de él.
Trató de tomárselo con calma, es decir, Justin no le haría daño al bebé ¿Verdad? ayudó a la niña con sus tareas, y trató de distraerse. La noche había caído y aun no tenía respuestas ni de su esposo ni de su hijo.
Sintió que la puerta se abría y se quedó pasmada en la sala al ver a Nicolás correr hasta ella y abrasarla. — ¡Mira lo que me compró papá! —Exclamó exaltado, mostrándole un pequeño avión de juguete—. ¡Y fui a su avión! —Gritó el niño emocionado.
— ¿Fuiste a su avión? —Preguntó Sarah sorprendida.
El niño la tomó de la mano y empezó a contarle todo lo que habían hecho. Nirvana concentró su mirada en Justin, el cual parecía estar avergonzado. Ella rodeó su cuello con ambas manos y le dio un suave beso en los labios. —Gracias —le dijo con una sonrisa—. No tenías que hacerlo, pero Gracias.
Él la abrasó. —Es mi hijo, es lo menos que puedo hacer por él.
Ella asintió con lágrimas en los ojos. —Somos una familia ahora —dijo él sonriendo.

*O* OMG OMG EL PROXIMO CAP ES EL EPÍLOGO  



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