66.

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Nirvana negó lentamente. —No quiero ir a Noruega —dijo sinceramente.

Él ahuecó su rostro en ambas manos y la besó tiernamente. —Te prometo que me voy a desconectar del trabajo y te dedicaré toda una semana, a ti y a la niña. 

— ¿Vamos a hablar de lo que realmente nos está afectando? —Preguntó Nirvana mirándolo directamente a los ojos.

—Lo prometo. Necesito desconectarme de todo y estar contigo muchos días, me hace falta. Además me he perdido de todos los progresos de mi bebé, ya sabe caminar y ni si quiera estuve aquí para verla hacerlo. Ya puede decir "pa" y "ma", quiero estar más tiempo con ella. 

Nirvana asintió. —Vamos a Noruega—dijo con una pequeña sonrisa.

La relación entre lucía y Adam estaba algo tensa, no sabía en qué medida afectaría que ellos fueran al viaje, al principio ambos se mostraron inseguros y Nirvana tuvo que fingir que estaba muy emocionada por ir, para hacerlos aceptar. 

Justin ni siquiera esperó unos días, tan solo dijo: "Preparen maletas, nos vamos mañana" 

Ni siquiera podía creer que realmente viajarían por una semana, aunque era Agosto, y era verano en Noruega, de igual forma iban a Hemsedal, un pequeño municipio que quedaba dentro del condado de Buskerud, cerca de Oslo, la capital de Noruega, en el cual la temperatura podía descender en verano hasta 5 centígrados, solo porque estaban en verano, siendo así, no podía tan siquiera imaginar hasta donde descendía la temperatura en un duro invierno.

Estrenó su hermoso jeep rojo de la marca Ford, yendo al centro comercial con Sarah para conseguir ropa abrigada, comprar cazadoras no se le daba muy bien, considerando el hecho de que siempre parecía hundirse en ellas, pero era necesario. 

Compró varios pares de botas, y se deleitó eligiendo abrigos de colores, lo mismo pasó eligiendo la ropa de su hija, realmente la ropa de bebé era de lo más tierna. La niña caminaba a su lado y tocaba la ropa con admiración. Nirvana la tomó de la mano y entró a otra tienda con ella, era genial sentir su pequeña manita apretarse a ella, apenas tenía nueve meses y era muy pronto para que caminara mucho, pero no estaba de más hacerla usar sus pequeñas piernitas de vez en cuando. Además ella se rehusaba usar el coche para bebés.

Había acordado juntarse con lucía en el mismo centro comercial que estaba, así que no evitó sentirse bien cuando la vio avanzar hasta ellas y unírsele en las compras. Ambas tenían a Sarah agarrada de la mano. — ¿Estás feliz por mañana? —Le preguntó Nirvana.

Lucía negó. —Para nada, pero verte fingiendo que sí lo estabas para que vayamos me animó a ir. 

Eso hizo a nirvana estallar en carcajadas. Engañar a Lucía era bastante difícil. Comieron juntas y realizaron todas las demás actividades en compañía, finalmente regresó a casa para cenar. Justin ya había ordenado piza, antes de poder prevenirlo, vio a Sarah entrar la mano en la caja caliente y luego empezar a llorar.

Pretendía ayudarla, pero entonces vio a Justin tomar su pequeña mano y empezar a lamer los restos de pizza de sus dedos, eso los hizo reír a ambos. Nirvana se acercó a ellos y cortó algunos pequeños trozo de piza y se los dio a Sarah. Luego la miró poner mala cara al darle de comer un puré. 

Encargarse de la niña estaba lejos de ser una actividad incomoda, le dio un baño y la acostó a dormir, al principio ella había hecho el ademán de ponerse a llorar pero nirvana le habló unos segundos y le contó todo lo que pretendía hacer al otro día, tal vez ella no podía entender, pero sí era seguro que se relajaba al escuchar su voz.

— ¿Compraste todo lo que querías? —Le preguntó Justin.

Ella asintió, sentándose en el piso de la sala para comer pizza. Se quedaron en silencio mientras comían, no fue un silencio incómodo, solo estaban en silencio. Luego de unos minutos lo vio tomar su celular y empezar a teclear rápidamente, ella trató de levantarse, pero sintió su brazo en su hombro, atrayéndola a sus brazos. 

Ella se acurrucó en su pecho y cerró los ojos. Solo esperaba que pudieran resolver sus problemas en Noruega, ni siquiera podía imaginar que las cosas empeoraran, porque si todo caía en picada, entonces no habría una solución para su relación.

No recuerda cuando se trasladó a su cama, se levantó lentamente y notó que estaba en ropa interior y sola. Se paró de la cama y empezó a alistarse. Miró el reloj, apenas eran las siete de la mañana. 

Tomó a Sarah en brazos y la vistió, la niña sollozaba, claramente quería seguir durmiendo. —Estarás bien —le dijo nirvana besando su mejilla, y caminando con ella hasta la sala. 

Su corazón se aceleró al ver a Justin, llevaba pantalones de chándal, y una sudadera con capucha, todo color gris. Sus pares de tenis eran negros. Él hablaba por teléfono y se notaba algo tenso. — ¿Todo bien? —Preguntó ella acercándosele. 

Él tomó su mano y la besó. —En unos minutos nos vamos.

Ella asintió. Preparó las maletas, y se sorprendió al ver a Augusto tomarlas y en vez de llevarlas a su jeep, o al vehículo de Justin, las entró en una camioneta negra. Ella se subió a ella con la niña, vio a Justin montarse en el asiento delantero y seguir hablando por teléfono. 

Llegaron en unos minutos a la casa de Lucía y Adam, ambos estaban listos. En la camioneta los tres estaban enfrascados en una conversación sobre el clima, excepto ella, Sarah en sus brazos era un verdadero espectáculo, así que toda su atención estaba dirigida a la niña. 

Todos desmontaron el aeropuerto, y justo cuando pensaba que embarcarían en un avión, todos caminaron hasta la pista. Nirvana miró a los lados. — ¿Qué estamos haciendo? —Preguntó sin entender nada.

Vio a Justin saludar a unos hombres uniformados, y luego al avanzar dos pasos observó el avión color blanco con finas líneas color rojo y marrón, justo igual que el diseño de Bieber Café Corporation. 

—Te presento a mi otro bebé —dijo justin tocando el avión.

— ¿Qué? —Preguntó nirvana sin entender—. ¿Este avión es tuyo?

Amor Destructivo II (Disponible en físico & PDF) Links en bio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora