92.

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—Yo también te amo— respondió colgando el teléfono.

Se quedó parada ahí, mirando a las personas caminar con sus cazadoras. —Nirvana — escuchó que dijo Lucía detrás de ella—. Puedes contar conmigo para hablar, estaría encantada. Quiero animarte, no me gusta verte triste.

Nirvana se quedó en silencio. De lo único que tenía ganas era de quedarse en Alemania y no regresar nunca más a casa. Al final de cuentas esa no era una tan mala idea.

Ella caminó hasta la cama e ignoró a lucía. No quería hablar de ese tema, apreciaba el hecho de que su amiga quería ayudar, pero ella no sabía qué tan profundos podían ser los problemas entre Justin y ella. Ni siquiera se imaginaba cuán complicada era su relación.

Se acurrucó contra Sarah. Ella era lo único bueno que tenía, a lo único que podía aferrarse, lo único que le pertenecía, la niña era mitad de Justin también, pero siendo sincera, la niña era más de ella que de él.

Él no tenía ni idea de cómo manejarla, eso no quería decir que no la quisiera, él la adoraba, pero Nirvana por ser su madre, tenía un vínculo mayor con la pequeña.

—Tu situación me preocupa —escuchó que decía Lucía, sentándose en su cama.

—Él es una persona complicada, Lucía. No lo entenderías. Yo misma no lo hago.

—Me odiaré después por decir esto pero... ¿Por qué siempre le echas la culpa a él de todo lo que pasa? ¿No crees que es tu culpa por no mandar a todos al diablo y ser feliz con él? sé egoísta por una vez en tu vida, no te matará. Lo sé.

—No se trata de eso —dijo nirvana acariciando el pelo rojo de su hija.

— ¿Realmente lo amas? A veces pareciera como si prefirieras a todos antes que él. Y perdóname pero no solo yo lo veo así, Adam también lo hace.

Nirvana frunció el ceño. Ella amaba a Justin, demasiado para su propio bien, él estaba implantado en su organismo como si fuera parte de su sangre. De eso no había duda. ¿Tenía Lucía razón al pensar que ella no prefería a Justin sobre todos los demás? Apretó los ojos con fuerza. Su mente estaba hecha un alboroto, todo estaba desorganizado.

Al otro día desayunaron fuera, las demás horas la pasaron en las tiendas, primera compraron cosas para Sarah, la ropa de bebés era tan hermosa. Necesitarían muchas más maletas para llevar toda la ropa que estaban comprando.

Nirvana sonrió al ver a Lucía probándose un Outfit totalmente extraño, consistente en vestido ancho, bufanda de cuatros, guantas y lentes de sol. ¿Qué tan mal me veo?

— ¿Del uno al diez? Te ves un once —respondió Nirvana con una sonrisa.

Ella rodó los ojos y devolvió todo a su lugar. Compraron bolsas, abrigos, y demás cosas. No podía negar que se había divertido, cuando llegaron al hotel, notó que delante de su puerta había un ramo de rosas, ella tomó la nota y la abrió, decía:

"Te amo. Justin"

Eso la hizo sonreír. Él podía ser muy dulce a veces. Sustituyó las flores que estaban en el jarrón por las rosas. Se quedó unos segundos observándola. Sintió que el teléfono de la habitación sonaba. Tomó la llamada y su corazón se aceleró cuando escuchó su voz. —Gracias —dijo ella sonriendo.

—Esperaba un "Yo también te amo" —dijo él del otro lado de la línea.

—Sabes que lo hago —respondió Nirvana sentándose en la cama.

—Las extraño —dijo él respirando hondo—. Mucho.

—Nosotras también.

Y realmente lo hacían. Los demás días pasaron de forma rápida, conocieron los lugares históricos de Múnich, o al menos los principales, fueron al parque, comieron comida chatarra y tomaron muchas fotos. 

Amor Destructivo II (Disponible en físico & PDF) Links en bio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora