113.

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  Justin no alzó la vista cuando Laura entró a su oficina. Al escuchar su voz, señaló con su mano un asiento. Estaba terminando de firmar unos documentos. Finalmente la miró a la cara.

Ahora que se fijaba en ella, podía notar que tenía muchos rasgos parecidos a los de su esposa, empezando por sus ojos y en la forma en que dejaban ver cuando estaban preocupadas, la única diferencia era que con él, Nirvana tenía todas las de ganar, no así con Laura.

— ¿Qué pasa? —Preguntó Laura mirándolo fijamente—. ¿Algo anda mal?

Justin sonrió ante su cinismo. —Si —respondió lentamente—. Algo anda mal.

—Según el último informe que recibí, la empresa se ha mantenido...

—No es de eso que quiero hablarte —la interrumpió él—. Y lo sabes.

Notó como Laura se sentaba derecha. — Adelante —dijo con una sonrisa que no llegó a sus ojos.

— ¿Sabes? —Empezó a decir él—. Cuando me casé con Nirvana, mi idea era que permanecería en casa, no quería que ella se involucrara en el mundo de los negocios, consideré que conmigo bastaba... Pero ella tenía otros planes, y desde el inicio manifestó su interés por ayudar a los demás, y esa ayuda significaba estar en mi empresa.

—Hemos tenido varias discusiones por eso, y nada la detuvo, nada la hizo querer abandonar el trabajo, ni siquiera el hecho de tener una hija, nada de eso fue suficiente para que dejara de trabajar hasta que tú llegaste.

Laura se paró del asiento. —Yo no hice que ella se fuera.

Él le volvió a indicar que tomara asiento, pero ella se negó. —Sí lo hiciste, nunca me pasó por la cabeza, y ni siquiera ahora pudo creer que tú seas su madre, entre todas las mujeres tú tuviste que ser su madre.
Laura negó y empezó a caminar de un lado a otro. —Esto es nuevo para mí, nunca pensé que ella sería mi hija, asumo que al principio ella se me hizo conocida, pero llevaba años sin ver una foto, que totalmente olvidé como era el rostro de mi hija.

—Y sí, sé que suena horrible, pero no pedí tener una hija, y ahora no me interesa hacer el papel de madre y abuela. No estoy lista para eso.

—Entiendo todo eso —dijo Justin parándose de su asiento—. Pero esa hija que no quieres resulta que es mi esposa, la madre de mi hija, y no voy a permitir que la sigas haciendo sufrir.

— ¡Le dejé clara las cosas! —Exclamó Laura en tono alto—. ¡Se lo expliqué!

— ¡¿Y qué diablos importa?! ¿Piensas que puedes decirle "Soy tu madre pero no te quiero" y pretender que ella siga igual?

Laura se encogió de hombros. —No lo sé, pero quiero que me digas el motivo de esta reunión para poder irme a trabajar.

—Estás despedida —dijo Justin lentamente.

Ella se quedó unos minutos en silencio, abrió los ojos como platos y luego sonrió. —No puedes hacer eso. No hay una causa justificada para que me despidas.

—No importa —dijo Justin encogiéndose de hombros—. Sigues estando despedida.

— ¡No es justo! —Exclamó Laura enojada—. Salvé la maldita empresa, he hecho un buen trabajo y lo sabes, y ahora simplemente porque ofendí a Nirvana me vas a echar.

—Odio verla como está y tú eres la culpable.

— ¡No voy a permitir.....!

—Demándame si quieres —dijo él con indiferencia—, pero no seguirás en mi empresa.

Ella levantó su dedo medio hacia él. —Me las vas a pagar —dijo y salió de la oficina estrellando la puerta detrás de ella.   

Amor Destructivo II (Disponible en físico & PDF) Links en bio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora