135.

1K 51 6
                                    

  — ¿Me puedes traer más café? —Le preguntó a su asistente.

La chica sonrió y salió de la oficina. — ¿Mucho trabajo? —Preguntó su jefe, parado frente a ella.

Ella negó, ofreciéndole una sonrisa, al tiempo que tomaba la taza de café que le ofrecía su asistente. —Olvidé guardar unos archivos y tengo que empezar de nuevo, eso es todo —respondió mirando la pantalla.

El teléfono sonó, y ella lo tomó rápidamente. —Hay un chico que te busca —dijo la recepcionista—. Su nombre es Jake.

—Hazlo pasar —dijo Nirvana colgando.

Fue un momento incomodo cuando él entró en su oficina, con su jefe adentro, es decir, ellos eran competencia. —Supongo que nadie quiere que esté aquí —dijo Jake, una vez que se quedaron solos.

Nirvana sonrió. — ¿Qué estás haciendo aquí? —Preguntó.

Él paseó por el lugar, con las manos dentro de los bolsillos, miraba todo con curiosidad. — ¿Por qué no se siente Cómodo estar aquí? No tienes fotos, ni nada, parece la oficina de cualquier persona.

—No me siento muy cómoda aquí —respondió ella parándose—. Pero necesito el dinero... —concluyó mirándolo.

—Entiendo —dijo él—. ¿Por qué no dejas que te invite a comer?

—Son las tres de la tarde, ya casi estoy saliendo.

—Entonces cuando salgas. Te esperaré aquí mismo.

Él se la pasó contándole sobre su viaje, eso la distraía, a esa hora solía aburrirse mucho. Cuando ambos salieron, Nirvana decidió pasar por Sarah al colegio, se llevó una gran sorpresa al ver a Justin esperando a la niña frente a la puerta, mientras Augusto la sacaba del colegio, tomada de la mano.

La niña corrió hacia Justin, pero luego se liberó de sus brazos y fue hasta ella. Justin miró hacia atrás y frunció el ceño, se les acercó con cara de pocos amigos. — ¿Qué hacen aquí? —Preguntó Bruscamente.

— ¿Qué haces tú aquí? —Preguntó Nirvana—. Nunca vienes a buscarla.

—Quería llevarla a cenar.

—Eso es excelente —intervino Jake—. Yo la invité a comer, así que ahora iremos todos.

Nirvana notó que Justin no estaba particularmente feliz, pero lo ignoró. Jake no se merecía un desaire, era obvio que apenas se estaba recuperando después de que su padre casi moría en el hospital. — Tres años es mucho tiempo —comentó él, mirando el menú.

Ella ignoró el comentario, mientras le explicaba a la niña los platos que había en el menú, Justin, que estaba frente a ella, no le quitaba los ojos de encima, lo podía sentir. —Te voy a pedir hamburguesa con papas —le dijo ella a la niña.

Sarah asintió, aplaudiendo. — ¡Lo quiero! —Exclamó.

Jake y Justin empezaron a hablar de temas de la empresa, ella no quiso incluirse, no todo en la vida era trabajo, hablaban de trabajo en la casa, también en la empresa, ¿Y también cuando salieran a cenar?
Nirvana comió de las papas del plato de su hija, la niña frunció el ceño y trató de protegerlas. —No te comas mis papas —susurró enojada.

— ¿Qué te parece, Vane? —Preguntó Jake, pasando un brazo por su hombro.

Ella alzó la vista. —Lo siento, ¿Qué?

— ¿No has escuchado nada?

Ella negó. —No lo tomen a mal, pero no quiero hablar aquí también de trabajo. Es agobiante pensar en eso todo el día.

Jake asintió. —Iré al baño —dijo parándose del asiento—. Vuelvo en seguida.

Justin observó a la niña, la cual comía el hielo del vaso de jugo. — ¿Quieres helado, cielo? —Le preguntó con una sonrisa.

Sarah asintió, él le hizo señas a un mesero. —Ve con él, te dará lo que quieras.

La niña se paró corriendo del asiento. Nirvana lo observó, pero antes de poder hablar, él la atacó. — ¿Qué diablos estás haciendo con Jake?

Ella frunció el ceño. — ¿De qué hablas? Me invitó a comer. ¿Por qué tendría que rechazarlo?

—Es mi hermano

—No nos estamos acostando —dijo ella lentamente.
Él golpeó la mesa, atrayendo la atención de algunas personas. —No quiero que salgas con él, Nirvana.
—No me das órdenes. ¿Se te olvida? —Preguntó alzando las cejas.

Él parecía enojado, furioso, y ella no entendía porqué, se trataba de Jake, ¿Cómo podía pensar que se acostaría con él? Era absurdo.

—No quiero... —empezó a decir él, buscando su mano por encima de la mesa y acariciándola—. No quiero que él se enamore de ti. Ya es bastante difícil, no quiero también tenerlo a él como rival. 


Amor Destructivo II (Disponible en físico & PDF) Links en bio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora