Capítulo IX

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Eddie Munson

Llego tan rápido como puedo a casa. Estoy con el cansancio respirándome en la oreja, pero no me puedo quejar de lo bien que la pasé; hace tiempo no me reía así. Cierro con seguro la camioneta y entro a mi remolque.

     -Hijo, ¿dónde estabas?- me encuentro a mi tío Wayne poniéndose su chaqueta de mezclilla acomodando el cuello de esta.

     -Estaba en una partida de Calabozos & Dragones con los chicos- le digo sonriendo. Dejo las llaves en el llavero al lado de la puerta del remolque y me quito la chaqueta. -Por cierto, ¿tienes un traje que puedas prestarme?- recuerdo la cita pendiente que tengo con Liv. Jamás en mi vida creí pedir prestado un traje para una cita. Mi tío me mira con las cejas fruncidas sorprendido ante mi pregunta.

     -Sí, debo tener alguno en mi guardarropa, ¿Saldrás con alguien?- la picardía en la sonrisa de Wayne me provoca una ruborizada mueca que prefiero ocultar apretando los labios con mis dientes.

     -Algo así- evito mirarlo a los ojos, pues me delataría ante mi tío, y no quiero que haga preguntas que no responderé porque ni yo estoy seguro de la respuesta.

-Algo que jamás creí presenciar en mi vida, es a ti vistiéndote como la gente decente- me dice mientras ambos nos dirigimos a su habitación.

-¿De qué hablas? Mi ropa es genial, y debes admitirlo- Me recargo en el marco de la puerta y él se arrodilla teniendo la altura perfecta para sacar de un cajón una gran bolsa de plástico transparente. Le sacude con la mano el polvo y la abre cuidadosamente. Extiende la tela frente a él y deja ver por completo un traje de tela fina color negro. Sonríe admirándolo de arriba a abajo.

-Puede que sea de tu talla. No somos de distinta complexión. Pruébatelo.- me ordena extendiéndome el traje. Lo miro con duda haciendo una mueca. Ahorita mismo estoy arrepintiéndome de haber apostado con Liv Buckley.

Lo tomo entre mis manos y me lo llevo a mi habitación. Lo separo y lo pongo sobre mi cama. Me quito la camiseta del Hellfire Club y me pongo una camisa blanca con arrugas de distintos tamaños marcadas que venía con el traje. Abrocho los botones torpemente y luego me quito los jeans. Los hago a un lado y me pongo el pantalón de vestir; No creo soportar esta tela, estoy seguro que las piernas me picarán como el infierno. Fajo con cuidado la camisa dentro del pantalón y me pongo la corbata blanca que también venía con el traje. Nunca me he puesto una, así que voy con Wayne para que me ayude a hacerle el nudo.

-Vaya, te queda bien- me dice mi tío pasando su mirada por cada parte de mi. Pongo los ojos en blanco y le señalo la tira de tela negra que cuelga de mi cuello. Asiente divertido y se aproxima a mi. -Parece que esa chica te tiene comiendo de la palma de su mano, Eddie, ni siquiera yo te había hecho vestir a éste nivel de formalidad- dice acomodándome la corbata dejando un lado más largo que el otro.

-Para nada, solamente porque perdí una apuesta; Los Munson somos de palabra, ¿no es así?- me niego a aceptar que esto lo hago por ver a Liv contenta y no por la apuesta. Hace un nudo rápido y lo aprieta hasta casi ahorcarme. Hago una mueca y enseguida afloja el nudo.

-Lo somos, pero esto va mucho más allá de una simple apuesta.- me dice palmeando mi pecho indicándome que mi corbata está hecha. Doy un paso hacia atrás y me dirijo de nuevo a mi habitación. -Quiero conocer a la chica- me grita desde donde lo dejé y asomó mi cabeza por la puerta de mi habitación.

-No lo harás, no es importante- le respondo. Una punzada en el pecho me hace fruncir los ojos preguntándome, ¿No es importante?



Viernes, 27 de febrero de 1986

𝕭𝖔𝖗𝖓 𝖎𝖓 𝕳𝖊𝖑𝖑 || 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora