Eddie Munson
Dejar a Liv así sin más no fue fácil; anoche, después de dar decenas de vueltas en mi cama intentando conciliar el sueño y fallar en el intento, llegué a la conclusión de que para poder pegar los ojos lo que restaba de la madrugada, era ponerle una solución a esto.
De verdad quería decirle todo lo que la quiero y lo mucho que me ha dolido separarnos, mi corazón gritaba por el dulce aroma de sus abrazos y por el hipnotizante sabor de sus labios, mi interior ardía por ella, pero esto no acabaría bien. Sí quería salvar que aún no estábamos tan hundidos en la mierda, alguno de los dos tenía que poner un fin definitivo, y Liv claramente no lo haría.
No quiero pertenecer a un estupido cliché de triángulo amoroso donde la preciosa protagonista debe decidirse entre el rockero de mala reputación que le pone los pelos de punta o el bellísimo modelo de playboy y cuerpo perfecto que todos creen que es el adecuado para su futuro, tengo mucho más respeto propio que esa mierda; si Liv en un principio no planeaba contarme sobre el tal Billy, quizá era porque en el fondo, tampoco quería perderlo por completo a él, lo que me hace creer que es una persona egoísta y no piensa en lo que los demás sientan, sin embargo, realmente prefiero ignorarlo.
Lo mejor es que me olvide de ella y poner freno antes de que esto nos lleve a otro lugar; no quiero, no lo hago por voluntad propia, mi cordura es la que ha decidido, y como me pidió Wayne, estoy haciendo frente a mis decisiones; ya no quiero huir, salir corriendo esperando a que se solucionen por sí solas, porque nadie más que yo tiene poder sobre ellas, es por eso que, a pesar de que todo mundo básicamente me dijo que la escuchara, prefiero no hacerlo, ya que si lo hago, no creo tener la valentía de dejarla ir.
Llegó la hora del almuerzo, lo que me acelera el corazón hasta el punto de estar casi vomitándolo; la mesa aún está casi vacía, solo están Max, Dustin y Mike; el resto de la cafetería tampoco está a reventar, quizá es porque faltan unos minutos antes de que oficialmente la campana haya sonado.
Saludo a los tres chicos y tomo asiento en el lugar que acostumbro. Max queda a un par de asientos a mi lado y discretamente le pido que se acerque un poco más.
-Hey, escuché que el novio de Liv es tu hermano...- comienzo la conversación entre susurros. A decir verdad, no me preocupa que Dustin y Mike nos presten atención; están lo suficientemente embobados con una imagen de la princesa Leia en una revista de adolescentes.
-Sí, Billy es mi hermano... bueno, hermanastro, mi mamá se casó con su padre cuando éramos niños.
-¿Hace cuanto están juntos?- le resto importancia a lo que me acaba de aclarar; no está bien, pero debo ser rápido con el interrogatorio del que estúpidamente quiero sacar algo.
-No lo sé, tres años, creo; antes de que Billy se fuera a California.- la peliroja arruga su frente intentando recordar fechas exactas en su memoria de pez.
-¿Cómo es él? ¿La trata bien?- voy directo al punto. La puerta de la cafetería en cualquier momento se abrirá dejando entrar a una multitud en la que seguramente vendrá el resto del club.
-¿Por qué quieres saber eso?- me mira confundida con el ceño fruncido intentando negarse a sí misma que la importancia que le pongo a Liv es mayor a la que debería.
-Tengo curiosidad, Max.- la presiono.
-Bien, sí, la trata bien; Billy no suele ser gentil con las personas, ni siquiera conmigo, pero con ella es diferente. Tuvieron problemas hace un tiempo y se distanciaron, pero luego se solucionó y siguieron con normalidad.
-¿Qué clase de problemas?- insisto.
-No lo sé, Eddie... oye de verdad, me suena a segundas intenciones que me preguntes tanto sobre mi hermano, ¿te gusta Liv?- reclama con fastidio. Enseguida niego con la cabeza e inspecciono que ni Dustin ni Mike hayan escuchado lo que Max dijo.
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𝕭𝖔𝖗𝖓 𝖎𝖓 𝕳𝖊𝖑𝖑 || 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏
FanfictionElla solía tener su futuro minuciosamente planeado, cada detalle, cada día de los próximos cinco años perfectamente previsto. Él, por su parte, solía vivir la vida a como el destino le acomodara. No tenía la misma visión del futuro, por lo contrari...