Capítulo XLIX

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Nota: Éste capítulo contiene escenas +18, si eres sensible a dicho escrito, omite leer (Habrá una nota donde comience la escena) ¡Disfruten!




Liv Buckley

Salgo del baño con la camiseta de Eddie puesta y una toalla enredada en mi cabello; camino hasta su habitación y al llegar, ahí está él, recostado en el medio de su cama leyendo un cómic de Marvel con un par de audífonos puestos y moviendo su pie al ritmo de lo que intuyo debe ser Dio; a él le gusta mucho.

     Al darse cuenta de que lo miro, se quita los audífonos y deja de lado el cómic, inspeccionando primero en mi rostro para saber si es buena idea sonreír, a lo que yo le confirmo mostrándole una ligera "U" marcada con mis labios.

     -¿Qué tal el baño?- pregunta haciéndose a un lado para que pueda sentarme.

     -Estuvo bien.- me quito la toalla de la cabeza y la extiendo en la silla frente a su escritorio.

     -Llamé a tus padres.- mierda. -Tranquila, dijeron que estaba bien...- dice en cuanto mira mi expresión de rechazo hacia lo que hizo.

     -¿Hablaste con Robin?- para ser honesta, quien más me duele es mi hermana; su punto débil son las mentiras, o eso creí toda mi vida, pero como dicen, uno nunca termina de conocer a las personas, y Robin ya me ha demostrado que es mejor que buena para guardar secretos, sobre todo si son de su familia.

     -No, sólo con tu padre.

     -¿Cómo es que no me di cuenta antes de la mierda que era Billy?- pregunto para mí misma olvidándome de que Eddie me está escuchando. Él me mira y me invita a sentarme a su lado.

     Así lo hago, me acomodo y cruzo mis piernas para tener una mejor postura.

     -Yo creo que cuando estás enamorado, haces cosas de las que no tienes control, y quizás, en el momento son completamente lógicas para ti, pero cuando toda la magia y el amor se acaba, te das cuenta de que sólo era una locura de la que te arrepientes al instante.

     -¿Lo has sentido?- lo miro.

     -Sí... recientemente.- sonríe bajando la mirada, debo suponer que en su mente se le ha cruzado algún recuerdo del que ruego al cielo no sea sobre mí. -¿Sabes? Nunca hablamos sobre lo qué pasó en aquella fiesta de Martha.- Santa mierda.

    -¿Lo recuerdas?- mi rostro se enrojece en cuestión de segundos al volver a traer aquel momento en mi memoria y vivirlo como si estuviéramos ahí de nuevo.

     -No lo parecía, pero estaba completamente sobrio, Liv, lo recuerdo a la perfección... ¿Tú lo recuerdas?

     -Lo recuerdo, Eddie...- susurro.

     -Bien... quizá no sea el momento adecuado pero, hablaba en serio. Te he esperado, y aunque podía aprovecharme de lo vulnerable que eras con lo mal que estabas con Billy y lo decepcionada que estabas, no quería que fuera así... quería que fuera justo.- se acomoda para quedar justo frente a mí obligándome a encoger mis piernas siendo la única barrera entre ambos.

     -Te lo agradezco...

     -No tienes que hacerlo... y ahora que básicamente no estás con Hargrove y solamente si te sientes lista...- Eddie ladea su cabeza mientras tuerce su boca haciendo una especie de sonrisa malévola que al parecer, no nota. Desvío la mirada ignorando su rostro intentando de safarme de esto.

     -Eddie, escucha, no quiero que te sientas como si fueras la segunda opción...

     -Si te soy sincero, no me molesta.- recarga su codo en la cabecera de la cama inclinándose a mí obligando a mi pulso a mantenerse sereno, pues estoy segura que debe oler mis nervios desde donde está.

𝕭𝖔𝖗𝖓 𝖎𝖓 𝕳𝖊𝖑𝖑 || 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora