Liv Buckley
Bajo de las escaleras con la esperanza de tropezarme con Billy, pero no hay ni un mínimo rastro de que él haya pisado por ahí.
Me pongo de puntitas esperando encontrar a mi novio en el lugar donde lo vi antes de llevar a Eddie al balcón, y cuando reconozco aquellos rizos ya desordenados y húmedos con lo que supongo y espero sea cerveza, doy un suspiro de alivio.
Como puedo, me escabullo entre la gente hasta llegar al patio trasero donde a diferencia de hace un rato, hay menos chicos rodeando el espectáculo que mi novio y Jason Carver están ofreciendo gratuitamente.
-¿Podemos irnos?- resbalo por un segundo con un vaso roto que acabo de pisar pero Billy me sostiene del brazo impidiéndome caer. Me lleva a sus labios y enseguida el sabor del alcohol por segunda vez me embriaga el aliento obligándome a separarme de él.
-Aquí estás, preciosa, tómate un trago conmigo.- le quita a Jason un shot de sabrá Dios qué clase de alcohol barato es y me lo ofrece para beberlo.
-No quiero beber, Billy, me quiero ir.- evito que el alcohol llegue a mis labios a lo que él enfurece.
-Solamente será un trago.- repite a regañadientes acercándome el trago nuevamente.
-Y yo te he dicho que no quiero.- exclamo de la misma manera. Billy tira el trago al suelo de un golpe sin despegarme sus hambrientos ojos azules ya enrojecidos por el alcohol dándoles un aspecto aún más intimidante.
-No nos vamos a ir aún; la estoy pasando mejor que bien.- la manera en la que su mirada penetra cada capa de piel que me compone me hace cuestionarme qué demonios hago aquí, parada frente a él con el peligro de que el alcohol en su cuerpo lo obligue a cometer alguna tontería de la que mañana no se va a acordar, ¿Esto de verdad vale la pena? Billy no me haría daño, sin embargo, todavía tengo un poquito de amor propio para ir y reventarle la cara a golpes a Jason y a Ross que se burlan a mis espaldas sobre cómo es que estamos a punto de discutir Billy y yo.
-Billy...- lo tomo de la mano y lo guío dentro de la casa hasta llegar a la cocina, desapareciendo así de la vista de los idiotas que se quedaron con ansias de ver una jugosa escena de la que mañana sacarán decenas de chismes. -Es tarde, mañana tienes trabajo y estás muy borracho, por favor, vámonos.- intento que mi tono de voz sea dulce y comprensible para que en algún rincón de su interior se le ablande el corazón y me lleve a casa; bien podría decirle a Steve o a Jonathan que me lleven, sin embargo, no tengo las agallas de dejar a Billy aquí solo con Dios sabrá qué clase de gente, pues hace unos minutos que me di cuenta de que gente ajena a la escuela comenzó a llegar, a leguas notando la mayoría de su edad a comparación de nosotros, y para ser honesta, me asusta.
-Estoy harto de que me digas lo que tengo que hacer...- se suelta bruscamente de mi agarre y se aleja un par de pasos de mí. -Si quieres irte, lárgate, pero déjame tranquilo, Olivia.- Saca las llaves de su auto del bolsillo trasero de su pantalón y me las arroja a las manos golpeando mis dedos al intentar agarrarlas para que no se estampen con mi estómago.
-No necesito tu maldito auto para irme... traté de hacerlo por las buenas, pero veo que sigues siendo el mismo imbecil de siempre cuando te emborrachas.- le regreso las llaves lanzándoselas igual que él lo hizo hace un segundo, a diferencia de que sus reflejos no le responden y solamente mira como es que éstas tocan el suelo. Paso de largo a su lado para irme pero con una sobria habilidad me detiene tomándome firmemente del brazo oprimiendo mi piel al grado de arder un poco.
-Deja de portarte como una niña y madura, ¿Quieres? No quiero hacer una escena frente a mis amigos; Si digo que aún no nos iremos es porque así será, y es mejor que cambies esa cara, Liv, o sí no...
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𝕭𝖔𝖗𝖓 𝖎𝖓 𝕳𝖊𝖑𝖑 || 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏
FanfictionElla solía tener su futuro minuciosamente planeado, cada detalle, cada día de los próximos cinco años perfectamente previsto. Él, por su parte, solía vivir la vida a como el destino le acomodara. No tenía la misma visión del futuro, por lo contrari...