Capítulo LXXIII

183 16 14
                                    

Eddie Munson

No puedo evitar sentir mi corazón romperse. Quiero estar feliz por ella, quiero emocionarme porque las cosas por fin están resultando como hemos querido, sin embargo, la tristeza de caer en cuenta en que todo esto va a suceder, me da una dolorosa bofetada de realidad de la que tanto quería escapar.

     -Yo estaba seguro de que lo harías.- al final, la emoción de ver a mi novia feliz, ha ganado. Sonrío de oreja a oreja, me abalanzo a su cintura y le doy un par de giros en el aire transmitiéndole toda mi positividad.

     -Estaba aterrada, Eddie...- susurra cuando nos separamos. Tomo sus mejillas entre mis manos y la miro cuestionante.

     -¿De qué, preciosa?

     -De nuestro futuro, Eddie... está cada vez más cerca.- se le rompe la voz, sus ojos se cristalizan y por mi parte, hago todo lo posible por no hacerle segunda.

     -Escucha, te dije que lo íbamos a solucionar, ¿de acuerdo? Tu felicidad está primero.- acarició su mejilla con mi pulgar para tranquilizarla y evitar hacerla llorar.

     -Pero tú también me haces tan feliz.

     -Sé, Liv Buckley, que Berkeley ha sido tu sueño desde que tienes memoria, yo te puedo esperar, puedo hacerlo si me lo pides.- Liv se rompe en llanto y se regresa a mi pecho. La abrazo tan fuerte como puedo suplicando por que ese sentimiento de nostalgia y tristeza se esfume de nosotros.

     -Chicos, no quería decir nada, pero sigo aquí, y créanme que no tendría problema en irme, si tan sólo pudiera levantarme.- habla al fondo Félix. Ambos nos separamos con el rostro colorado y le hago una seña para ir a mi habitación.

Los dos nos dirigimos para allá, y cuando pasamos al lado del rubio, Liv le revolotea el cabello y él le acaricia la mano.

Me aseguro de que vamos a tener suficiente privacidad, por lo que pongo doble llave a la puerta de mi habitación cuando estamos dentro. Me siento en la orilla de mi cama y Liv se sube a mi regazo. Me rodea el cuello y se acurruca en mi pecho mientras yo, evitando que caiga, la sostengo de la cadera.

-¿Qué vamos a hacer?- pregunta con la mirada perdida en la nada.

-Es muy poco tiempo viéndolo ahora...- susurro pensando. -El fin de semana podríamos ir a buscar un buen departamento, tus padres pueden ir con nosotros, podríamos usar la van para la mudanza, es más grande que un auto...

-Eddie...

-Podría ir a visitarte todos los fines de semana, eso sí no estoy lejos con la banda... de cualquier modo, puedes venir en las vacaciones a Hawkins o puedo llevarte conmigo, en cualquiera te estaré esperando...- comienzo a divagar. El balbuceo que me provocan los nervios, son inevitables. Debemos planear todo ya.

-Eddie basta.- interrumpe.

-Liv, tenemos que pensar en lo que vas a hacer, es poco tiempo para que vayas a la universidad, la organización tiene que ser crucial.- el que ella esté considerando muy profundamente faltar a Berkeley por mí, me aterra; ni siquiera me quiero permitir pasarme la idea por la mente, ya que, no puede arruinar su futuro por algo tan bajo como yo.

-Justo ahora no me importa la mudanza o las vacaciones, Eddie, ¿Qué va a pasar con nosotros?- el miedo abismal que sus ojos me dedican al mirarme, me parte el alma. No quiero llegar a eso, porque estoy seguro de que yo me siento igual.

-Podría funcionar estando lejos, Liv, podría llamarte todos los días, ir por ti cuando tengamos un concierto importante, en mis tiempos libres, me quedaría contigo... haremos que funcione, Liv.

𝕭𝖔𝖗𝖓 𝖎𝖓 𝕳𝖊𝖑𝖑 || 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora