Liv Buckley
Luego de aquella emotiva reconciliación con mi hermana, le pedí que me dejara sola el resto de la tarde, y pese a que estamos mejor, no quiero verla y traer ideas a mi cabeza de la manera tan repugnante con la que Billy se burló de mí.
Quizás me lo merezco un poco, quizás el karma justo ahora me está cobrando factura por la forma tan insensible con la que ejecuté mis decisiones pasadas y vaya que lo estoy lamentando. No sé cómo caminaré mañana por la escuela a sabiendas de que Billy debió haber contando a todos lo orgulloso que debe estar por ponerme los cuernos, no es tan estúpido para desmantelar la verdad real, que yo fui quien le mintió primero.
También temo por mis amigos, y aunque quiera asesinarlos con mis propias manos, sobre todo a Dustin, por mentirme tan descaradamente, estoy segura de que ahora que sé lo que pasó, no se quedarán con los brazos sencillamente cruzados, mucho menos Jonathan; no tengo idea si él está al tanto, pero mi instinto me dice que no, de lo contrario, él hubiera hecho algo al respecto en el mes en el que transcurrió todo.
Billy está loco, sus impulsos lo dominan y pese a que somos muchos para acabar con él, tiene a todo un equipo de basquetbol y el reinado de la escuela en sus manos, dudo mucho que si Steve le llega a hacer algo, él se quede tranquilo obteniendo su merecido. Billy ya no es dependiente de mí, y no estoy segura si eso es algo bueno o completamente aterrador.
Max también me preocupa, pues ahora que su hermano ya no tendrá una especie de razón para no actuar como un completo idiota, será la presa perfecta para todos y cada uno de sus arranques de todos los días.
En mi cabeza, hago una lista con todas las posibles circunstancias que han puesto nuestras vidas de cabeza luego de nuestra ruptura; trato de eliminarla, desecharla en aquel tubo triturador de malos ratos pero cuando me descuido, mágicamente regresa de nuevo para atormentarme la mente.
Tengo miedo por Eddie, en cuanto Billy se dé cuenta de que estamos juntos, un drama del tamaño del sol nos comerá vivos y lentamente. Posiblemente trate de hacerle cada día imposible de manejar, pero conociendo a Munson, él no es para nada fácil de intimidar, mucho peor tratándose de mi estúpido ex novio.
Ésta mañana moría por pedirle que me tomara en sus brazos las veces que se le pegaran en gana y me paseara por la escuela derrochando besos y caricias ansiosas por culminar en una oscura situación, sin embargo, el pensar que Billy podría presenciarlo, me frenó a tomar una impulsiva decisión que solamente sería como echarle más leña al fuego, y no es por que me importe lo que Billy sienta, a éste punto, a él lo puede arrollar un tren y sería completamente irrelevante para mí, más bien porque en su retorcida mente debe estar formalizando algún perverso plan contra Eddie.
El que falten pocos meses para graduarnos, sólo me inquietan aún más, pues ahora todos mis planes a futuro se han ido a la mierda, no puedo hacerle lo mismo que pretendía hacer con Billy a Eddie, solamente desecharlo a su suerte y tomar una actitud egoísta que sólo me acaparara a mí y a nadie más. No puedo permitirme pensar de esa manera con él.
Tenía razón cuando lo único que me impedía estar con él además de Hargrove, era que, cuando llegara el momento de separarnos, sería como el infierno. Eddie no piensa estudiar una carrera, no se va a quedar en Hawkins ni tampoco tendrá un rumbo en específico; andará y andará detrás de oportunidad tras oportunidad hasta llegar a ser grande, y aunque muero de ganas por seguirlo, debo auto abofetearme para regresar los pies a la realidad; tenemos planes completamente diferentes, no puedo renunciar a Berkeley por absolutamente nada, gran parte de mi vida ha girado en torno a ello, todas y cada una de mis decisiones me han llevado hasta éste preciso momento, donde lo único seguro es que no voy a desaprovechar la universidad, todo, claro, si marcha de acuerdo al plan.
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𝕭𝖔𝖗𝖓 𝖎𝖓 𝕳𝖊𝖑𝖑 || 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏
FanfictionElla solía tener su futuro minuciosamente planeado, cada detalle, cada día de los próximos cinco años perfectamente previsto. Él, por su parte, solía vivir la vida a como el destino le acomodara. No tenía la misma visión del futuro, por lo contrari...