Capítulo XXXIV

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Liv Buckley

Luego de que Eddie se fue, el ambiente en la mesa de tornó incómodo; maldita sea, Edward Munson, ¿No podías quedarte callado por un segundo en tu vida?

     Nadie dijo absolutamente nada en un buen tiempo, hasta que Dustin decidió romper esa tensión mencionando el nuevo proyecto que el club audiovisual estaba preparando y que necesitarían a mi club de ciencias para ayudarlos a ejecutarlo, lo que gracias al cielo, me cae como anillo al dedo para escapar de todo este enredo.

     Al poco rato, el ambiente se fue amenizando; ya no había tensión y las expresiones de Billy estaban más relajadas. Por el antecedente que tiene, temía tanto que para este punto, Eddie estuviese escupiendo sus dientes sobre la charola de comida de Max, pero parece que de verdad Billy ha cambiado. Podría funcionar esta vez, y está mal, pero sí Eddie me ha leído sus términos y condiciones, lo único que me queda es aceptarlas y seguir con mi vida tal cual era antes de cruzar palabra. Se puede aprender a vivir de esa manera.

     -Tengo que ir a la práctica, ¿te veo al salir?-El almuerzo está por terminar, por lo que Billy comienza a levantarse para irse. Me toma de la mejilla y deposita un pequeño beso en mis labios; asiento con la cabeza y él sonríe. Me da un beso más en la mejilla y me suelta para dejarme en la mesa con mis amigos y espectadores a cada uno de sus actos.

-Tú novio es muy simpático, Liv- murmura Gareth.

-Sí que lo es.- le pongo los ojos en blanco fastidiada a lo que él me mira confundido.

-Steve, a partir de ahorita y para siempre, me iré en tu auto.- Ordena Robin a Steve; el castaño ríe a su mueca de desagrado a mi novio y asiente levemente.

-Por favor, no debe ser tan horrible ir con Billy en el mismo auto- Steve se lleva una cucharada de puré de papa a la boca y se burla de nosotras.

-¿Ah no? Mañana que pase por ti, y de verdad quiero escucharte decir que no es incómodo ir con él.- Steve niega con la cabeza al instante de escuchar la propuesta de mi hermana.

-¿Ustedes ya lo conocían?- pregunta Josh. Todos en la mesa a excepción de Michael y Gareth asienten.

-Es mi hermano.- habla Max restándole importancia a la impresión que habita en los rostros de Ataúd Oxidado.

-Es un completo idiota, no sé cómo es que Liv aún está con él.- Esta vez habla Dustin; Mike y Robin están de acuerdo con él.

-¿Podrías dejar de hablar de mi novio? Gracias.- el que todo esto comience a tornarse más pesimista solo me altera el humor amenazando con reventarle la cabeza a cualquiera en esta mesa.

-¿Qué te hizo caer en sus encantos, Liv? No te ofendas, al contrario, no me cabe en la cabeza que un tipo con el estilo de Jason esté contigo.- comenta Michael.

-Y además creímos que estabas con...

-¿Saben qué? Olvidé que tengo que ir a editar una columna del periódico escolar con Nancy, nos vemos al rato.- impido las palabras de Josh que me perjudicarían sobre todo frente a Max, pues a pesar de que la relación con Billy está más que fracturada, no sería correcto hablar de mi infidelidad a su hermano.

Me levanto de la mesa sin esperar a que nadie me responda, me cuelgo mi mochila en un hombro y dejo mi charola con los alimentos casi intactos sobre el bote de basura. Salgo de la cafetería con la esperanza de no encontrarme con alguna desfortuna más; estoy a punto de colapsar.

Me dirijo al baño de chicas, y cuando me aseguro de que todos los cubículos están vacíos, me encierro en uno de ellos y me siento sobre la tapa del escusado; pego mis rodillas a mi torso y oculto mi cara entre mis brazos quedándome en esa posición intentando nublar mi mente de Billy, Eddie o los comentarios hirientes de mis amigos.

𝕭𝖔𝖗𝖓 𝖎𝖓 𝕳𝖊𝖑𝖑 || 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora