Capítulo LXVIII

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Liv Buckley

Todos nos levantamos de nuestros asientos a la velocidad de la luz; tomo el brazo de Eddie para sostenerlo en caso de escuchar malas noticias. La enfermera lee un par de párrafos que tiene escritos en un diminuto paquete de hojas que sostiene en sus manos; Eddie la mira con desesperación, mientras que los demás ansían escuchar las palabras de la mujer.

-Félix se ha recuperado, está fuera de peligro sin embargo, su salud aún es delicada, pero ya pueden pasar a verlo. Sigue dormido, y quizás despierte hasta dentro de unas horas y que la anestesia pase.- el alivio que levita mi ser, hace que un enorme peso del tamaño de un volcán abandone mi espalda. Sonrío casi sin creer lo que la enfermera acaba de decir. Eddie se voltea a mi con la sonrisa llegándole hasta las orejas de extremo a extremo, se abalanza a mí y en mi pecho, guardo un sentimental llanto de felicidad.

     Jenna hace lo mismo con Robin, Dustin ríe mientras suelta unas cuantas lagrimas y abraza a Steve; los chicos del club se abrazan entre ellos mientras que les da lo mismo que de sus ojos corran unas cuantas lagrimas que les ha alegrado el corazón. Wayne se une al abrazo de Eddie y mío y cuando nos separamos del emotivo contacto, Eddie le hace una seña con la cabeza a Jenna para que vayan a ver a su novio. Ella corre a su lado y ambos desaparecen de la sala de espera en busca de nuevas noticias por parte del peli rubio.

     Wayne y yo regresamos a nuestros asientos a esperar con ansias las declaraciones de Eddie y Jenna. Wayne me ofrece un vaso de café, el cual acepto, pues por fin, mi estómago podrá recibir comida tranquilamente y sin remordimiento alguno.

     -Tenía un nudo del tamaño del mundo en la garganta.- comenta Wayne en cuanto da un gran sorbo de café.

     -También yo.- coincido. -La angustia no me dejaba inclusive respirar.

     -¿Qué sucederá ahora? Me refiero a lo que pasará con Jason Carver y Billy Hargrove, supongo que Félix presentará cargos...- habla sin pensar. -Liv... lo siento tanto...- se disculpa al instante al darse cuenta de que mi ex novio es una persona con mucha importancia en el caso, lastima que no es para bien.

     -Descuida, Wayne...- me encojo de hombros. -Para éste punto, créeme que estoy muy conforme con que ese par de idiotas se pudran en la cárcel el resto de sus vidas, pero seamos honestos, son personas muy influyentes y con padres que harán todo lo posible por que no pisen el suelo de ese asqueroso lugar.

     -Se viene una gran batalla, para todos, para Félix una agotadora recuperación, para Eddie y los demás, la incertidumbre de hacer todo lo que está en sus manos para ayudar a su amigo, y sobre todo, hacer lo mayor posible para que su agresor no salga ileso.- dá un sorbo a su vaso biodegradable de café una vez más.

     -He de confesar que tengo tanta rabia en mi ser, que si pudiera, por mi cuenta...

     -No, Liv, eso de hacer justicia por mano propia ha terminado; no los llevó a nada bueno, y ahora lo único que queda es hacerlo de la manera correcta.- Wayne tiene razón; actuar inteligente y maduramente es crucial de aquí en adelante.




Eddie Munson

La enfermera, antes de dejarnos entrar, nos advierte que debemos ser cuidadosos y animarlo, pues pese a que está dormido, está segura de que nos escucha perfectamente.

     Dejo a Jenna entrar primero; corre directo a su novio, y con toda la delicadeza en sus manos, deposita un suave beso en la frente de Félix. Por mi parte, tomo su mano, cuidando que ninguno de los aparatos a los que está conectado, vaya a desprenderse.

     -Me diste un puto susto de la mierda...- susurro dejándole un beso en la mano. Me trago las lagrimas que están por bajar de mis ojos y limpio disimuladamente el borde para así, blindarme del llanto.

𝕭𝖔𝖗𝖓 𝖎𝖓 𝕳𝖊𝖑𝖑 || 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora