Capítulo LXIII

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Liv Buckley

     -Definitivamente no iremos a lo que sea que esté planeando.- digo a Eddie en cuanto regresamos a la camioneta.

     -¿Qué te imaginas que esté tramando?- sé lo curioso que debe sentirse al respecto, a él le encantan los misterios, y tratándose de esto, está con la intriga a flor de piel.

     -No sé, Eddie, probablemente espera cortarnos la cabeza y ponerla en su estante de bastantes trofeos para presumirlos con cada persona que visite su casa.- Eddie ríe a mi exagerada suposición mientras que yo lo asesino con mis ojos color marrón.

     -¿Y sí es en serio?- lo miro con la sorpresa irradiando en mi rostro. -Digo, quizás es cierto, debe ser agotador estar en el ojo del huracán todo el tiempo, eso de vengarse de nosotros a cada rato es demasiado infantil, hasta para mí.

     -No puedes estar hablando en serio.- No quiero aceptar que hay una posibilidad de lo que Eddie afirma, alguien aquí debe ser objetivamente pensante; Billy no se rinde así de fácil.

     -Piénsalo, Liv, falta poco para terminar la escuela, probablemente él solo quiere irse en paz y con las manos limpias; yo lo haría.

     -Sí, Eddie, pero tú no piensas como el animal de Billy.- ésto está agitando mi paciencia; la cordura está a nada de desaparecer de mi cabeza.

     -¿No tienes ganas de averiguar su plan?- automáticamente, niego frenética con la cabeza, negándome a suponer más atrocidades que deben dirigir la mente retorcida de Billy Hargrove.

     -Definitivamente no, Eddie, no tengo ni las más poquitas ganas de saber; Billy puede meterse su fiestecita por donde le quepa, no vamos a ir y no está a discusión.- Eddie no objeta más, se queda callado con la mente viajando a miles de escenarios que yo también puedo imaginar.

Realmente dudo de la honestidad que aparentó Billy hace un momento; lo he mencionado millones de veces, pero lo conozco, y él no dejaría pasar las cosas así de fácil, mucho menos disculparse a los pocos días, por lo que deduzco que esta no es su idea, debe ser de Jason; por lo poco que lo conozco, su manera de actuar es similar a la que Billy ejecutó.

No puedo negar que hay un poquito de esperanza de que Billy haya sido sincero, sin embargo, es más mi miedo y precaución a sus actos que me frenan a caer en esa maldita y barata trampa. Mucho menos involucrar a nuestros amigos, ellos aquí no tienen qué ver absolutamente nada.

     Eddie llega a la escuela, estaciona frente a la sala del club y en vista de que los chicos no han llegado, decidimos esperar adentro.

     -¿Entonces?- habla Eddie. Lo miro y le levando una ceja sin entender a qué se refiere.-vamos, Liv, será divertido.

     -¿Qué muy probablemente les de una paliza que recordarán el resto de su vida? Sí, claro, muy divertido, Eddie. No sé a qué diablos quieres ir, en serio trato de encontrar una mínima razón para insistir de esa manera, pero no la encuentro, y creo que el resto del grupo estaría de acuerdo conmigo, sobre todo Félix, él negaría definitivamente esa opción.- para mi fortuna, el auto de la madre de Gareth estaciona a un lado de nosotros; viene a reventar de chicos, y es que al estar todos afuera, hay una cabeza que no suele venir a menudo: Félix Miller.

-¿Cómo estás, Liv?- saluda el rubio en cuanto Eddie y yo nos bajamos para encontrarnos con los chicos.

-Estoy bien, Félix, ¿Qué me dices tú? ¿Cómo está Jenna?- pregunto, asegurándome de que la camioneta tiene seguro y poder entrar a la sala del juego.

     -Está bien, quería venir, pero tenía trabajo qué hacer.- Alentamos nuestro paso para charlar mientras los chicos entran de a poco a la sala,

𝕭𝖔𝖗𝖓 𝖎𝖓 𝕳𝖊𝖑𝖑 || 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora