Capítulo XIX

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Liv Buckley

-¿Disculpa?- le digo casi sin creer lo que ha salido de su boca. Pero quién diablos se cree éste imbécil.

-Tiene muy mala reputación, Liv. Deberías cuidar a tus amistades- Jason se acomoda el cabello y bebe un poco de agua del termo a su lado.

-Escucha, Jason, sé que todo esto me lo dices con la mejor intención qué hay en ti, pero por favor, deja de meter las narices en asuntos que no te corresponden- mi sarcástica voz al igual que mi expresión lo hacen mirarme pesadamente. Sonríe con la misma actitud que yo y se acerca a mí.

-De muy buena fuente tengo entendido que tienes novio, ¿no es así? ¿Billy? Creo que es hermano de tu amiga la pelirroja- el alma se me sale del cuerpo. Estás acabada, Liv Buckley. Jason se da cuenta de mi sorpresa y sonríe con los labios llenos de victoria por su golpe tan jodidamente bajo.

-Como te repito- le digo acercándome más a él. -Deja de meterte en asuntos ajenos.- digo a regañadientes. -Supongo que no tienes una vida aparte de todo este circo del básquetbol y ser el rey de la escuela, ¿no es así, Jason? No entiendo qué diablos haces tan al pendiente de los marginados de Hawkins- A Jason casi le sale humo por las orejas pero no lo dejo hablar. Me levanto de la banca y me acomodo para salir de la cancha. -Aléjate de mí y de mis amigos.- amenazo finalizando la conversación dándole la espalda hasta llegar a la salida. Antes de abrir de golpe ambas puertas, le dedico una última mirada. Sus ojos derrochan furia, traga los sorbos de agua con rabia sin despegarme la vista de encima. Agradezco al cielo tanto que sus ojos no tengan la posibilidad de disparar tal cual revolver, de lo contrario, justo ahora parecería una rebanada de queso cheddar.

     Cuando salgo de la cancha, me maldigo por no haber tomado una foto por lo menos antes de que Jason me atacara con sus palabras; no importa mucho, porque la campana suena enseguida de que pongo un pie fuera del incómodo ambiente en el que me adentré.

    Comienzo a caer en cuenta de todo lo que Jason dijo; ¿Cómo demonios sabe de Billy? Enseguida ato cabos; Lucas debió hablarle de él. Los nervios se comienzan a apoderar poco a poco de mi ser, acelerándome el corazón por estar a nada de ser descubierta por mis mentiras. Ese idiota puede decirle en cualquier momento a Eddie que no estoy precisamente soltera, lo que complicaría mi nulo plan de decirle por mi cuenta la verdad. Maldito seas, Jason Carver.

     Debo encontrar una manera de cerrarle la boca mientras lo soluciono. Es eso, o hablar con la verdad de una maldita vez. Claro que encontraré la forma de hacerlo callar hasta la tumba, y debo ser rápida; Los movimientos de Jason nunca son predecibles, y es por eso que es el capitán del equipo de basquetbol.



Al terminar las clases, voy directo hacia mi hermana y Steve para avisarles que hoy tampoco me iré con ello. Debería considerar irme por mi cuenta de hoy en adelante, estos últimos días los he dejado plantados más veces de las que yo misma me permito.

Ambos lo entienden y separamos nuestros caminos. Voy hacia la parada del autobús de la ruta donde me dejaría justo frente al centro comercial. Estoy aterrada, pocas veces en mi vida tomo el autobús; Steve siempre me lleva a cualquier lugar, sin excepciones.

Antes de bajar del vehículo, guardo la cámara de la escuela en un rincón profundo y seguro de mi mochila y me dispongo como tarea del día, cuidarla como mi posesión más preciada.

Al bajar, estoy completamente perdida, pero no lo hago notar. Me dirijo hacia el interior de la increíblemente grande construcción y busco la tienda donde me dijo Jenna que trabajaba. Subo al primer piso y camino en dirección a donde está aquella tienda de ropa donde Max nos llevó una vez a Once y a mí. Justo al lado está el local de Waffles que mencionó Jenna y unos pocos pasos más, está la boutique en ma que trabaja.

𝕭𝖔𝖗𝖓 𝖎𝖓 𝕳𝖊𝖑𝖑 || 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora