Capítulo XII

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Liv Buckley

Eddie estaciona la camioneta frente al bar "El Escondite", o eso fue lo que leí en el viejo letrero de madera enmarcando el lugar. Doy un vistazo afuera y hay uno que otro borracho charlando entre sí; Hay al menos siete autos, por lo que parece, es un día con alto índice de clientes. Eddie toma el estuche de su guitarra de los asientos de atrás de la camioneta y la sostiene con ambas manos. Me desabrocho el cinturón y acomodo mi chaqueta para abrir la puerta pero Eddie me detiene.

     -Espera, yo lo hago- regreso mi mano a mi regazo y espero a que él baje y rodee la camioneta a pasos apresurados hasta llegar a mi lado. Abre la puerta y me ofrece su mano para bajar; La tomo y él me sostiene firmemente hasta poner ambos pies en el suelo.

     -No tienes que hacerlo, Eddie- cierra la puerta detrás de mí y me sonríe.

     -Pero quiero hacerlo. Me siento como uno de esos caballeros que recatan a las princesas en C&D- Eddie infla su pecho tal cual pavo real y ambos nos echamos a reír.

     Me sostiene por detrás de los hombros y caminamos hasta llegar a la entrada de aquel lugar con una dudosa higiene.

     -¡Eddie! ¿Quién es tu chica?- le habla un tipo robusto con una barba poblada vistiendo un chaleco de cuero con estoperoles. Al lado de él se encuentra un sujeto alto y delgado con un paliacate negro en la cabeza. El robusto está recargado en una motocicleta negra muy bien cuidada. Ambos sostienen una botella de cerveza en sus manos; Eddie los mira y les sonríe.

     -¿Qué hay, Harvey?- le habla de regreso Eddie estirando su mano a manera de saludo.

     Harvey le hace una seña a Eddie para que vayamos con él; Mi acompañante resopla y obedece a regañadientes. Nos dirigimos a los tipos mientras Eddie sigue sosteniéndome de los hombros poniéndome ligeramente detrás de él.

     -¿Cómo están, chicos?- la sonrisa fingida de Eddie es notoriamente hipócrita. Supongo que no se deben llevar bien.

     -Todo bien, hermano. Y apuesto que lo mismo contigo, ¿no?- comenta el tipo delgado mientras me observa. Me incomoda, a lo que Eddie se da cuenta.

     -Viene conmigo, ¿Sí?- recalca Eddie mientras aprieta los dientes. Ambos sujetos le sonríen cínicamente

      -¿Que hay de Wayne? El idiota no ha venido desde hace semanas- ésta vez habla el robusto; Eddie se pone tenso. Su agarre se vuelve más firme y aprieta su mandíbula tragándose todos los insultos que debe querer gritarle a los dos tipos delante de nosotros.

     -Está sobrio; Ya no bebe- contesta secamente Eddie. Ya no hay hipocresía en su mirada. Munson amenaza con estallar en cualquier segundo.

     -Qué lástima, espero verlo pronto- contesta el sujeto alto. Camina unos pasos hacia Eddie y se para frente a él dedicándole una sonrisa descarada. Eddie le sostiene la mirada y se quedan quietos un par de segundos. No tengo idea de qué sucede entre ellos pero no pinta para nada bien.

     -Disfruten la noche, chicos- Eddie decide finalizar el incómodo ambiente que se ha formado frente a esa preciosa motocicleta. Sonríe forzosamente por última vez y damos media vuelta. Me suelta de los hombros para caminar detrás de mí. Regresamos nuevamente a la entrada del bar y me deja pasar primero.

     -¿Qué fue eso?- no puedo resistirme a saber qué historia hay detrás de ese incómodo momento. Eddie se acomoda el estuche en un hombro y evita mi mirada.

     -Esos tipos son unos idiotas. Solían corromper a mi tío Wayne cada semana. Hubo un tiempo en el que el alcohol hablaba por él. Todo por creer que esos dos eran realmente amistades- se limita a decir. Quizás algún día sepa la historia completa, pero no será hoy. Eso no va a arruinar las ansias que me invaden al estar a minutos de ver tocar a Eddie.

𝕭𝖔𝖗𝖓 𝖎𝖓 𝕳𝖊𝖑𝖑 || 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora