Capítulo LVIX

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Liv Buckley

La banda está por terminar; escuché a Eddie decir que serían siete canciones esta vez, por lo que cerrarán con No one like you.

La compañía de Jenna ha sido bastante agradable; Maggie nos acompaña a ratos, cuando no tiene cervezas o tragos que servir para ponernos al tanto de todo lo que ha sucedido éste tiempo que no nos hemos visto.

     Les hablé de Berkeley, y a pesar de que ambas están aterradas por el futuro de mi relación con Eddie, no pueden evitar sentirse felices por mí. También les dije a detalles todo lo que pasó con Billy, y aunque intenté evadirlo, ellas lo suplicaron.

     Quisiera no hablar más de eso, que todo mundo rebobinara de sus recuerdos que estuvimos juntos y dejar por la paz el pasado; en partes es porque estoy fastidiada de que él siga teniendo relevancia en mi vida aunque ya no tengamos nada en común, y también, porque todavía me avergüenza haber esperado tanto para quitarme la venda de los ojos. Aprendí de la peor manera.

     Justo ahora, Eddie está por hacer el solo de guitarra de No one like you, lo que me mantiene completamente devota a sus movimientos, pues cuando toca, enciende mi cuerpo entero.

     Sin vergüenza alguna, me lo como descaradamente con la mirada, muerdo mi labio inferior fantaseando con tantas cosas que esas manos de ángel pueden hacer además de llorar talento; estoy tan enamorada de ese hombre.

     Cuando Eddie termina, lo primero que hace es mirarme; su respiración es agitada, y cuando se da cuenta de la manera en que lo veo, me sonríe, imitando mi oscuridad y lujuria para finalizar con mostrarme sus dientes y guiñarme un ojo. Sonrío con las mejillas hirviéndome y el calor apoderándose de mi cuerpo.

     -A nombre de todos los integrantes, les agradecemos por acompañarnos, les deseo una noche grandiosa y por favor, no olviden pedirle a Maggie las canciones que quisieran para la próxima semana.- los chicos se juntan al centro del escenario y se inclinan para dar las gracias, mientras el público los moja en aplausos, incluyéndonos a Jenna, Maggie y a mí.

     Los chicos nos hacen señas para ir con ellos y sin escucharlo dos veces, Jenna y yo corremos a la parte de atrás del escenario.

Al llegar, ambas nos lanzamos a los brazos de nuestros novios para besar sus acaloradas mejillas y labios.

-¿Te gustó?- pregunta Eddie aún con mis brazos aprisionando su cuello.

-¿Bromeas? Me encantó, de verdad son buenos.- me separo de Eddie y, grupalmente, abrazo a los chicos.

     Maggie llega con botellas de agua para los muchachos y se las reparte; Eddie la bebe casi por completo mientras que Félix, en su lugar, le pide a Jenna una cerveza. Ella pone los ojos en blanco, sin embargo, complace a su novio.

     Los chicos dejan sus instrumentos en su lugar y todos regresamos a nuestra mesa por una última ronda de bebidas antes de volver a casa.

     -Deberías intentar aquella nota de Dream On, hermano.- le dice Gareth a Félix; éste automáticamente niega con la cabeza, terminando de tragar su sorbo de cerveza.

     -No me siento listo, amigo, le tengo mucho respeto a esa nota.

     -¿De qué diablos hablas? ¿Te has escuchado acaso? Félix, deberías ir al otolaringólogo a que te chequen los oídos.- intervengo. -Además, si nunca lo intentas, jamás sabrás si podrás.- Félix mira a Eddie con el rostro lleno de sorpresa y mi chico asiente con la cabeza poniéndose de mi lado.

     -Escucha, en primera, no iré con aquel médico cuyo nombre es imposible de repetir no solo por un bebé, sino por un adulto de veintiún años, y segundo, Liv, ¿Quieres un suspensorio para el gran tamaño de esos hue...

𝕭𝖔𝖗𝖓 𝖎𝖓 𝕳𝖊𝖑𝖑 || 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora