Capítulo XXVIII

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Lunes 08 de Marzo de 1986

Liv Buckley

Lunes en la mañana; han sucedido muchas cosas durante los últimos días.

El día después del auto cinema, Eddie me llevó a comer a Starcourt, donde Robin ya me esperaba con ropa limpia y de mi talla; cuando me vio usando los jeans y camiseta del peli rizado, no pudo evitar mirarme mal y no hábleme durante dos días por, a palabras de ella, en lugar de arreglar mi desorden, solo lo empeoraba.

     Intenté hablar con Robin respecto a Billy, pero solo obtenía portazos en la cara como respuesta. La honestidad es la mayor cualidad de mi hermana, y aunque no siempre puede decir la verdad respecto a lo que siente, intenta ser impecable con lo demás, y lo incita con las personas a su al rededor.

La unión entre Eddie y yo se volvió más fuerte que el acero; estuvimos todo el día juntos, hablamos de muchas cosas, incluyendo nuestros gustos; a Eddie le encanta comer palomitas recién hechas; según él, la manera en la que crujen aún calientes, no se compara con la rancia sensación al enfriarse. Le gusta el café negro bien cargado, pero con mucha azúcar, ya que, afirma que sí no tiene suficiente, la energía que le aporta es casi nula. No le gusta acumular ropa sucia en su cesto; una vez por semana su vecina, la señora Smith, lava su ropa como gesto de agradecimiento a que le salvó la vida a su pequeño de ser asesinado por una pandilla de delincuentes del parque de remolques; no me quiso decir con exactitud qué hizo, pero por lo que escuché, fue suficiente para enviar a la pandilla al otro lado del pueblo, muy lejos de los Munson y los Smith, además de que su tío le da una buena gratificación a cambio de ayudar a su sobrino.

     Cuando fue hora de regresar a casa, insistió en hablar con mis padres y darles detalles sobre cómo nos la pasamos en nuestra cita; obviamente omitió todas las escenas de nuestros agitados besos y la paliza que Jason le dio.

     Y hablando de Jason, Dustin nos dijo que el pobre no sabía dónde esconder la cara al día siguiente; tenía la mitad de la cara morada y no miraba a nadie a lo ojos. Todos intuían que lo habían golpeado, sin embargo, nunca lo confirmó de su propia boca.

     Guardé la fotografía instantánea que le tomé a Eddie en la cabaña de su abuelo en un lugar seguro dentro de mi cajón para que nada ni nadie la maltratase y así cada noche pudiese darle un vistazo deleitándome por su peculiar manera de posar.

     El viernes, me robó nuevamente mientras caminaba a ver a Max al inicio de clases; nos encerró en el mismo armario del conserje y me besó como la primera vez que nos encontramos ahí, solo que esta vez, la situación se acaloró más; se atrevió a tocar mi trasero y bajar sus besos hasta debajo de mi clavícula, lo que me hacía querer más de Eddie, sin embargo, ambos estábamos de acuerdo en que no era el lugar indicado para tener intimidad por primera vez.

     Por la noche, Max me llamó urgentemente al teléfono; me dijo que Lucas y ella se habían besado a media función de Top Gun, lo que me causó risa, ya que digamos que no es una película precisamente romántica. Al parecer, volvieron a ser novios, y aunque Max no está en su mejor momento, Lucas es su motivación para intentar estarlo. Ambos se ven tan lindos juntos, me enternece la manera en la que intentar estar siempre el uno para el otro, sobre todo Lucas; escuché que una animadora lo invitó a salir en la semana, pero él se negó rotundamente, pues seguía enamorado de su pelirroja.

     El Hellfire club no sospecha absolutamente nada de lo que sea que Eddie y yo tenemos, pese a que en cada reunión, él juguetea con sus pies y los míos pícaramente intentando hacerme reaccionar pero nunca lo logra; cuando me siento a su lado, toma mi mano por debajo de la mesa y acaricia suavemente el dorso con su pulgar. Eddie cree que no me doy cuenta de todas las miradas embobado que me ha dedicado a mitad de juego, ni tampoco aquella sonrisa genuina que se forma en su rostro cada vez que me río, y no es que me moleste, sino que me preocupa, porque, a pesar de que él es el maestro de la disimulación, ese titulo se va por la borda cuando se trata de mí y su evidente enamoramiento; se me hace realmente extraño que nadie haya comentado nada al respecto, es que quieren tapar el sol con un dedo o mis amigos son realmente tontos.

𝕭𝖔𝖗𝖓 𝖎𝖓 𝕳𝖊𝖑𝖑 || 𝑬𝒅𝒅𝒊𝒆 𝑴𝒖𝒏𝒔𝒐𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora