Reaccionando a "Niñeros por obligación"

Capítulo 100

Una bandeja con el desayuno que preparó con tanto esmero, era lo que Peter transportaba con cuidado hasta la habitación que pertenecía a Janet, junto a una muda de ropa. Lugar donde actualmente estaba una rejuvenecida Black Cat cumpliendo su castigo, alejada del resto de las personas de la casa.

-Castigada pero le llevan el desayuno a la cama. Algunas tienen mucha suerte-murmuraba She Hulk

El vigilante abrió la puerta con cuidado para no asustarla, hallándose con una imagen que por poco le rompe el corazón y le hizo desear no haberla castigado tan duramente. La peliblanca estaba hecha un ovillo en una esquina de la cama que estaba pegada a la pared, llevando encima la parte superior de su traje rojo y azul mientras sus rodillas estaban contra su pecho.

Leves temblores y el rostro manchado le revelaron al Avenger que ella había estado llorando toda la noche, así como también tenía pesadillas si algo recordaba a cuando la ladrona era adulta y todavía lo quería. Parker no esperó un minuto más para dejar la bandeja sobre un escritorio, para consecuentemente quitarse el calzado, subirse a la cama y tomar en sus brazos la reducida figura de su antigua pareja, susurrando una cancioncilla para quitarle el tremor.

-Ya le ha entrado el sentimiento de culpa-decia Wolverine conociendo muy bien a su hermano en todo menos sangre

Un par de ojitos verdes se abrieron lentamente, mostrándose hinchados e irritados. La diminuta nariz abotonada se escuchaba que estaba repleta de mocos, a los cuales Peter tomó un pañuelo y la hizo soplar para ayudarla a respirar mejor. Las manitos tersas se aferraban incondicionalmente al brazo masculino, como si fuese un ancla a la realidad del que Felicia no quería salir.

Dicha imagen impactó de nuevo en Felicia haciéndole ver lo que podría haber sido su futuro con su arañita si está hubiera aceptado aquella proposición

-Pe...Pet...Peter? - balbuceó temerosa la infante, haciendo que el pobre castaño se sienta aún peor y la abrace con más fuerza.

-Sí, gatita. Soy yo...ya no llores por favor- le imploró el tótem, odiando verla en un estado tan frágil como cuando le reveló su más doloroso secreto, uno que casi hace que mate a alguien en lo más profundo de su mente.

El arácnido apretó los puños al recordar ese evento por el que pasó la Hardy de joven

-Ya no estás enojado? No me vas a castigar más? - con voz entrecortada se expresó la niña, limpiándose la nariz con los puños del traje de Spidey esta vez.

Cada reacción de ella afectaba más y más al tótem, quien veía en la niña que sostenía a la posible hija que más de una vez se imaginó tener con aquella ladrona que lo eludía entre los edificios de la ciudad que nunca duerme. Debido a ello fue que el castaño se dispuso a acariciar su cabeza de manera metódica mientras le daba una sonrisa pacífica.

Justo eso era lo que imaginaba la ladrona de temática felina viendo cómo se desenvolvía está escena.

Una que pensaba hacer realidad a como dé lugar

Una que le respondía que nada iba a pasar.

-Crees que si estuviese enojado, te traería el desayuno a la cama y te abrazaría con muchas, muchas fuerzas? O que te haría cosquillas para que rías? - cuestionó con un tono lúdico el hombre, apretando un poco más su agarre y rozando su nariz en la mejilla de la mujer con cuerpo de niña, sacándole una suave risita mientras se removía para escapar.

-No! Espera! Basta! - exclamó Felicia, recuperando lentamente su vivaz faceta, tratando de empujar a Peter con sus manos pero viéndose imposibilitada por las largas mangas que sobrepasaban a sus cortos brazos.