15- Complicaciones

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SEAMUS

Todo era confuso e intrigante para mí. Un problema tras otro inundaba todo a mi alrededor.

Nada me molestaba más que el misterio. Todos guardaban un secreto y nadie quería revelarlo. Era sofocante.

Los días pasaron y mi curiosidad fue aumentando. Mi madre estaba más tiempo en su trabajo que en casa, lo que me importaría poco si no estuviese siempre en casa por una razón que luego contaré; mi padre me ignoraba más de lo usual, como si yo fuese una carga entre tantas locuras que sucedían en su vida; y ni siquiera he mencionado a la escuela entera.

La secundaria era un desastre; el sistema académico decayó e hizo ajustes en las clases de algunos estudiantes, lo que disturbó a todos; absolutamente todo giraba entorno a un chico que había regresado de la muerte, o algo así, porque todos actuaban como si fuese un espectro viviente, y sin mencionar las extrañas actitudes de Kaili.

Hablando de ella, todo iba de mal en peor, pero no en cuestión a nuestra relación, mas bien, nuestra relación había mejorado bastante, pero no como yo la veía a ella, no, eso era muy distinto.

Aún no estaba enterado de lo que le sucedía a ella, o el por qué no había vuelto a la escuela durante aquella semana, lo único que estaba claro en mi cabeza era que no la estaba pasando bien; odiaba verla así.

Yo no acostumbraba a darle importancia a los problemas de los demás, pero algo dentro de mí me obligaba a protegerla; algo en mi interior me imploraba que no la dejara sola, como si, sin mi ayuda, ella pudiera agonizar.

El parecido de Kaili con ella fue mi primera atracción, la primera razón que me impulsó a llamar su atención. No soportaba mirarla y ser un total imbécil, sabiendo que me recordaba a todo su aspecto.

Con el tiempo, supe que mi relación con Kaili inició principalmente por su parecido con Allison, la chica a la que consideraba mi hermana menor.

Apreté mis labios al recordar a Allison. Joder, la extrañaba un montón. Ella se llevó una parte de mí que jamás regresará. La chica a la que podía llamar hermana se había ido por mi culpa. Desde su muerte todo cambió; mis hábitos por el alcohol y las fiestas eran más constantes, mis salidas diarias con la primera chica que viera eran mi día a día, y mi adicción al peligro comenzó a ser una preocupación para mis más allegados.

Esa era mi vida, pero todo cambió cuando la vi a ella. Kaili Rae, la chica más testaruda y terca que he conocido, pero de la que mis ojos no lograban despejarse. Si bien nuestro encuentro no fue el mejor —por no decir que fue el peor—, algo en ella tocó mi corazón.

Su parecido con Allison se convirtió en lo de menos, porque su caparazón captó mi completa atención; la forma en que su verdadera ella salió a la luz en la fiesta, fue lo que más me intrigó. Quería conocerla, a la verdadera Kaili, a la que le importó poco escupirme en la cara y defenderse aquel día. Esta Kaili, la inocente e indefensa Kaili, no era más que una máscara de protección; quería conocer sus cicatrices y demostrarle que no debía avergonzarse de ellas, quería que abriera su vulnerable corazón y me dejara entrar.

Eso fue lo que avivó este sentimiento por ella: la simple curiosidad.

Jamás lo había admitido hasta ahora, pero era imposible resistirse a tan sólo pensar en ella. Estaba sintiendo algo por ella, teniendo a penas unas cuantas semanas conociéndola.

Ella no podía enterarse de eso; me había rechazado más de una vez sin siquiera yo decírselo directamente. Cada vez que me acercaba, ella tomaba la defensiva y se alejaba, me dejaba de hablar y luego, como un idiota, yo volvía a ella. ¿Por qué no la podía dejar en paz?

WishGuyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora