SEAMUS
—¿Quieres cerveza?
—Yo no tomo alcohol —respondí, monótono.
—Entonces, ¿qué haces en un bar si no tomas?
Ya muchas personas me habían preguntado eso. Lo que nadie sabe es que era el único lugar donde las cámaras no me veían. Podía estar en paz.
Ella se sentó a mi lado, inundando el ambiente con su caro perfume. Carajo, ¿a caso las mujeres no entienden cuando no quería tenerlas cerca?
—¿No me recuerdas?
—No.
—Ni siquiera me has visto a la cara para saberlo.
—No lo necesito.
—Oh, vamos... —dijo su nombre en pregunta como si fuera evidente—. ¿No me recuerdas de ningún lado?
Claro que había escuchado de ella, el problema era que no me importaba.
—De seguro me has escuchado en la radio.
—Pues no.
—¿Y en la escuela? Puede que no has escuchado mi música, pero sí me recuerdas. Estudiamos en la misma escuela. Nos graduamos juntos también. ¿Cuántos años han pasado desde nuestra graduación? ¿Dos años? Lo recuerdo como si fuese ayer.
Suspiré, molesto, y me giré hacia su dirección. La rubia me veía con ojos pícaros. No tenía la paciencia suficiente para soportarla.
—No te recuerdo.
—Conocí a tu novia de la escuela, Kaili.
Cerré los ojos, ¿por qué la tuvo que mencionar?
Mi Rae.
—Ella no se graduó con nosotros. ¿Qué le habrá pasado? —añadió.
Fue a cumplir su sueño sin mí.
—No lo sé.
—¿Fue por eso que terminaron?
—¿Por qué te interesa saberlo? —espeté, mirándola a los ojos.
El levantó sus manos en señal de rendición.
—Baja la guardia, sólo trataba de sacar conversación contigo.
—Pues no tengo tiempo para hablar.
Me levanté y me alejé del local. Sentí el aire fresco de noviembre golpear mi nariz. Amaba este clima, sólo me quedaban unos cuantos meses más aquí hasta que mi equipo me venda a otro en California.
¿Veré a Kaili? Quizás tenga la oportunidad de contactarla. Eso me mantenía con más ganas de espantar cualquier rumor de relación con alguna otra chica que no fuese ella.
—¡Espera! —me gritó aquella rubia a mis espaldas. Yo la ignoré y seguí con mi recorrido—. ¡Seamus Arden!
Me giré rápidamente hacia ella y le señalé con el dedo índice.
—Ni se te ocurra gritar mi nombre —advertí, pues en esta fría ciudad existían muchos reporteros en busca de cualquier premisa. No puedo arruinarlo.
—Tenemos el mismo problema. Si nos captan en público, las cámaras nos molestan. Yo te entiendo —dijo, exhalando con fuerza—. Empezamos con el pie izquierdo, Seamus —susurró—. ¿No crees que deberíamos conocernos mejor?
—Yo te conozco lo suficiente como para querer estar lejos de ti.
—No me conoces de nada.
—Lo único que recuerdo es que hostigaste a mi novia en su primera audición. ¿No crees que es motivo suficiente?
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WishGuy
RomanceLa música lo era todo para mí. La melodía que inundaba mis oídos al estar con él era inefable. Debía alejarme de él, lo sabía, pero la mezcla de sonidos que él creaba me prohibían estar lejos de su música. "Su música" Sabía que no todo en la vida...