48- No me sueltes Parte 1

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—¿Qué tal si paso por tu casa y te acompaño mientras te arreglas? —ofreció el castaño, a través del móvil.

—¿No sabes que ver a la novia en su vestido antes de la boda es mala suerte?

—¿Tan rápido quieres casarte conmigo?

Negué con la cabeza, divertida.

—Recógeme a las ocho.

—¿Puedo ir más temprano? Mi madre me mataría si llegamos después de las ocho.

—Tu casa y la mía quedan a tres minutos de distancia —dije.

Sí, pero pueden aparecer retrasos en el camino.

—¿Del camino a tu casa?

No, del camino de la puerta hacia tu habitación.

Me puse roja.

—¡Seamus! —exclamé. Él soltó una carcajada.

Ya, ya, hoy me portaré bien. Es Navidad. Aunque me hubiese gustado celebrarlo de otra forma —por su tono pícaro supe a qué se refería.

—No tengo ánimos, Seamus.

Lo sé, lo sé. ¿Sigues pensando en Jason?

Me senté y tomé mi brocha para el rubor.

—Me siento mal por no haber testificado a favor de Yatnna.

Mi mamá dijo que no era lo mejor. Por tu situación con Jason, te verías más adentrada a su problema —dijo.

—Quizás si hubiese dado mi testimonio, él estuviera en prisión.

Jamás lo sabremos.

Pasaron muchas cosas estas semanas. Yatnna me llamó y me contó que Jason había ganado el juicio, lo que quiere decir que seguía libre. Sin embargo, su familia sí pagó sus actos; tenían una deuda de millones de dólares y, por mucho que deseaba que Jason se alejara de mi vida, ya no le tenía miedo y quería usarlo a mi favor.

Seamus respetó que prefería un poco más de espacio personal, por lo que, desde ese día, Seamus y yo no hemos dormido juntos. Agradecí tener su respeto, pues mi mente seguía adhiriendo la noticia.

Tenía muchas dudas en mi cabeza. Necesitaba de mi mamá, pero no contestaba mis mensajes ni mis llamadas. Me preocupaba no escuchar su voz. Por mucho que quisiera la independencia, aún la necesitaba.

Noche Buena. 24 de Diciembre. Bastaron unos cuantos días para que todo se derrumbara.

El atardecer se colaba por las cortinas que cubrían mi ventana. Estaba preparándome para la celebración de Navidad junto con la familia de Seamus.

Seamus notaba esa extrañeza en mí cuando no me aparecía en su habitación a dormir, ni lo dejaba estar en la mía. No quería. No podía.

En mi casa recibí el video. Sola. Sin haberlo abierto ya sabía de quién trataba.

Dejé de maquillarme para enfocarme en el mensaje que me había llegado.

Lágrimas pintaban mis ojos. Mi corazón se llenaba de dolor y traición.

Mis ojos no lograban despejarse del móvil. Sabía que Allison estaba involucrada en el video, pero no sabía hasta qué punto ella era la protagonista.

Resulta que ella estaba en todo el video. Era la cara principal, y luego estaba Seamus... lamentablemente como el villano de la historia.

Apagaron la música de la fiesta. Una persona, que no apareció en el video, grabó el momento justo en que Seamus llega, hecho furia, a esa casa. Todo pasa tan rápido en el video, pero tan lento en mi cabeza.

WishGuyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora