KAILI
—¿Acamparemos aquí? —preguntó el castaño.
Ya todos habíamos salido del agua y nos estábamos secando. La noche estaba cayendo sobre nosotros. En este lugar no podíamos acampar sin una reservación. No tenía sentido, pero al menos aseguramos un lugar para dormir.
—Sí, no pienso manejar una hora a casa de noche —mencionó Richard.
—¿Ahora qué haremos, señorita? —me preguntó Hudson.
Busqué en mi bolso lo que tenía planeado. Saqué mi laptop.
—He descargado varias películas.
Todos se acomodaron en las mantas de picnic mientras yo encendía la película.
—¡No! —el grito de Aimeé me hizo respingar.
—¿Qué pasa?
—Detesto las películas de terror... y aún más detesto las que invuelven conjuros.
—Yo adoro esas películas —opinó Seamus.
—A nadie le interesa tu lado cínico, Seamus —rebatió la pelirroja.
—No exageres tanto, Aimeé. Las películas de terror nunca dan tanto miedo —intentó defender Gil.
—¡Callados todos! ¡He dicho que no!
—Dale una oportunidad a la película, no hay tantos conjuros —dijo Gil.
—¡Se llama, literalmente, El Conjuro!
—Va, hagámos esto, ¿te gustan los retos? —preguntó Richard.
—Depende —entrecerró sus ojos, desconfiada.
—Todos te retamos a que veas esta película. Si no la aguantas y pierdes, te lanzarás al río con ropa. Si logras verla completa, todos nosotros lo haremos, ¿va?
Ella lo consideró un momento, pero yo ya sabía cuál era su respuesta. No podía desperdiciar una oportunidad de demostrarles a todos que ella siempre gana.
Sin embargo, ella ya estaba sentada con las piernas recogidas y sus brazos abrazando sus rodillas con solo el inicio de la película. Al cabo de unos cuantos minutos, no se le escuchó queja de su parte. Hasta que la protagonista bajó al sótano y Richard y Hudson se separaron de ella para asustarla.
Justo en la escena más oscura y tensa, Richard y Hudson gritaron en los oídos de Aimeé, haciendo que ella sobresaltara del susto.
—¡IMBÉCILES TODOS! ¡NO SEGUIRÉ VIENDO ESTA PELÍCULA TAN HORRENDA! —gritó sin frenos, levantándose de la manta.
—¿Oíste eso, mi querido Huddy?
—Yo creo que sí, mi querido Ricky.
—Eso se escuchó como...
—¡La derrota! —gritaron al unísono.
—¡No me interesa haber perdido! ¡Es mejor perder una absurda apuesta a ser devorada por ese mons...! ¡No, suéltenme!
Los dos chicos la cargaron por los aires y salieron corriendo con ella en brazos, hasta que llegaron a la orilla del río y la lanzaron al agua. Tanto Richard como Hudson se rieron de su expresión de horror al salir del agua. Ellos no esperaron más para quitarse las camisas y lanzarse al agua junto a ella, quien al tenerlos cerca, se limitó a salpicarles agua como si fueran dagas filosas.
—Yo mejor voy con ellos y me aseguro que Aimeé no intente matarlos con agua —añadió Gil, levantándose también.
Así nosotros dos nos quedamos solos. El castaño pausó la película y se acercó a mí.
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WishGuy
RomanceLa música lo era todo para mí. La melodía que inundaba mis oídos al estar con él era inefable. Debía alejarme de él, lo sabía, pero la mezcla de sonidos que él creaba me prohibían estar lejos de su música. "Su música" Sabía que no todo en la vida...