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DESEMBARCO DEL REY 127 d.c⚜️







Harry y Susan se encontraban comiendo las pocas sobras qué quedaron de las frutas qué Aegon había traído hace unos días. Desde el incidente con Camile, el orgulloso príncipe no había venido más a excepción en las horas qué la castaña se encontraba trabajando, y el resto de jóvenes he incluso Belén no iban a ser capaces de decirle nada, conociendo el temperamento del joven príncipe.

Su fluida charla se vio interrumpida por un rugido de dragón, ambos se vieron asustados y salieron corriendo afuera a ver qué era lo qué sucedía, siendo seguidos por el resto de jóvenes qué se encontraban en la sala.

Cuando estuvieron en la calle la sombra de un gran dragón y uno más pequeño cubrieron toda la calle qué había salido de igual forma para ver a los dragones. Un dragón color verde y el conocido Sunfyre se encontraban jugando a vista de algunos, y apunto de quemar todo Desembarco del Rey en ojos de otros.

Se podían escuchar los gritos del príncipe Aegon, riéndose e insultando al jinete del otro dragón en la lengua qué solamente los Targaryen conocían. Todo fue un hermoso espectáculo hasta qué la palabra "Dracarys" rompió el hermoso ambiente, todos los habitantes corrieron asustados hacia sus hogares, excepto cierto grupo de niños qué vieron preocupados al jinete del hermoso dragón dorado.

— ¡Idiota, mí cabello! —gritaba enojado cierto platinado hacia su sobrino, que lo veía burlón al casi quemar el cabello de su tío, el cuál se había chamuscado en las puntas.— ¡Eso es trampa, estábamos jugando bien!

— Yo no estoy jugando, tu me estas acosando! —contestó divertido Jacaerys, alejándose junto a Vermax, ignorando el rugido de Sunfyre y los gritos de Aegon.—

Aegon se quedó sobrevolando la ciudad sobre las nubes, dejando el tiempo necesario para qué todas las personas qué vio en las calles se fueran. Cuando pasó al rededor de una hora, bajó en picada sobre una casa en específico.

Se rió divertido a escuchar los gritos de sus amigos qué veían horrorizados desde la ventana cómo un enorme dragón caía sobre sus cabezas, sin embargo pudieron respirar tranquilos cuando el dragón se estabilizó nuevamente y cierto platinado se tiró de su lomo, cayendo rodando en el suelo.

Las pocas personas qué vieron eso, decidieron ignorarlo cuando sintieron el rugido del salvaje dragón qué estaba volando en círculos sobre la ciudad.

— ¡¿Acaso estas loco?! —gritaba horrorizada Camile, mientras Susan reía divertida junto a Thomas.—

— Fue divertido, admitelo. — se burló Aegon, evitando su mirada y dirigiéndose a abrazar a Belén y a Harry que los veían desde adentro.— Les traje algo.

Tomó un bolso qué cogalba dentro de su capa, este era mediano sin embargo de este sacó muchas telas de color verde, cuando todos se acercaron y vieron lo qué eran comenzaron a tomarlas rápidamente agradeciendo al príncipe.

— Son todas las capas qué me quedan chicas o mi madre me obliga a utilizar y no me gustan. —le explico a Belén qué estaba a punto de regañarlo por tal regalo.— No me gusta usar los colores de la casa Hightower, y aunque tampoco me guste verlos vestidos de verde, sé qué las necesitan.

— Muchas gracias, príncipe Aegon. —la voz aniñada de Sophia provocó una sonrisa en el platinado, quien comenzó a acomodar bien la capa sobre la niña.—

— Ya te dije qué no me digas príncipe, Soph, no cuando no sea necesario. — Aegon se sentó sobre el suelo con la pequeña castaña en uno de sus muslos y vio cómo Thomas se acercaba a él.— ¿Quieren qué les cuente la historia de Vhagar?

Fuego Helado (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora