𑁍011

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Harry y Camile se encontraban en la feria de la ciudad. Desde qué Belén murió, Aegon les había dejado lo suficiente cómo para formar un puesto y sustentarse de eso, cosa qué hicieron.

Ambos sonrieron cuando vieron llegar a sus dos amigos y en sus manos estaban Thomas y Sophia, quienes veían todos curiosos.

— ¿Cómo les está yendo? —preguntó Susan acercándose a dejar un beso en la mejilla de Harry.—

— Pues bastante bien. —respondió Camile, tomando la mano de Thomas qué quería irse a quien sabe dónde.—

Siguieron charlando durante una hora más o menos hasta qué vieron a los guardias de la Fortaleza Roja en la esquina, donde la gente corría hacia donde estaban ellos. Los jóvenes se vieron asustados, ambos hombres tomaron en sus brazos a los niños más chicos y decidieron seguir a la multitud para no terminar con algún tipo de accidente.

Mientras caminaban a lo lejos distinguieron a todas las personas de la ciudad adentrarse a Pozo Dragón, se vieron entre ellos algo confundidos.

Toda la confusión del pueblo pasó a ser preocupación en el momento qué a todos los tapó la gran e imponente sombra de un dragón, levantando su rostro se dieron cuenta qué se trataba de Sunfyre.



Jacaerys no acostumbraba a levantarse temprano, ya qué siempre sus deberes los tenía por la tarde, por lo tanto se sorprendió cuando Leyla, una de las nuevas sirvientas, tocó a su puerta esa mañana.

— ¿Qué ocurre? —preguntó desde atrás de la puerta, pues estaba sin camisa.—

— El príncipe Aegon solicita su presencia en Pozo Dragón en una hora. —respondió escuetamente. — Pide por favor una buena elección de prendas, mí príncipe.

Cuando la chica se retiró frunció el ceño fruncido ante lo último, pero no pudo pensar mucho ya qué otra sirvienta abrió la puerta directamente a dejar prendas negras y rojas sobre su cama. Una vez retirada la sirvienta se acercó a las mismas, eran hermosas, no iba a negarlo pero seguía sin entender toda la situación.

Sin darle importancia solo se dedicó a cambiarse, estando después de unos treinta minutos listo se encaminó a los establos donde según Leyla lo esperaba un carruaje para llevarlo a Pozo Dragón, frunció nuevamente su ceño al ver a toda su familia allí, incluso Alicent y Otto.

— ¿Alguien sabe de qué se trata todo esto? — preguntó viéndolos, todos negaron.—

— Tal vez es algún regalo. —comentaba emocionado Joffrey, subiendo al carruaje siendo seguido por toda la familia real.—

Emprendieron camino hacia Pozo Dragón en el camino real, asomándose por las ventanas al escuchar a la multitud de Desembarco del Rey dirigiéndose a su mismo destino.

— ¿Qué planea hacer? —Aemond habló más para sí mismo, teniendo a una emocionada Heleana al lado.—

— Acércate, sobrino, necesitas peinarte. —Lucerys se acercó a su tía, dejando qué acaricie delicadamente su cabello, peinando de esta forma al castaño.— Todos deben verse muy hermosos.

— ¿Acaso sabes de qué se trata esto, hermana? —habló por primera vez Rhaenyra, de un notable mal humor.—

— Se trata de nuestra salvación, Rhaenyra.

— Oh, ya deja de divagar, Heleana. —se quejó Alicent, frotando su frente.— ¿Sabes lo qué trama tu hermano Aegon?

Sin embargo la platinada menor la ignoró, dejando por terminado el peinado de Lucerys con un pequeño beso en su frente y luego siguió con Joffrey, el cuál se dejó hacer contento sentándose sobre su regazo.

Fuego Helado (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora