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Días después de qué se celebrará el nuevo matrimonio dothraki, todos emprendieron viaje hacia unas cuantas ciudades a pedidos de su Khal, con la finalidad de saquearlas y buscar algún regalo para su Khalessi.

Ahora todos se encontraban en Vaes Efe, observando tensos cómo Camile discutía abiertamente con Khal Drogo; Todo comenzó cuando Leiah de acercó llorando hacia ella, señalando a un grupo de hombres dothraki qué estaban violando a mujeres y niñas sin pudor alguno.

La discusión entre ambos se cortó cuando un hombre se adentró a la misma, con su espada señalando al Khal. Aunque los Desembarqueños no comprendían de qué hablaban, no fue difícil entender cuando un enfrentamiento entre ambos dothrakis comenzó.

Luego de una corta pelea donde el Khal salió victorioso y sin un solo rasguño, decidieron emprender camino a la siguiente ciudad y dejar la discusión cómo finalizada.

Aegon levantó su mirada al oír las alas de los dragones romper el alre; Vermithor y Roba Ovejas volaban a la par en la lejanía, sus dos pequeños dragones comenzaron a seguirlos.

— Falta poco para qué Tessarion vuelva a emprender vuelo. — comentó feliz Daeron a su lado. — No puedo esperar a volar de nuevo.

— Recibió los cuidados correctos, no cabe duda de aquello. — le sonrío la Lannister. —

El platinado mayor formó una leve mueca con sus labios antes de voltear su rostro a ella.

— ¿Cómo supiste qué tipo de cuidado debe recibir una dragona? — la de cabellos dorados desvió su mirada. — Tan solo los cuidadores de Pozo Dragón o miembros de la familia real tienen acceso a esos conocimientos.

Todos aguardaron en silencio una respuesta por parte de Ophelia, sin embargo esta llegó luego de unos segundos acompañada de una pequeña sonrisa.

— Fue instinto, Su Majestad. — alzó sus hombros inocente. — Además, Tessarion es una dragona muy amable, no supuso problema alguno.

— Claro.

Sin comentar más el caballo el cual cabalgaba comenzó a galopar en dirección a una colina, dejando atrás a los demás.

Luego de casi una hora el jinete de Vermithor pareció notar su presencia desde tal lejanía, dirigiéndose a él mientras Roba Ovejas se alejaba con el príncipe hacia el horizonte.

El enorme y viejo dragón color bronce descendió del cielo, haciendo temblar el suelo y las alas de los pequeños dragones qué comían plácidamente, el Velaryon sobre su lomo bajó con una enorme sonrisa, acomodando sus alborotados cabellos.

Se acercó a su tío el cual tenía sus ojos completamente blancos, estando recostado sobre una gran roca; sus ojos volvieron a aquel color lila cuando sintió unos labios sobre su mejilla, sonriendo dulce hacia el castaño.

— ¿Qué hacías? — abrazó su cintura, enterrando su nariz en sus rizados cabellos. —

— Revisaba la estatua de Aerys. — acarició el dorso de su mano. — Además di un vistazo a los jardines del palacio. Vi a tu hermana, Visenya, junto a Viserys.

— ¿Cómo está aquella princesa? — preguntó con emoción y curiosidad contenida en su voz, sentandolo en su regazo. —

— Está creciendo muy fuerte y bella. — acurrucó sus mejillas, dejando un pequeño beso en su frente. — Es muy parecida a ti.

— Sí es así, mí hermana es muy dichosa. — rió suave. — ¿Cómo están mis hermanos? ¿El pueblo?

— Viserys y Aegon están bien. Aegon pasa sus días en Pozo Dragón junto a su pequeño dragón y Viserys adquirió un nuevo huevo, no lo suelta por nada del mundo. Por cierto, Pozo Dragón sigue casi en ruinas, el dinero no alcanza para sus reparos. — suspiró algo pesado, apoyando su mejilla en su pecho. — Además, el pueblo está nervioso. Los impuestos subieron y con Lord Arryn cómo Consejero de Moneda las cosas no marchan bien.

Fuego Helado (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora