𑁍021

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El Rey Aegon II Targaryen junto a sus acompañantes ya habían estado una semana en la helada Winterfell cuando Syrax, Caraxes y Vhagar surcaron por los cielo del Norte, aterrizando finalmente a las afueras del oscuro castillo siendo recibidos por los Stark y su familia.

Aegon estaba parado a unos diez metros de todos, todos se sonreían y saludaban con felicidad mientras el platinado qué portaba una hermosa corona negra en su cabeza tenía su vista enfocada en la manada de lobos huargos. Estos estaban a una considerable distancia, sin embargo hasta allí se podían llegar a escuchar los aullidos y gruñidos de los lobos por luchar entre sí por un ciervo. El rey fue traído de vuelta a su realidad cuando su hermana mayor se posó frente a él, tomando sus mejillas y mirándolo tristemente.

El Rey de Westeros sabía a qué se debía su triste mirada, sabía qué sus tres familiares junto a los Velaryon aprovecharon esos días para ir a todas las ciudades del reino a pedir apoyo en su causa para una futura guerra por el trono de hierro. Aunque no todas las casas los apoyaron, Aegon debía mostrarse impresionado por lo poco qué era querido en el reino.

Apesar de ser consciente de la traición qué estaban cometiendo sus hermanos y tío, sólo se limitó a acariciar una de las mejillas de Rhaenyra para luego besar su frente. Con Aemond fue suficiente un corto asentimiento, mientras qué a Daemon lo ignoró completamente cuando comenzó a caminar hacia la manada de lobos.

Los tres recién llegados se descolocaron un poco viendo cómo Aegon desaparecía entre los árboles junto a los lobos, aunque Lucerys los sacó de su confusión con una sonrisa nerviosa.

— Siento su ausencia, es solo qué últimamente acostumbra a pasar mucho tiempo con Ghost. —Rhaenyra únicamente asintió, teniendo cómo sonido de fondo la risa de Daemon.—

— Finalmente mi sobrino acepta su bastardia. —sin borrar su sonrisa burlona se giró hacia Cregan Stark.— Siento mucha pena por usted, Mí Lord, por el tener qué compartir sangre con este...particular hombre.

— No es algo qué celebre, pero no puedo hacer algo para cambiar la sangre del príncipe. —Jace y Luke se vieron confundidos ante esto último, tomando el mayor la primera palabra.—

— Él no es tu príncipe, es tu rey.

— Mí familia le juró lealtad a una Reina diferente, príncipe Velaryon.

— Reina la cuál decidió renunciar a su deber. —Harry saltó a la defensiva, haciendo qué Daemon riera divertido otra vez.—

— ¿Ahora un pobreton de cuarta saltará a defender al bastardo usurpador?

— ¡Oye! No tienes derecho a llamarlos de esa forma. —Cuando una creciente pelea había nacido entre Luke y Daemon, rápidos sonidos de pisadas los interrumpieron.—

De un momento a otro, un lobo de la manada de Ghost se encontraba frente a Daemon y Cregan, quienes se habían colocado frente a Lucerys. El lobo negro mostró sus dientes mientras miraba amenazantes a ambos hombres, los cuales habian sacado sus espadas por sí era necesario.

— Ya fue suficiente. —Rhaenyra arrastró a Daemon lejos del animal, siendo seguida por Aemond y Lord Cregan, el cuál los guiaba al comedor.—

Heleana, quien había estado todo el tiempo callada, se acercó hasta el inmenso lobo qué le llevaba tres cabezas y comenzó a acariciar el pelaje de su pecho, causando qué el animal haga un brusco movimiento para buscar más de su contacto.

— Gracias, Aegon. — Con una sonrisa en sus labios, la princesa tomó por sus antebrazos a sus sobrinos para adentrarse por las puertas del palacio, siendo seguidos por el lobo y Harry.—

No fue hasta qué llegó Jacob para buscar a los tres jóvenes así se dirijan a entrenar y Heleana tomó camino a su habitación, qué el oscuro lobo no se marchó con rapidez del lugar.

Fuego Helado (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora