Cuando llego a casa, un par de horas después, al abrir la puerta puedo sentir el olor a limpio y una sonrisa se forma en mi rostro inevitablemente. Si volvía y todo seguía igual, prometo que iba a dormir en el auto.
Todo resplandece, incluso creo que han comprado vajilla nueva, aunque no estoy muy seguro; pero nada me sorprende cuando se trata de mi madre, ella siempre tiene todo, pero absolutamente todo bajo control.
Me dejo caer sobre el sillón, agotado de simplemente estar vivo y aprecio el silencio durante exactamente cinco segundos. Luego, el caos se desata.
- ¡Eres un maldito infeliz! -grita Rose mientras la veo bajar la escalera con una maleta enorme, la maleta que trajo para diez días. Cuando llegó aquí quise decirle que había traído más cosas de las necesarias, pero estoy seguro de que ahora lo sabe perfectamente.
-Escúchame-dice mi amigo corriendo tras de ella. No puedo creerlo. Me fui durante horas, ¿no podían matarse o reconciliarse antes de que yo volviese? ¿Cuánto maldito tiempo necesitan? Me recuesto más aún en mi sillón, intentando pasar desapercibido.
-Nada. No quiero escuchar nada-sigue bajando la escalera difícilmente. No creo que sea buena idea ayudarla en este momento, pero se ve que está luchando por llegar abajo en una pieza. Aparentemente Thomas piensa lo mismo que yo y se acerca a ella para tomar su maleta. –Déjame, yo puedo sola-le grita ella empujándolo con la mano.
-Hola chicos-saludo yo poniéndome de pie, aunque nadie me está prestando atención y salgo hacia el patio, cerrando la puerta tras de mí para que puedan pelearse en calma. Quedarme en el sillón parecía una buena idea, pero ya estoy comenzando a tener dolor de cabeza con todo este drama.
Pasan varios minutos y la puerta vuelve a abrirse, Thomas se sienta junto a mí. Puedo ver en su cara que todo está mal, pero no pregunto nada.
-Se ha ido-me informa cabizbajo. Wow, que sorpresa. Mi mal humor solo puede crecer.
-Bueno, no puedes culparla-le comento yo. Sinceramente no quiero tomar lados, sobre todo cuando no es el de él, pero también es mi trabajo como amigo hacerle saber que no lo hace nada de bien.
-Lo intento Luca, ¿ok? -está molesto, no conmigo, tampoco con Rose, con él. –Me esfuerzo, pero ya sabes que no sirvo para estas cosas, no me gusta estar pegado a alguien todo el tiempo.
Le doy una palmada en la espalda, consolándolo. –Ya lo sé, pero sabes cómo es ella. Si no puedes darle lo que ella quiere, tienes que hacérselo saber. Puede encontrar a alguien que sí pueda.
-Rose no es precisamente buena para escuchar.
-Apuesto que no has intentado suficiente-le digo poniéndome de pie. –Ahora levántate, y vamos por unos tragos- Él se pone de pie, con una media sonrisa que no me creo, pero me niego a quedarnos encerrados sufriendo hoy, además desconfío de esta limpieza y necesito darle un par de horas más a los productos para asentarse.
Cuando llegamos al bar nos sentamos en una mesa y rápidamente pedimos algo para comer y beber. Thomas, como siempre, ya está hablador como si nada hubiese pasado y me cuenta todas sus hazañas de la noche anterior, cuando estuvo desaparecido mientras yo limpiaba vomito. No miento cuando digo que la vida no es justa. –En serio Luca, es la mejor hierba que he probado en mi vida-no es que no me interese escucharlo, pero aún no lo he perdonado por desaparecer, y la verdad Rose me agradaba mucho y me entristece que hayan terminado así.
-Te he dicho que no fumes en mi casa-le recuerdo molesto, ser amigo de Thomas es una constante batalla entre ser su amigo y una especie de padre.
-Por favor, había como trecientas personas-se arrepiente apenas dice eso, pero es muy tarde.
-Te felicito-le digo. –Increíble cómo se multiplican "tu par" de amigos, debiesen estudiarlos en un laboratorio-ríe, aunque a mí no me hace nada de gracia.
-Ya perdóname Luc-me dice amable. Lamentablemente soy muy susceptible a las disculpas, y en realidad no estoy tan enojado por lo que sonrío y doy un sorbo a mi trago. Aunque Thomas y yo somos amigos solo hace un par de años, se ha convertido en uno de los más cercanos para mí. Siempre está metido en cosas extrañas y siempre está en problemas, pero aun así me divierto con él y siempre logra hacerme reír. –No puede ser-dice de pronto mirando por encima de mi hombro.
Me doy vuelta para ver a qué se refiere y me sorprendo al ver al chico que acompañaba a mi chica soleada entrando al bar. Su mirada se cruza casi al instante con la de Thomas y le da todo menos una mirada amistosa. Cuando veo a mi amigo noto que él también lo está mirando con cara de pocos amigos. Esto no puede estar bien.
- ¿Quién es? -le pregunto curioso. Si es un imbécil eso me haría muy feliz, porque no quiero que chica soleada tenga novio; pero pensándolo bien, tampoco quiero saber que Thomas está relacionado de alguna forma con ella o su entorno.
-El mejor amigo de mi exnovia-me dice sin dejar de mirarlo. Oh no... ¿Exnovia?
-¿De cuál de todas tus exnovias? -le pregunto expectante, ha tenido varias así que tengo esperanza. Tiene que decirme el nombre de alguna que conozca, para saber que no es mi chica soleada.
-Lexi.
No, definitivamente no sé quién es Lexi y con toda seguridad no quiero que sea mi chica soleada. - ¿Y se llevaban mal o qué? -pregunto intentando conseguir la mayor cantidad de información posible.
-Mal es poco decir. Es uno de esos amigos sobreprotectores que en el fondo están enamorados de su amiga, pero jamás lo dirán. Siempre estaba metido en donde no lo llamaban.
Sí, eso suena muy parecido al chico que vi hoy acercándose a su oído marcando territorio. Pasa a nuestro lado, lanzándole una mirada asesina a mi amigo y luego toma asiento, al igual que sus amigos en una mesa que queda justo en donde puedo verla.
- ¿Y qué pasó con Lexi?-pregunto.
-No era para mí, eso es todo-dice escueto. Eso es mucha menos información de la que necesito para saber si se trata de ella o no. Casi como si pudiese leerme la mente dice: -Lexi es una gran mujer, hermosa, pero su personalidad es difícil y tú sabes que yo no soy precisamente muy reflexivo.
No sé a cuántas mujeres conoce Thomas, pero estoy casi seguro de que se refiere a ella, y al mismo tiempo jamás me habría imaginado que podría estar con un hombre como él. Pero mal que mal, yo no la conozco. Lo que es bueno, porque si es la ex de mi mejor amigo, está completamente fuera de los límites, y debo mantenerme tan alejado de ella como sea posible.
ESTÁS LEYENDO
EL SOL EN TU PIEL
Teen FictionCuando Lexi y Luca se conocen, no tienen idea del desastre que causarán. El mundo es demasiado pequeño, y los límites son difusos cuando se trata de ellos dos. ¿Podrán ganarle a sus pasados? ¿Mantenerse firmes en medio de la tormenta que están por d...