LEXI XII

31 8 8
                                    


¿Por qué tiene que estar aquí? Ya sé que es amigo de Esteban, pero ¿era necesario que viniese a mi casa? Un mes ha pasado desde que nos vimos y lo encuentro más guapo que aquella vez, si es que es posible.

Intento no mirarlo, ni dirigirle la palabra; porque ya me ha quedado claro que su lealtad está con Thomas, y lo respeto, lo que hace que me guste todavía más. Pero quiero hablarle, quiero besarlo, quiero decirle que Thomas no existe.

-¿Un trago?-me pregunta Cole trayéndome de vuelta al mundo. La verdad necesito mucho un trago, pero quizá el alcohol nuble mi sentido común y termine besándome con Luca en el armario, y los armarios no están precisamente limpios ni ordenados en este momento.

-No gracias-le digo sonriéndole. –Mejor que no.

Él me mira, confundido, y luego mira a Luca, entendiéndolo todo. Le he contado lo que pasó entre nosotros y no le ha gustado nada. Me ha dicho que debo mantenerme lo más lejos de él que pueda, porque solo me causará problemas con Thomas, y ya es momento de sacarlo de mi vida para siempre.

Tiene razón, además hoy es la noche de Steph, y no quiero que nada empañe eso; así que Luca Castelli simplemente no existe hoy. No existe hoy. No existe hoy. No puedo olvidarlo.

-Hey, Amara-la llamo alejándome del grupo al verla aparecer. -¿Cerraste la puerta de tu habitación?

Amara vive conmigo hace dos semanas y solo me ha traído felicidad. Había olvidado lo grato que es tener alguien con quien desayunar, alguien a quien buscar si uno está triste. La verdad creo que la que más está ganando con esto, soy yo.

-Por supuesto, no queremos a nadie teniendo sexo en nuestras habitaciones. Salvo que seamos nosotras claro está-dice guiñándome el ojo y apuntando con la cabeza disimuladamente hacia Luca.

-No seas estúpida-la reprendo. –Luca no existe hoy.

-Ni tú te crees eso-dice pasando a mi lado en dirección a la cocina. Pensándolo bien, sí necesito un trago.

La noche pasa lento, porque sólo puedo estar pendiente de él. La gente me habla y pasa a mi lado, pero yo solo tengo ojos para él, aunque espero no pueda notarlo.

-Disimula al menos-dice Cole sentándose a mi lado y pasándome una cerveza.

-No puedo-le digo y luego doy un trago. –Realmente lo intento.

-¿Qué te gusta tanto de él?-me pregunta. Su tono de voz no es precisamente agradable, pero Cole es un amigo muy sobreprotector.

-No lo sé-respondo pensativa. Realmente no lo sé. ¿Todo es una respuesta válida?

-Siempre te fijas en el hombre equivocado, en vez de abrir tus ojos-dice levantándose. Se aleja de mí, dejándome sola. ¿Y a éste qué le pasa? No tengo energía para averiguarlo y el último tiempo Cole ha estado frío y distante conmigo, pero no pienso intentar dilucidarlo justamente hoy. Con suerte me mantengo en pie en vez de lanzarme hacia Luca. Si Luca supiese lo cómoda que es mi cama...

Está frente a mí, pero a unos cuantos varios metros conversando con Amara y me pregunto de qué podrían estar conversando. Creo que por primera vez en mi vida, deseo ser Amara; deseo escuchar su voz. ¿Desde cuándo son tan amigos? ¿Qué tantos temas pueden tener para conversar durante tanto tiempo? De pronto él me mira y yo bajo mis ojos a mis hermosos zapatos negros, rogando que no me haya visto observarlo.

Yo estaba muy determinada hoy a que no me importase verlo, pero todo eso ha fallado en el momento que me ha dicho "Hola Sirena" como si fuese lo más normal del mundo. Odio a Thomas, Dios cuánto odio a Thomas.

EL SOL EN TU PIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora