LUCA XXI

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Lexi va a matarme, y tendrá absolutamente todos los motivos para hacerlo, pero juro que esta situación no la he creado yo. Lo único que esperaba de esta noche, era poder remediar lo que sucedió la semana pasada. Quería presentarla a mi familia como corresponde, que se sintiese querida, aceptada. Y en cambio, estoy seguro de que hoy sí va a dejarme para siempre; y no estoy seguro de tener cómo evitarlo.

Se acerca a mí, y me regala la sonrisa más hermosa que existe, esa sonrisa que me costó obtener, pero que quiero ver siempre. Está tan linda, que deseo guardar su imagen en mi memoria, antes de que todo se vaya a la mierda. Tiene puesto un enterito negro muy elegante, jamás la he visto así, y su pelo que normalmente está desordenado y libre, está tomado en un tomate que despeja su perfecto rostro. Aunque está perfectamente maquillada, y eso lo sé porque trabajo en la industria de la moda, sus pecas adornan toda su piel, mi parte favorita de ella. Me comería cada una de sus pecas a besos.

-Chica misteriosa-le digo cuando llega a mi lado, no he dejado de llamarla así, porque sé que la pone nerviosa, y eso me gusta. La beso rápidamente en la mejilla, solo porque hay mucha gente, si fuese por mí me la llevaría a la oficina más cercana para comérmela a besos. Se ríe divertida, pero sé que está un poco estresada, porque toma mi mano, y puedo sentir que tirita un poco. -Relájate-le susurro.

-Estoy todo, menos relajada- nuestros ojos se encuentran, y puedo ver que está buscando mi contención, justo cuando todo va a irse al carajo. Aprieto su mano, para que sepa que estoy allí, con ella, que no la dejaré.

-Mi madre es el opuesto de mi padre, ya verás. Es adorable, un poco como tú, no estés nerviosa.

Intento calmarla, pero la verdad, esta no es la forma en que me habría gustado presentarla. Hay mucha gente, y a todos lamentablemente los conozco, porque ésta es la empresa de mi familia. Cada dos segundos se acerca alguien a saludarme, y por tanto debo presentarla. Como no hemos definido nuestro status, solo la presento como "Lexi Ward"; no me gusta, pero tampoco voy a etiquetarnos yo cuando ella no me ha dicho cómo se siente.

Veo a mi madre cerca de una mesa de postres, y agarro a Lexi de la mano, para llevarla hacia allí. Ella camina a mi lado, y aunque sé que está totalmente nerviosa en este momento, se ve confiada, me sorprende.

-Mamá-digo llegando a su lado. -Ella es Lexi.

A diferencia de a los demás, se la presento solo como Lexi, dejando en claro que es alguien cercano para mí, aunque ella ya lo sabe. Le he contado sobre Lexi antes de traerla, para que la recibiera con cariño, pero sobre todo para no agarrarla desprevenida, porque mi madre si que se emociona con estas cosas. Tal como esperaba, antes de que Lexi pueda decir siquiera hola, mi madre se abalanza sobre ella, abrazándola. Sé que Lexi odia ese tipo de demostraciones de cariño, sobre todo de personas desconocidas, pero le devuelve el abrazo sonriendo, creo que en este momento la amo.

-¡Que bonita eres!-le dice mi madre, contenta. Su cabello rubio contrasta con el de Lexi, pero me parece una combinación perfecta, podría verla siempre. -Estoy muy contenta de que estés aquí, por favor siéntete cómoda.

-Muchas gracias, señora Castelli-le responde Lexi, impecable. Sigue nerviosa, pero al ver cómo mi madre la ha abrazado, creo que se ha podido relajar un poco.

Sé que mi madre odia que la llamen así, pero no alcanzo a corregirla y ella misma lo hace. -Por favor no, no me llames así-le dice tomándola de la mano. Pobre Lexi... -Sólo Laura.

-Creo que eso me va a costar un poco-responde mi chica soleada, sonriendo. Por suerte para ella, alguien se acerca a saludar a mi madre, y yo aprovecho de sacarla de allí, antes de que mi madre le pida que se case conmigo pronto. Es segunda vez en mi vida que le presento a una mujer, y no puede más de emoción. De hecho, quería traerle un regalo a Lexi, pero se lo prohibí, por miedo a espantarla. En realidad, no habría importado, porque Lexi va a escapar igual hoy, quizá habría sido mejor que mi madre la hubiese espantado.

Veo a Esteban y a Steph a lo lejos, los he invitado más que nada para que Lexi tuviese compañía y no se sintiese tan insegura. -Hey-le digo agarrándola por la cintura. -Anda a saludarlos, vengo en un segundo- Ella asiente, y me da un tierno beso antes de dirigirse, casi corriendo, en búsqueda de su amiga. Espero que no sea el último beso que me da.

Me dirijo de vuelta hacia mi madre y la agarro del brazo para sacarla de la multitud y llevarla un poco más lejos. -¿Por qué mierda papá ha contratado a Thomas en mi maldita empresa familiar? 

EL SOL EN TU PIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora