Sus ojos me reafirman que está diciendo la verdad, y sonríe un poco al ver que el mechón de mi pelo que acaba de ordenar cae nuevamente en mi rostro. Estoy un poco sorprendida y al mismo tiempo, aliviada. He pensado, durante días sin parar, que quizá ha visto mi ataque de pánico y ha pensado que estoy demente, que quizá por eso no me ha llamado para que intentemos arreglar las cosas, quizá ya se ha aburrido de mí.
Me he dejado llevar por mi imaginación, y la poca imagen que tengo sobre mí misma, cargándole algo que él no aparentemente, jamás ha pensado. Odio esta faceta mía, que se muestra en los peores momentos, tan insegura, tan débil, tan poco amable consigo misma.
-¿Qué fue lo que pasó?-me pregunta. Desde que llegó no ha quitado su cara de preocupación más que un par de veces para sonreírme, y temo estarlo preocupando demasiado; cuando él ya tiene suficientes problemas sobre sus hombros. Mal que mal, uno de sus videos golpeando a su padre tiene más de 10 mil visualizaciones...
-Supongo que es una historia no tan corta- más bien es una historia bastante larga, pero supongo que tengo cómo resumirla.
Me agarra la mano, cariñoso, y acaricia uno de mis dedos. -Justo tengo tiempo-me sonríe. Lo he extrañado tanto. He estado deprimida pensando que quizá ya nunca quería verme, y ahora que está aquí, sonriéndome, todo en mí se sana, como una mágica poción.
-Nunca había tenido un ataque de pánico en mi vida...-comienzo, soltándome. Quiero que sepa todo de mí. Quiero que Luca y yo seamos algo, y eso no sucederá mientras no me conozca de verdad. -... hasta que conocí a Thomas. Al principio todo parecía muy bien entre nosotros, yo era feliz, al menos eso creo, había apariencia de felicidad. Pero de a poco Thomas se fue poniendo... controlador. No me dejaba salir, ni usar cierta ropa, no le gustaba ninguno de mis amigos o amigas, no quería que fuese a ver a mi familia; yo sólo tenía que estar para él. Todo mi tiempo tenía que ser ocupado en él.
Luca está concentrado, como si quisiera grabar cada palabra que estoy diciendo, pero no suelta mi mano. -Creí, porque era tonta, que era porque me quería. Que quizá me quería tanto, que no me quería compartir, y lo deje pasar, era muy inmadura e insegura de mí misma. De a poco mis amigos fueron alejándose, porque siempre los rechazaba. Empecé a quedarme sola, y ni siquiera lo tenía a él, porque él sí podía salir, sí podía tener amigos, sí podía hacer lo que quisiera. Pero nunca lo dejé, porque pensaba que lo quería demasiado. No me daba cuenta lo mal que estaba, lo ciega que estaba.
Sé que está molesto, lo veo en todo su rostro, aunque está intentando controlarse, pero no dejo de hablar, si no lo hago ahora, nunca lo haré. -Thomas nunca me pegó, pero sí me trataba de forma violenta. Me agarraba muy fuerte, dejándome marcas en los brazos, pateaba mis cosas y las rompía cuando estaba enojado, me insultaba. De a poco fui perdiendo mi confianza, mi amor propio, mis amigos, lo perdí todo. Mi autoestima estaba destruida, me tenía tan poca estima y confianza que ni siquiera podía dejarlo, creyendo que no había nada mejor para mí afuera.
Tengo mucha pena, y duele en el centro de mi pecho. Y siento que podría llorar, porque recuerdo cada cosa, y todo duele como si fuese el primer día. Pero no quiero llorar más por él. -Y entonces me dejó. Después de quitarme todo, me dejó. De un día para otro, como si yo fuese algo desechable, reemplazable. Fue entonces cuando me fui al carajo. Empecé a tener ataques de pánico en todas partes, en la Universidad, en el auto, la ducha, el supermercado; no podía controlarlo. Estaba destruida, no entendía cómo podía yo haberme hecho algo así, cómo podía haber dejado que me maltrataran de esa forma. No podía creer lo ciega que había estado.
Me tomo una pausa, porque estoy a punto de llorar, aunque he intentado no hacerlo, pero Luca me aprieta la mano, contenedor. Respiro profundo antes de continuar. -Steph, Amara y Cole fueron los únicos que se quedaron conmigo. Aunque los traté mal un millón de veces, aunque los abandoné; ellos se quedaron ahí. Me sacaron adelante. Me ayudaron y me cuidaron. Fui a terapia también, claro está. Pero creo realmente que fueron ellos los que lograron que yo volviese a estar bien. Y la otra noche estaba tan contenta de estar contigo allí, estaba nerviosa... pero feliz. Quería conocer a tu madre, tu mundo, quizá conocer mejor a tu papá. Y cuando lo vi, todo me cayó encima. Sentí que no era capaz de sacarlo de mi vida, que sin importar lo que pase, siempre será esa sombra sobre mi cabeza. Me sentí inútil de nuevo, desvalida, como si después de todo este tiempo él aun tuviese el poder para destruirme en un solo segundo.
Al contarle todo eso recuerdo que Cole siempre estuvo conmigo, que me apoyo, me levantó y nunca me dejo sola; pese a que Thomas hizo todo lo que estuvo en su poder para que ya no fuésemos amigos. Se quedó conmigo. Le debo una conversación, una de verdad, no una en la que arranco apenas llega el café.
-¿Puedo preguntar algo?-me dice con mucho cuidado. Asiento con la cabeza. -¿Por qué estás bien conmigo si yo cause todo esto?
Ladeo mi cabeza mirándolo, y sonrío. -Tú no tienes la culpa de que Thomas esté desquiciado Luca.
-No, pero yo lo traje de regreso a tu vida.
-Sí y no. Cuando nos encontramos aquella noche en el bar, me habría encontrado igualmente con él.
-Pero desde entonces ha seguido cerca de ti, por mí.
Niego con la cabeza. -No por ti, porque está loco Luca. Porque le gusta hacer daño, hasta que se aburre. Disfruta el sufrimiento ajeno, y cuando es suficiente, te bota y va en búsqueda de su nueva presa.
No se ve contento con mi respuesta. Mueve su cabeza de un lado a otro, como si eso pudiese ayudarlo a sopesar sus pensamientos. Se ve adorable, pero preocupado.
-Lamento muchísimo todo lo que te pasó Lexi, de verdad. Pero siento que soy yo el que...
Le tapo la boca con mi mano. -No quiero escucharlo Luca- Abre sus ojos como si quisiera decir algo más, pero yo no corro mi mano. -No quiero escucharlo porque tuviste suficientes ocasiones en las que alejarte, y no lo hiciste, incluso aunque te lo dije. Yo tampoco me alejé. Y ahora ya estamos aquí, y no creo ser capaz de sobrevivir a Thomas sin ti, así que te suplico que, por favor, no me digas que vas a dejarme. Porque he estado a punto de dejarte yo, creyendo que me habías ocultado lo de que Thomas trabajaba con tu padre, pero ya sé que no es así; así que no creas cosas tú, y quédate conmigo. Ya estamos en esto, y me gustas demasiado como para dejarte. Y estoy cansada del daño que ha hecho Thomas en mi vida, así que, por favor, no lo digas.
Le destapo la boca lentamente, y bajo mi mano, que él vuelve a tomar. -Me quedaré contigo- Me sonríe, pero veo que está preocupado. Por primera vez, no le creo su sonrisa; y eso me preocupa muchísimo.
Vuelve a recostarse y yo regreso a mi lugar en su pecho, en donde todo se siente seguro y cálido. Me rodea con su brazo y pega su cabeza a mí, dándome todo su calor. Luca no lo sabe, pero si hay alguien que puede curarme en este momento, que puede levantarme, que puede ayudarme a seguir viviendo, es él y sólo él.
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EL SOL EN TU PIEL
Novela JuvenilCuando Lexi y Luca se conocen, no tienen idea del desastre que causarán. El mundo es demasiado pequeño, y los límites son difusos cuando se trata de ellos dos. ¿Podrán ganarle a sus pasados? ¿Mantenerse firmes en medio de la tormenta que están por d...