Esta es probablemente una muy mala idea, pero en algún momento tenía que afrontarlo, como persona adulta. He hablado con mi padre, pero hay alguien más que me debe respuestas; y es mejor que cerremos esto de una vez por todas.
Toco dos veces en la puerta de su nueva oficina y luego entro, sin esperar respuesta; no lo dejaré olvidar que esta es mi empresa, no suya. No tiene que ponerse demasiado cómodo aquí.
-Luca-me dice, casi divertido, como si estuviese esperándome, no hay una sola gota de sorpresa en sus ojos. Ni siquiera se levanta de su escritorio, como si fuese superior a mí, como si fuese un jefe llamando a su subordinado al que está a punto de despedir. Cuánto lo odio en este preciso instante. Cuán irreal parece que hayamos sido amigos alguna vez.
-Thomas-tomo asiento en la silla frente a él, y admito que me molesta que parezca que él está en la posición de poder, pero no puedo hacer mucho al respecto, más que mirarlo a los ojos para que sepa que no le tengo miedo, que no lo veo como a un superior. Me sostiene la mirada sin una pisca de miedo o remordimiento en sus ojos; casi como si no nos conociéramos.
-Me imagino que no has venido a pegarme-dice, aún divertido. ¿Cómo es que no he visto lo desagradable que es durante todo el tiempo en que hemos sido amigos? ¿Será que yo soy igual de desagradable pero no puedo verlo?
-¿Por qué? -le pregunto, y me recuesto un poco sobre la silla, esta es mi casa, puedo ponerme cómodo si quiero y pienso hacerlo. - ¿Te da miedo?
-La última vez quedaste peor tú que yo-maldito arrogante, pero tiene razón. -No tendría por qué tenerle miedo a un par de rasguños.
-Aun así vi tu cara de miedo cuando caminé hacia ustedes el día del desfile. Serán un par de rasguños, pero sabemos que eres lo suficientemente vanidoso para que eso te moleste.
Su rostro cambia, ya no parece estar tan divertido. Incluso su postura se ha modificado, y no se ve tan cómodo como antes. -¿Qué te molesta tanto de que trabaje con tu padre? ¿No puedes reconocer que quizá soy bueno para este puesto?
-¿Es necesaria una explicación? -lo miro fijo. Me importa un carajo si es el mejor profesional del mundo; sé perfectamente que mi padre lo ha contratado como una provocación; una que sin duda ha logrado su objetivo. Me ha pegado donde más duele, y ambos lo saben.
-Luca, esto es bueno para mí, ¿no entiendes? Es un salto laboral.
Lamentablemente para él, no me interesa. No me importa si esto significa un crecimiento personal para él, o si ahora será el mejor trabajador del planeta; no me importa en absoluto. - ¿Ya? ¿Tengo que ponerme contento por ti?
Me mira, un poco dolido, y eso me sorprende. Ha pasado de ser el arrogante, a serio, a esto; esto que se parece a la persona que era mi amigo, que se parece al Thomas al cual le abrí las puertas de mi casa como si fuese suya. -Fuimos amigos Luca, ¿cómo puedes tan rápido odiarme solo por una mujer?
-No es solo por una mujer Thomas. Es Lexi. Y ni siquiera se trata solo de eso, es tu forma. Y si quieres hablar de eso, eres tú el que le ha puesto fin a nuestra amistad por una mujer.- Me encantaría que pudiese entenderlo, que de alguna forma de pronto se diese cuenta de lo mal que está, de lo mal que trata a la gente, y cambie. Pero no tengo esperanza. Sé que no lo hará.
-¿Cuál forma? - hay que reconocerle a Thomas, que uno jamás sospecharía que está loco, incluso me atrevería a decir que se ve más normal que la mayoría de las personas que conozco, ahí está su peligro. Ahí la trampa.
Suspiro, estoy harto de dar rodeos. -Ok, vamos al grano Thomas, ni tú ni yo tenemos todo el tiempo del mundo. ¿Estás siguiendo a Rose? ¿A Lexi?
-¿Por qué? ¿Te preocupa que vaya a contarle a Lexi que tienes a Rose viviendo contigo? ¿Crees que eso le rompería el corazón a la pobrecita de Lexi?- Ahí está, su verdadero ser, el que me ha costado tanto ver, pero Rose y Lexi conocen a la perfección. Me sonríe de una forma completamente aterradora, digno de la mejor película de miedo de la historia; ni siquiera intenta fingir que no está siguiendo a Rose o a Lexi, no da excusas, así de enfermo está. Se siente orgulloso de hacerlo, le parece bien.
-No bromeo Thomas, déjalas en paz- Si he venido a su oficina es precisamente porque quiero evitar la situación en que terminemos golpeándonos, pero honestamente, me la pone difícil. Sé que la última vez he salido yo muy mal parado, pero no me importa; golpearlo sería satisfacción suficiente.
Me mira sin dejar de sonreír, está disfrutando esto. -¿Por qué no te decides por una y me dejas la otra? Entiendo la fantasía del trío, créeme que también la he tenido.
Me lanzo por encima de su escritorio y lo agarro del cuello de la camisa, en un arrebato que soy completamente incapaz de controlar; lo voy a matar. -Te lo advierto, no me provoques-le digo entre dientes, siento como la sangre en mi cuerpo está aumentando su temperatura. He intentado contenerme, pero no se lo merece.
Se suelta con brusquedad y luego arregla su camisa como si nada hubiese pasado. -No me hagas llamar a seguridad-me amenaza. -Los conoces, sabes que te sacarán a la fuerza si lo pido.
En realidad no tiene razón, seguridad jamás me sacaría a la fuerza de aquí, me conocen demasiado bien, desde niño; no se atreverían a ponerme ni un solo dedo encima; pero veo que nuevamente es imposible conversar de manera madura entre nosotros; hay demasiada rabia acumulada, sobre todo de mi parte. Y Thomas no hace ningún esfuerzo por disminuirla, solo me agrega más razones por las cuales odiarlo.
-Sólo mantente lejos de ellas-le digo mientras camino hacia la puerta. Estoy intentando respirar lo más lento que puedo para calmar mi corazón, pero no está siendo nada de fácil, siento una increíble adrenalina y quisiera girarme y romperle la cara; pero sé perfectamente que si lo hago Lexi no me perdonará, no otra vez, no si soy yo el que inicia la pelea, me lo ha dejado suficientemente claro. Y no puedo perderla, no por un imbécil como este.
-Tú no me das ordenes-responde.
-No te lo volveré a repetir Thomas, mantente lejos de Lexi y Rose-sé bien que mi mentón está temblando en este momento, pero no puedo detenerlo, la rabia me está consumiendo.
-Dije que...-intenta decir, pero salgo y cierro la puerta tras de mí antes de que pueda escucharlo decir alguna otra estupidez, porque entonces no seré capaz de parar, ni siquiera por Lexi.
Jamás debí venir en primer lugar, no sé en qué estaba pensando. Supongo que sigo teniendo un poco de fe en él.
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EL SOL EN TU PIEL
أدب المراهقينCuando Lexi y Luca se conocen, no tienen idea del desastre que causarán. El mundo es demasiado pequeño, y los límites son difusos cuando se trata de ellos dos. ¿Podrán ganarle a sus pasados? ¿Mantenerse firmes en medio de la tormenta que están por d...