LEXI XXI

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-No se chicas-les digo mientras estamos sentadas en el suelo. Steph se está mudando a vivir con Esteban, y estamos ayudándola a desarmar su departamento, en donde ya no queda donde sentarse. -Se sintió... extraño.

-Digamos en defensa de Luca que tú ves cosas extrañas incluso donde no las hay-comenta Amara, mientras juega con un pequeño pedazo de plástico que nadie sabe de dónde salió. La miro molesta, pero sé que en el fondo tiene razón. Soy muy buena para complicar las cosas.

-Es solo que ese día había sido tan perfecto, y de pronto llegó su padre, y todo se complicó.

-No se llevan bien-opina Rose. Sí, Rose ahora es una más... Hablemos de situaciones extrañas... -Thomas siempre decía que tenían una relación muy mala. Creo que al parecer su padre siempre le era infiel a su madre con mujeres de la empresa.

Qué cliché tan grande. Eso explica muchísimas cosas. La tensión, la rabia...

-Aún así debió presentarte.

-Gracias-le sonrió a Steph. -Pero ya está, iré a esta fiesta, seré presentada en sociedad, y todo estará bien- No quiero seguir hablando del tema, porque realmente me ha perseguido durante estos días.

Aunque desde entonces he visto a Luca varias veces, me he quedado con la sensación de que entre nosotros todo es siempre complicado, y eso no me gusta. De hecho, ya estoy harta.

-Pero el sexo debe haber sido bueno-sentencia Amara, sonriendo pícara. -Lo sé porque ese día llegaste muy, pero muy despeinada- me guiña el ojo.

-Sin comentarios-me pongo nerviosa. No es que no tenga razón, de hecho tiene demasiada razón, no he podido dejar de pensar en eso también, y lo deseo a cada segundo. -Mejor hablemos de Steph yéndose a vivir con alguien solo después de algunos meses de novios-lanzo el tema, porque sé bien que con esto lograré que dejen de hablar y pensar en mí.

-Soy una fan-dice Rose poniéndose de pie. -Vida hay solo una.

Steph sonríe, y es una sonrisa tan amplia y tan bonita, que no puedo sino estar feliz. La estoy molestando, pero pienso lo mismo que Rose. Vida hay solo una, y Esteban se está convirtiendo de forma rápida en una de mis personas favoritas, amo que sean felices. Amo que la haga feliz. Amo que estén avanzando así de rápido, porque si se quieren ¿por qué tendrían que esperar? Somos todos adultos.

-¿Puedo llegar cuándo quiera? -pregunta Amara. -Por ejemplo, ¿a desayunar? Lexi es muy floja para preparar desayuno- Le lanzo un tornillo en la pierna pero no se retracta.

-Por supuesto que sí, si no te vas a morir de hambre-responde mi amiga, sonriente. -Pero al menos dame un aviso, para estar vestida. ¿Tú cómo estás Rose?-le pregunta. Parece que ella también desea cambiar de tema y que dejen de hablar de ella. Hoy día estamos pasando de un tema a otro demasiado rápido, lo que beneficia a todas menos a Amara que no logra lanzar todas las bromas que tiene adentro.

Rose sonríe, pero no es una sonrisa sincera, es una con dolor. Una que yo conozco muy bien. -No lo sé-si hay algo que he aprendido a amar de ella, es su honestidad, si está mal, lo dice. Si está bien, lo dice, en este caso no sabe, y le creo. -A veces siento que me voy a morir si no vuelvo con él, otras veces sólo quiero matarlo.

Asiento en silencio, porque prefiero estar callada cuando Rose habla de Thomas. Soy la ex, de su ex. No podría ser más incómodo, sin embargo, a ella pareciera no importarle. Pero además porque la entiendo lo suficiente. Cuando Thomas me dejó creí que me iba a morir, y no lo digo como una exageración, pensé que físicamente me iba a morir. Sentía que no podía respirar, que no podía moverme, que mi corazón me iba a aplastar. Luego aprendí que no iba a morirme, solo estaba teniendo ataques de pánico. Y entonces quise matarlo, quise matarlo por el daño que me había hecho, por lo que le estaba haciendo a mi cuerpo, a mi alma.

La miro con cariño, y ella me regala una muy tierna sonrisa, pareciera haber olvidado que el hombre que ama y Luca se pelearon por mí; por mucho que me gustaría que no fuese así, he sido un detonante en su relación. De cierta forma la admiro, porque si yo fuese ella me odiaría con tantas ganas, que no podría vivir con esa rabia. Sin embargo, ella siempre es atenta y considerada conmigo. Rose se merece el amor más lindo y más sano del mundo; porque es una de las personas más lindas y sanas del mundo. Pese a que la vida no ha sido amable con ella, ella siempre lo es con la vida. Una mujer así sólo se merece que cosas buenas le pasen.

-Matarlo me parece la mejor opción de todas, seguro se nos ocurre alguna forma lenta y cruel-dice Amara, que por supuesto, no tiene pelos en la lengua. -Lo que tienes que hacer es salir conmigo, vamos a buscar hombres, deslices de una noche, te aseguro que rápido te olvidas del imbécil ese.

Hay que decirlo, no deja de tener razón. Al menos si eso es lo que ella quisiera, yo la apoyaría.

-No es lo mío-responde ella, dulce como siempre. -Él puede hacer eso si desea, o estar pensando en Lexi todo el día...-auch, me dolió. -...pero yo no dejaré de ser lo que soy por él.

Se hace un pequeño silencio, probablemente porque es de las primeras veces en que ella admite mi participación (no deseada) en su ruptura. Mis amigas me observan, como esperando que diga algo, pero en realidad no tengo mucho que decir, Rose tiene toda la razón. No me ha parecido un ataque ni mucho menos, simplemente hechos.

-No he querido decir nada malo en tu contra- se excusa rápidamente sentándose a mi lado al ver cómo me han mirado Steph y Amara.

Toco su hombro de forma veloz. -Lo sé, no te preocupes.

-Es solo que lo odio.- Bueno, somos varias. -Jugó conmigo, pero también te ha impedido a ti ser feliz. Thomas es el peor ser que ha pisado la tierra. Sólo quisiera que sufriera tanto como he sufrido yo, para que aprenda, para que no vuelva a comportarse así. Si no, seguirá por la vida haciendo desastres sin recibir ningún castigo.

Tiene mucha razón, y es algo que he pensado muchísimas veces. Thomas va por la vida rompiendo corazones como hobby, y luego sigue su vida como si nada hubiese pasado. Mientras una se queda ahí, rota, juntando los pedazos de su vida.

-Estoy segura de que llegará su castigo, y será maravilloso. Porque es una mierda, y eso mismo se merece-dice Amara, dándole la mano de forma cariñosa. Me lanza una sonrisa, no dejándome olvidar que también me está consolando a mí.

Incluso Steph asiente, no hay nada que rebatirle. Thomas es despreciable. Dejando de lado cómo me trató a mí cuando estuvimos juntos, lo que ya deja demasiado que desear de él como persona, la forma en que trató a Rose, no tiene justificación alguna. La dejaba botada, no le ponía atención, y luego andaba agarrándose a golpes por su exnovia, inexplicable.

-Vendrán cosas mejores Rose-le digo sonriendo. -Estoy segura- En realidad no estoy muy segura, pero elijo creer que así será, porque Rose ya ha soportado suficiente, y lo único que merece es que vengan cosas mejores. 

EL SOL EN TU PIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora