Creo que estoy dormido cuando escucho una voz desconocida pero agradable saludar y me doy vuelta tan rápido que mi toalla se llena de arena, haciéndome fruncir la nariz instantáneamente. No sé por qué he girado tan rápido, pero ha sido algo en su tono de voz lo que me ha llamado a hacerlo.
No sé quién es la chica junto a Rose, pero capta mi atención en una milésima de segundo, como si fuese ella un imán y yo un simple pedacito de metal tirado sobre la arena. Me siento, para escucharla sin absolutamente ningún pudor, sin despegar un segundo mis ojos de su desordenado y a la vez perfecto cabello obscuro; pareciera ser una sirena que acaba de salir del mar usando sus pies por primera vez, se ve insegura y a la vez, adorable.
-Realmente lo siento-dice con una sonrisa tímida, y encantadora. –Pero mis amigas se fueron y de verdad necesito protector solar en la espalda-alarga un tubo de protector hacia Rose que lo agarra, como no, sonriente y la tranquiliza.
-No te preocupes-le sonríe. –Date vuelta- No creo que la chica lo sepa, pero ha elegido a la persona más perfecta para solicitar tan extraña e incómoda petición. Rose no podría negarse a casi nada, creo.
Cuando la chica misteriosa se gira lo primero que llama mi atención es un lunar justo en uno de sus omoplatos, es uno de esos lunares hermosos, que te dan ganas de besar. Si es que fuese alguien conocido claro está.
Lo otro que se roba mi atención rápido son sus perfectas y pronunciadas curvas las cuales terminan de esconderse en el pequeño short que lleva puesto, y la forma en que se tensa cuando Rose pone su mano sobre ella. Sin duda está luchando en este momento y no se siente para nada cómoda con lo que está sucediendo, lo que me hace sonreír, seguro es una simple persona normal pidiéndole a un desconocido un poco de ayuda. Me pregunto cuánto le habrá costado acercarse, y si me habrá considerado alguna vez... seguramente no.
Cuando el proceso termina vuelve a girarse, regalándome unos segundos más para mirarla. Sus ojos oscuros me miran durante una milésima de segundo y quito mi mirada fingiendo que no le estoy poniendo atención, aunque no es así. La he mirado tan solo unos segundos y ya sé perfectamente que tiene varias sutiles pecas sobre la nariz y las mejillas; sus labios parecieran estar perfectamente delineados, y tiene una pequeña cicatriz en la frente. Alguna caída de pequeña seguro.
-Muchas gracias-sonríe a Rose, a quien envidio en este momento, y luego se gira para alejarse tan rápido como llegó, a un paso que parece casi que estuviese corriendo.
-Podrías disimular-dice tendiéndose a mi lado con una sonrisa.
-¿Qué cosa?
-Te falto comértela con los ojos-Rose señala con su cabeza hacia donde la chica misteriosa está guardando sus cosas, entre ellas el pequeño short.
-No es así-la reprendo y vuelvo a acostarme boca abajo luego de observarla correr hacia el mar y lanzarse hacia las olas, cual sirena. Mi toalla sigue llena de arena, pero en este momento, realmente no me importa.

ESTÁS LEYENDO
EL SOL EN TU PIEL
Подростковая литератураCuando Lexi y Luca se conocen, no tienen idea del desastre que causarán. El mundo es demasiado pequeño, y los límites son difusos cuando se trata de ellos dos. ¿Podrán ganarle a sus pasados? ¿Mantenerse firmes en medio de la tormenta que están por d...