LEXI XXVII

17 8 5
                                        

Después de lo que ha dicho Luca sobre él, estoy un poco incómoda frente a Cole, así que me remuevo en mi asiento, intentando disimular mis nervios. Pero recuerdo por qué estoy aquí, para arreglar las cosas entre nosotros, para que podamos conversar calmadamente, es lo menos que podemos hacer después de tantos años de amistad, independientemente de si él tiene sentimientos por mí o no.

-No estés nerviosa-me sonríe, un poco divertido, me conoce demasiado, maldición. -No es como que sea primera vez que nos peleamos.

No estoy nerviosa por eso, sino por la leve opción de que efectivamente esté enamorado de mí, pero no se lo diré nunca, así que debo distraerlo rápidamente. -De hecho, nos hemos peleado más tiempo del que hemos estado amigados-le sonrío, intentando relajarme.

-Lamento haber dicho lo que dije el otro día Lexi, tienes razón, yo no conozco a Luca, es solo que quiero protegerte-me mira serio, intento leer detrás de sus ojos si hay algo más, pero no soy bruja y la lectura de mente tampoco vino en mi pack de cualidades. Admiro, y agradezco; que pida disculpas, al menos estamos comenzando muchísimo mejor que en nuestra última conversación.

-Lo sé Cole-dejo de intentar leer más allá y me concentro en nuestra amistad. -Lamento haber reaccionado como lo hice, he estado demasiado sensible. No debí irme tan rápido, ni siquiera pude tomar mi café.

Me mira preocupado, pero sonríe. - Definitivamente por eso estabas de mal humor, te hacía falta cafeína. ¿Todo bien entonces?

Difícil de responder. Si hay alguien que podría decir si está todo bien entre nosotros, es él... No Lexi, concéntrate, somos amigos. -Todo bien-aseguro.

-¿Has vuelto a ver a Thomas?-me pregunta mientras corta su pedazo de carne.

-Por suerte no-respondo pensativa, ni siquiera quiero saber qué es de él, ni dónde está. He logrado alejarlo de mi mente, y eso se siente demasiado bien, quiero que dure. -Espero que se mantenga así por mucho tiempo.

Cole me observa unos segundos masticando antes de hablar. -Me siento culpable ¿sabes?-dice de pronto. -Quizá por eso reaccioné como lo hice respecto de Luca- deja sus cubiertos sobre su plato para hablar más calmadamente y me sonríe antes de continuar. -Nunca me gustó Thomas, lo sabes, nunca me pareció bueno para ti; pero tampoco me di cuenta de lo mal que te hacía por mucho tiempo. Sabía que no me gustaba, pero no fui capaz de ver lo dañino que era, y cuando lo vi, tú ya estabas totalmente destruida. Me siento mal por eso, por no ver lo que pasaba.

Odio que se sienta así, porque sé que de cierta manera Amara y Steph también comparten eso, la culpa. Cuando en realidad no tendrían por qué sentirse responsables de una relación en la que yo me metí, solita y sin que nadie me obligase. Aunque supongo que si la situación fuese al revés yo también me sentiría culpable.

-Estás equivocado, ¿lo sabes?-le pregunto. Desearía que no cargara con eso.

Me sonríe levemente. -Es probable, pero no puedo dejar de sentirme así, y ahora que Thomas ha reaparecido estoy a la defensiva, porque no quiero que vuelvan a hacerte mal de esa forma. No quiero que esté cerca de ti otra vez.

Sonrío; quizá está enamorado de mí, quizá simplemente me quiere tanto como yo a él, pero si hay algo de lo que no tengo duda es que Cole solo ha intentado cuidarme y ayudarme cada vez que ha podido, aunque sus formas no hayan sido buenas muchas veces. No puedo culparlo, cada uno hace lo que puede; y es cierto que Thomas llegó a destruirme, mucho antes de que cualquiera pudiese darse cuenta, nadie podría haberlo visto a tiempo, ni siquiera yo lo vi.

-Luca no es Thomas-le afirmo. Mientras más lo conozco más sé que Luca no se parece en nada a Thomas, son tan distintos, tan abismalmente opuestos, que es ilógico que hayan sido amigos. Me cuesta entender que lo hayan sido, y es algo que de cierta forma me persigue; pero por ahora he decidido soltarlo, porque confío en Luca, confío en que no me hará lo mismo que Thomas.

-Lo sé y te pido disculpas por haberlo insinuado, solo quiero que estés bien. El que fuesen amigos es algo que me cuesta un poco aceptar- me sonríe y vuelve a comer dando por terminada la conversación sentimental entre nosotros, en un clásico movimiento de Cole. Si debe hablar de sentimientos lo hace, pero solo lo suficiente.

-Podrían ser amigos, tú y Luca, jugar futbol juntos...-le digo provocándolo, solo para verlo molestarse. En el fondo quisiera preguntarle si está enamorado de mí, pero prefiero disfrutar este momento de reconciliación, se siente bien, como pocas cosas se han sentido el último tiempo, y tengo derecho a conservar un poco la paz en mi vida, lo que dure.

-No juegues conmigo Lex-dice divertido. -Recién nos estamos amigando-me lanza un pequeño pedazo de pan a través de la mesa y yo rio divertida. Luca se equivoca, Cole no está enamorado de mí, simplemente está preocupado.

Cuando llego a casa Amara me abre la puerta antes de que yo logre poner mis llaves, mala señal.

-No lo mates-me pide y me agarra del brazo para que entre rápido. Espero que no esté hablando de Luca, porque si ha hecho alguna estupidez como agarrarse a golpes otra vez, sí lo mataré. Creo que le he dejado suficientemente claro lo que opino al respecto, ¿no?

No alcanzo a preguntarle a qué se refiere cuando veo a Luca sentado en nuestro sillón, en una postura bastante... tensa. Está con una pierna estirada, la otra doblada y me mira sonriendo, con una sonrisa bastante aterradora, supongo que así se veía de niño cuando rompía algo y tenía que contarle a su madre. Noto rápidamente que no tiene moretones ni sangre, así que descarto la pelea y me paro frente a él de brazos cruzados, a la defensiva.

-Lexi...-dice sonriente, demasiado sonriente. -Fui a ver a Rose, porque hace tiempo no la veía, y creí que era bueno ponerme al día con ella, ya sabes; saber cómo está, si necesita algo, porque en realidad ella y yo nos llevamos bastante bien, tampoco es que seamos tan cercanos, aunque claro una vez tuve que bañarla, pero eso es otra historia y preferiría no contarla; llevé donuts; y cuando llegué ella estaba haciendo deporte, porque aparentemente eso le quita la ansiedad, si vieses su casa te sorprenderías, parece un gimnasio profesional, en fin; sí pasé a ordenar algunas cosas a mi casa, para que no creas que te mentí, tenía ropa tirada por todos lados, aunque no creo que eso te guste saberlo, pero luego decidí...-

Lo interrumpo. -Luca estás hablando cosas sin sentido, anda al grano por favor-le pido. Me está poniendo nerviosa y soy incapaz de escuchar todas las cosas que está diciendo.

Me mira serio. -Al grano, sí-dice, como tomando valentía. No soy capaz de lidiar con más cosas así que realmente espero que no me salga con alguna estupidez, sin embargo, me preparo para lo peor. Rose es hermosa, adorable y simpática, si me dice que me ha engañado con ella lo entenderé, pero me enterraré viva. -La llevé a vivir conmigo.

-¿La que?-le pregunto, no he entendido a qué se refiere. Mis cables no están conectando como debiesen, porque no logro procesar la información.

Amara se encuentra parada, a una distancia prudente, como una perfecta espectadora; casi parece estarlo disfrutando, solo le falta algún snack para ver esta película. Luca se pone de pie y camina hacia mí, mirando el suelo, como si de pronto yo fuese algo muy aterrador para mirarme a los ojos.

-Que le he dicho a Rose que puede vivir conmigo, y se ha llevado ya todas sus cosas a mi departamento.  

EL SOL EN TU PIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora