LEXI XVI

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Su cara de confusión es un poco adorable, pero no me hace olvidar que ha hecho exactamente la única cosa que no debía hacer.

-¿No lo ves cierto?-le pregunto, alejando un poco mi café pues tiendo a distraerme comenzando a juguetear con lo que sea que tenga en mis manos. Y Tampoco quiero que crea que no le pongo atención, porque por supuesto que lo hago, pero estoy un poco nerviosa.

-La verdad no...-dice atento.

-¿No ves como todo esto es un drama ahora Luca?-le doy unos segundos, pues pienso que me va a responder algo, pero sigue callado, cruzado de brazos, esperando que de toda mi explicación. -Ahora todo esto es una mala película romántica. Tú, yo, Thomas y Rose.

No ha tocado su café y sigue mirándome, pero suspira. -Yo no creo que...-intenta explicar, pero lo interrumpo, en realidad no tengo muchas ganas de dejarlo hablar.

-Claro que no, por supuesto no crees que sea así-aunque no he terminado mi café, y la verdad esta buenísimo me levanto y salgo antes de que alcance a reaccionar. Estoy demasiado molesta en este momento, como buen hombre que es por supuesto que no ve como todo esto se ha complicado muchísimo más de lo esperado. Camino furiosa hacia la puerta, aunque una parte de mí desea que por favor me siga.

Cuando lo hace, ya estoy llegando a mi auto y me llama, pero no me detengo, abriendo la puerta y cerrándola con fuerza tras de mí. Alcanza el auto con velocidad y se sube del lado del copiloto, deteniendo mi mano cuando estoy por encender el auto. -Basta Lexi-sentencia, serio. -No te vayas, déjame entender por favor-aunque nunca antes lo he visto tan serio, solo cuando me ha suplicado que no sea Lexi en el bar, hay un grado de súplica en su voz que me hace dudar, bajo mi mano, soltando la llave.

-No quiero esto Luca-le digo sincera. -No lo quiero. El drama, lo complicado, las idas y venidas.

-No tiene que ser así...

-Ya lo es-me giro para mirarlo. -¿Cómo no lo ves? Sólo quería estar contigo, no crear todo este maldito drama.

-No hay que crear nada...-me dice suplicando.

-Claro, eso lo dices porque no has tenido a Rose llorando en tu maldita casa toda la noche.

Sus ojos no me dejan desviar la mirada, me buscan, a cada segundo; como suplicándome que no pronuncie las siguientes palabras, como si supiese exactamente qué es lo que estoy por decir, como si después de tan solo un tiempo conociéndome, pudiese leerme la mente. -Se acabó-sentencio. -Ahora bájate de mi auto.

No se mueve ni un centímetro, y sin embargo no se ve sorprendido. -No.

-No bromeo Luca, ya bájate-le digo enojada. Luca no me conoce lo suficiente, no sabe lo que soy capaz de hacer estando enojada, no sabe cómo a veces, aunque no lo deseo, la furia se apodera de mí.

-No-se cruza de brazos. -Estás loca si crees que te dejaré terminar con esto cuando ni siquiera ha comenzado Lexi. Por último conversemos.

-Bueno, si tú crees que esto no era nada entonces simplemente bájate-mi corazón está latiendo tan rápido que temo no ser capaz de manejar de regreso a casa.

-Mierda Lexi, no es eso lo que dije-se agarra la cabeza con las manos. -Lo que digo es que esto no puede terminar por Thomas, eso es exactamente lo que el querría.

-¿Estás mal de la cabeza?-le pregunto, quizá demasiado enojada. -¿Qué te hace creer que porque se agarraron a golpes Thomas ya no será un problema? Te haces llamar su amigo pero no lo conoces ni un poco- Estoy gritando, porque ya no puedo soportarlo más. -Thomas vive del drama, de la violencia, se alimenta del sufrimiento ajeno, lo único que hará de ahora en adelante es torturarme.

-Déjame resolverlo-me pide.

-¿Igual que la última vez? ¿Tengo que empezar a juntar dinero para pagar tu fianza la próxima vez? 

EL SOL EN TU PIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora