EL SOL EN TU PIEL

LUCA XIII

No sé qué esperaba, no sé en qué estúpido rincón de mi cabeza llegué a pensar que Thomas podía comportarse como un ser humano normal. Su reacción ha sido tan exagerada que me ha tomado por sorpresa y me ha dado el primer golpe con excesiva precisión partiendo mi labio y tirándome al suelo en cuestión de segundos.

Veo a Rose llorar y me rompe el corazón. Lamento haberla hecho pasar por esto, y sé que ha tomado la mejor decisión al llamar a la policía porque ninguno de nosotros era capaz de parar y por supuesto ella no podía meterse a detenernos. Aunque admito siempre creí que las comisarías eran más tétricas, pero ésta está bastante bien. No nos han encerrado, y estamos sentados esperando que vengan a pagar nuestras fianzas.

No quiero mirarlo porque, en primer lugar, no me interesa cómo está; pero en segundo lugar porque él ha provocado todo esto. Sí, yo he respondido; pero no podía quedarme quieto esperando que me matase. Y es que se ha descontrolado, realmente, como si le hubiese dicho que he dormido con Rose, cuando sólo le he dicho que he invitado a Lexi a salir.

Me duele la cabeza, las manos, el labio partido y con un ojo casi no puedo ver, seguramente debo tenerlo hinchado, me imagino que no lo he perdido. Thomas en cambio tiene la ceja rota, le sangra la nariz y ese es todo el daño que le he hecho porque claro está, yo no estoy ni cerca de acercarme a él cuando de pelear se trata. ¿Cómo podría estarlo? Él es un experto, y yo con suerte un amateur.

Cuando veo entrar a Esteban respiro aliviado, por fin van a sacarme de aquí; medio segundo, hasta que veo a Lexi tras de él y me recuerdo a mí mismo matarlo por haberle contado. Aunque creo que no habría podido disimular los golpes en nuestra cita, pero podría haber dicho que me caí o esas excusas que los hombres siempre dan, que nadie puede creerse.

-¿Estás bien? -pregunta ella llegando a mi lado, hermosa como siempre, mientras analiza mi cara sin atreverse a tocarme. Quiero abrazarla, pero no se acerca lo suficiente y ya me han ordenado que no me levante hasta que me lo digan.

-Todo bien-respondo sonriendo, o intentándolo al menos. Puedo adivinar que no está contenta, y no se bien qué hacer o decir, tampoco la conozco tanto, pero no responde a mi sonrisa y se gira hacia Thomas.

-Eres una zorra Lexi-dice Thomas mirándola y mierda, un segundo luego los policías han vuelto a separarnos porque estoy sobre él golpeándolo nuevamente, y esta vez espero matarlo.

Sé que Lexi grita que paremos, que Esteban intenta agarrarme, y que Rose llora tanto que es probable tengan que hospitalizarla hoy para poder hidratarla, pero no soy capaz de contenerme y solo quiero desfigurarlo hasta que sea irreconocible.

Cuando nos separan, tengo la adrenalina por las nubes y por primera vez entiendo por qué alguien sería capaz de golpear a otro, volvería a hacerlo miles de veces si tan solo volviese a mirarla.

-Ya basta Luca-dice reprendiéndome cuando me sientan nuevamente. Está enojada, y no puedo culparla; esta situación no es la forma en que quería volver a verla. Pero Esteban jamás debió traerla, ni a ella ni a sus amigas y lo miro con reproche para que sepa que la ha jodido.

-Lo siento-me disculpo. Pero nunca antes he dado una disculpa tan falsa, no me arrepiento de nada. Solo quiero que deje de mirarme de esa forma, y vuelva a sonreírme como el otro día.

Esteban se está encargando de todo, como no, y Lexi se sienta junto a Rose y hace la única cosa que no espero, abrazarla. De forma más sorprendente aún, ella responde al abrazo apoyándose en ella y dejando de llorar. Thomas las mira, y creo puedo ver una gota de culpa en sus ojos. Pero no es suficiente, debiese tener culpa por el resto de su vida si fuese una persona medianamente decente, aunque claro está nunca lo será.

No sé de qué están hablando, y me come la curiosidad, pero estoy seguro de que, si vuelvo a ponerme de pie, me van a disparar; y no tengo planes de desangrarme aquí por culpa del imbécil de Thomas, y menos frente a Lexi.

-Vamos-dice Esteban dirigiéndose hacia mí, sin mirar a Thomas.

-Te he pedido que...-intento decir.

-He pagado por él también-dice rápido, pero molesto. –Pero no pienso llevarlo a ninguna parte.

-Yo lo llevo-dice Lexi, captando la atención de todos. Me mira, no esperando mi autorización, ni buscando mi opinión; simplemente advirtiéndome que no tengo derecho a opinar, y no pienso opinar luego de esa mirada; pero me come la rabia, podría llevarme a mí, podríamos conversar, podría explicarle. –A él y a Rose-agrega y luego simplemente sale de la comisaría, sin siquiera despedirse de mí.