Keelan tenía un millón de alarmas encendidas en la cabeza.
No había encontrado a la chica, estaba seguro de que había acabado en su interior y sin protección. Temía por el futuro y eso le estaba carcomiendo la poca cordura que le quedaba.
Al ser esa chica virgen, estaba seguro de que no estaba en ningún control de natalidad.
Ahora mismo estaba casándose para complacer las peticiones de su abuelo... Pero se imaginaba el desastre que sería si se casaba y luego le aparecía un hijo ilegítimo.
Él mismo era el resultado de una relación extramarital y no quería esa vida de deshonra para un hijo suyo... Pero las cartas ya estaban repartidas y sólo esperaba ver qué le tocaba en su turno.
En cuanto la novia entró en la capilla, Keelan supo que era otra chica.
Él no era idiota, esa no era la hija mayor de Pietro Makris.
Había investigado a Elora Makris, demasiado si era sincero; razón por la que sabía que era una joven alta, de complexión delgada y personalidad extrovertida... Definitivamente, la chica curvilínea y bajita que estaba caminando hacia él, no era la mujer que vio en las redes sociales.
Keelan estaba iracundo, no podía creer la desfachatez de Pietro Makris.
Estaba intentando engañarlo en su cara y su abuelo parecía ignorar todo, pues estaba muy tranquilo unos escalones más abajo en el altar.
Observó cómo Makris y su hija (porque él asumía que era la hija menor) avanzaban en su dirección a paso lento.
Keelan respiró profundo y le dio una mirada profunda a su abuelo.
El mayor de los Vasileiou le dio una mirada significativa y Keelan entendió a la perfección lo que su abuelo quiso decir. Él estaba al tanto del cambio de novia.
Definitivamente, su abuelo sabía que esa chica que caminaba hacia su nieto no era Elora Makris.
No era la novia prometida.
Keelan sintió un retortijón en el estómago y luego no pudo evitar sentirse mal por la causa del mismo.
Pero debía ser sincero consigo mismo, estaba aterrado de que ésta esposa sustituta que le habían conseguido fuera poco agraciada.
Elora parecía un poco cabeza hueca, pero al menos era bastante guapa... De sólo pensar en que la sustituta fuera fea o más gorda de lo que se veía en ése vestido vulgarmente ajustado, sintió unas terribles ganas de huir fuera de su piel.
De forma repentina, comenzó a sentirse mal por la chica. Él jamás iba a amarla, todo era un contrato y ella estaba siendo entregada como un cordero al holocausto.
Pensó en lo mal que la debía estar pasando.
¿Quién hacía algo así? ¿Quién sacrificaba su vida entera al lado de alguien que no le amaba por su familia, por el estatus social?
¿Qué clase de hombre trataba a sus hijas como si fueran ganado que podía intercambiarse según se necesitara?
No sabía la razón por la que Elora no se encontraba allí, pero le indignaba un poco.
Ella era perfecta para el papel porque toda socialité tendía a ser insensible y frívola. Eso era lo que él necesitaba.
Alguien a quién llevar del brazo, pero que no esperara a cambio nada más que buena posición y fortuna. Una mujer que lo representara en las reuniones sociales y eventos relevantes de su agenda, alguien que sirviera para crear lazos con otras familias bien posicionadas. Una mujer que supiera llevar el hogar, mantenerlo perfecto para visitas y que estuviera totalmente de acuerdo en mantenerse en casa con los niños.
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ESPOSA SUSTITUTA (Saga Vasileiou I)
Любовные романыAna nunca ha sido el primer lugar... Pero, después de tanto tiempo sumida en una vida solitaria, por fin la vida le da la oportunidad de hacer algo diferente. Ella finalmente podrá ser alguien en la sociedad griega y, al mismo tiempo, salvará a su...