CAPÍTULO 23

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Keelan respiró profundo, intentando cuidar lo que decía.

Tal parecía que todo en sus pensamientos podía ser usado en su contra.

—La verdad, reconozco que me hizo falta verte en todo este tiempo, abuelo... Pero lo último de lo que quiero hablar en este momento es mi matrimonio. —finalmente soltó el más joven de forma tajante, dejando claro que no estaba de ánimos para eso.

—No, si ya me lo imaginaba por tu reacción a mis palabras... Te pareces tanto a mí, Keelan, que en ocasiones ya sé cómo vas actuar antes de que lo hagas. —respondió el anciano.

—Tienes razón... Y siempre te jactas de eso. —admitió su nieto, consiguiendo por fin dibujar una sonrisa en sus labios.

—Por cierto, ¿Cómo es que conociste a Anastasia antes de la boda?—preguntó Bemus intentando una vez más. Vio morir la sonrisa en los labios de su nieto y supo que había cometido un error al seguir presionando.

—Puedes preguntar la cantidad de veces que quieras, Abuelo. No pienso compartir con nadie mi situación o problemas maritales. —informó Keelan y él soltó una carcajada que le confundió.

Definitivamente, había empujado a su nieto hacia la chica correcta, a pesar de que no era quien en el principio él había escogido.

Sólo esperaba tomar las decisiones correctas con sus otros nietos.

Kaia en ese momento era prácticamente inaccesible para él, pero ya tenía planeado cómo iba a hacerla regresar a casa. No era ella quien le preocupaba, no.

El que más le hacía pensar era Kal.

Su nieto mayor era muy cerrado, rara vez compartía voluntariamente con él y se sentía muy preocupado... Sentía que se avecinaba una tormenta.

Kal no era fácil de manipular (a pesar que desde la infancia había cumplido con lo que se le ordenaba), él sabía que iba a darle quebraderos de cabeza próximamente.

Lo veía venir, sobre todo desde que Angelique había regresado a su vida.

Él sabía que esa muchacha no le convenía a su nieto... Pero, ¿cómo demonios se lo metía en la cabeza a la mula terca que tenía por heredero?

Kal había sido criado en riqueza, no en cuanto a status económico, sino en cuanto a la mejor educación, la mejor enseñanza y una crianza rigurosa.

Estaba seguro que (de todos sus nietos) era al que más le habían sembrado el legado familiar.

Kal Vasileiou era su mejor proyecto, por decirle de alguna manera. El mayor de sus nietos y heredero de casi toda la fortuna de los Vasileiou. Él sabía que Kal era excepcional.

De cualquier manera, debía confiar en su instinto, pensó Bemus... O de lo contrario iba a enloquecer.

No se había equivocado al escoger a la menor de los Makris para Keelan, aun cuando Pietro claramente había intentado engañarlo.

La vio y supo que esa chica tenía más fuego por dentro que Elora Makris.

Le recordó a su esposa, sólo por el brillo de sus ojos supo que el destino la quería a ella con Keelan.

Y que los mares de Poseidón se secaran si él no estaba dispuesto a luchar por el bienestar y la preservación de su familia.

De los Vasileiou específicamente.

Su legado iba a trascender, como que se llamaba Bemus Vasileiou.

Al principio se había equivocado, creyó que Elora (al ser conocida por su estilo de vida relajado y socialmente activo) encajaba perfectamente con su nieto.

ESPOSA SUSTITUTA (Saga Vasileiou I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora