Al día siguiente, Anastasia no podía creer que su esposo se había mantenido en silencio por tanto tiempo.
¿Qué acaso él no sentía que la verdad le quemaba la garganta por salir?
Por más que intentó sacarle conversación, él sólo le dijo que no sucedía nada y se acostaron a dormir.
Hubiese estado enojada con él por su actitud, sino es porque él se encargó de que durmieran abrazados la noche anterior.
Aun a pesar de la tensión, Keelan la buscó en la oscuridad y la atrajo contra su pecho; abrazándola y dándole besos en la espalda consiguió que la tensión dejara el cuerpo de ella... Anastasia se derritió sólo con eso.
El hecho de que él la buscara no sólo para sexo, sino para simplemente dormir abrazado a ella, la pudo... Pero igual no soportaba su silencio.
Lo notaba pensativo, taciturno y eso la preocupaba mucho.
Ella estaba segura de que algo estaba sucediendo.
Necesitaba soltar la tensión que sentía, así que pensó en subir a la cubierta mientras su esposo hacía lo que sea que hacía con el capitán.
No podía creer que él creyera que ella era tan tonta como para creerse eso de que no sucedía nada.
¡Ja!
¡Por favor!
Usando su bikini favorito, Anastasia subió a la cubierta y sin muchas ceremonias se sumergió en la piscina.
Nadó un rato, el suficiente como para desestresarse.
Flotó, disfrutando la relajación que eso le traía, y luego salió, dispuesta a comer algún snack.
Sólo que no llegó a comer ninguno, porque la llegada de su esposo (con sólo unos shorts de bañador) la hizo olvidarse de todo.
Automáticamente, sintió cómo subía la temperatura.
Keelan era guapísimo, de la forma en la que sólo los fanfarrones lo eran.
Él sonreía y caminaba con la elegancia de un felino, parecía siempre disfrutar su vida, como si nada pudiera afectarlo.
Parecía que disfrutaba cada momento de su vida, porque la vida misma le sonreía.
Se sentía feliz de que ese hombre fuera suyo, más cuando caminaba sonriendo hacia ella como si fuera lo que más lo hacía feliz.
Ella sentía que podía volar en ese momento, que nada iba a poder detenerla.
—¿Por qué subiste sin mí? —preguntó él llegando hasta ella.
—Tardaste demasiado y quería nadar. —indicó ella como si nada.
—Querías nadar... ¿En bikini? —preguntó él luciendo un poco incómodo por la elección de vestimenta de su esposa.
—¿Está mal usar bikini? —preguntó ella indignada, dispuesta a iniciar una pelea.
—Anastasia... No digo que esté mal, sino que... Me dan celos, no me gusta que otros vean a mi esposa tan sensual en casi nada de ropa. —reconoció él y ella suspiró, no muy de acuerdo con su posición.
—¿Qué diferencia hay entre que lo use yo y que lo use mi hermana, Keelan? Si tenías interés en casarte con Elora, que tiene una foto en bikini como foto de perfil de sus redes sociales, ¿por qué estaría mal que yo use uno? —preguntó ella teniendo un punto y él suspiró.
—Tú no eres Elora. —dijo como robot.
—Créeme que lo sé, mis curvas de más me lo han dejado muy claro, pero eso no significa que siendo "yo" no pueda hacer lo que se me venga en gana. —gruñó y él sonrió.
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ESPOSA SUSTITUTA (Saga Vasileiou I)
RomanceAna nunca ha sido el primer lugar... Pero, después de tanto tiempo sumida en una vida solitaria, por fin la vida le da la oportunidad de hacer algo diferente. Ella finalmente podrá ser alguien en la sociedad griega y, al mismo tiempo, salvará a su...