CAPÍTULO 56

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Pietro Makris entró sonriente a la oficina decorada con caoba.

Él se sentía extrañamente feliz de ver a Bemus Vasileiou otra vez. Anteriormente no eran muy amigos, pero ahora sí que lo sentía como un amigo.

Quizá era por el hecho de qué sabía que su hija estaba embarazada.

Puede que fuera eso y el hecho de que venía una nueva generación, en la que la sangre Vasileiou y la sangre Makris se habían mezclado para crear un nuevo tipo de asociación entre ambas familias.

Una asociación que era más fuerte y valiosa que el dinero y los negocios.

Era una asociación para proteger a Anastasia y el bebé que venía en camino.

—¡Pietro! ¡Qué alegría verte por acá! —saludó Bemus en cuanto lo vio entrar.

—¡Pues alegría la que tengo yo de venir a visitarte! —dijo Pietro como si siempre hubiesen sido buenos amigos.

Bemus sonrío abiertamente.

—¿Quién lo diría? Hace un tiempo, consideraría una ofensa reunirme contigo, pero hoy puedo decir que estoy agradecido; pues apareciste con tu hija en el momento que más lo necesité. —admitió Bemus.

—Aún no entiendo por qué querías casar a tu nieto... Es joven y bien parecido, él podría haber sido capaz de escoger una esposa. —dijo Pietro pensativo.

—Si sé que sería capaz, pero capaz no significa sabio, y yo necesitaba que mi nieto fuera lo suficientemente sabio para aceptar la que yo escogiera... Porque yo iba escoger bien, y tal como pensé... No me equivoqué. —respondió Bemus con seguridad.

—Sí, aún recuerdo tu reacción cuando viste por primera vez a Anastasia. —dijo Pietro recordando ese momento.

—Tu hija menor me recordó a mi esposa, no sé... Sentí como si ella tuviera cierto gesto que me hizo recordar a mi esposa en la juventud. —le contó Bemus un poco conmovido.

—¿A tu esposa? —preguntó Pietro preocupado ante esas palabras.

¡Él sabía por qué Anastasia se le había parecido a su esposa!

¿Cómo era que ese hombre tenía tanto instinto dentro del cuerpo?

¿De verdad había encontrado el parecido entre ambas?

—Con sólo ver sus ojos pude identificar la dulzura en ella... Corrígeme si me equivoco. —pidió.

Pietro negó un poco descolocado.

—No, tienes razón. Anastasia es la más dulce de mis dos hijas, es paciente, tierna e inteligente. —indicó y fijó su mirada en la vista que le ofrecía la ventana.

—Ella es la única, de tus dos hijas, que es dulce... Y también, la única que no comparte tu sangre. —soltó Bemus con conocimiento en el tema.

Pietro se tensó y regresó su mirada sobre su compañero.

Bemus le respondió con una mirada llena de perspicacia.

—¿Cómo sabes eso? —preguntó Pietro un poco pálido.

—Por qué creo que olvidaste que yo también vengo de tener contacto con la mafia. —soltó y Pietro negó rápidamente.

—No, yo no lo he olvidado... Pero, honestamente, me sorprende que sepas del origen de Anastasia. —terció.

— Si lo sé, es porque presté atención al que era mi entorno en aquel entonces. No sé si lo sabes, pero la madre de Anastasia era hermana... Bueno, medio hermana de mi esposa. —informó Bemus.

ESPOSA SUSTITUTA (Saga Vasileiou I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora