—De hecho necesito hablar contigo acerca de un tema bastante delicado. Es sobre mi esposa... Bueno, sobre sus orígenes. La verdad es que pensé en ti hace algunos días, pero no te contacté porque creí que no querrías nada que tuviera que ver con esto, no ahora que tu hijo está creciendo y tu esposa... —dijo el Vasileiou y él se aclaró la garganta interrumpiéndolo.
—Exesposa. —corrigió y su amigo frunció el ceño.
—¿Te divorciaste? —preguntó Keelan asombrado.
—Ella me dejó... Tuvimos un tiempo difícil gracias a mi pasado y ella me pidió que nos separáramos por el bien de nuestro hijo. —contó Alexei a medias.
—Mierda... Yo... Lo siento, amigo. No me quiero imaginar qué se debe sentir eso. Lo siento... —repitió Keelan vuelto un ocho. No pudo evitar pensar en que Anastasia lo podría dejar algún día y se sintió horrible. El pecho se le estrujaba de sólo pensarlo. —Yo... Continuando con lo que te decía; realmente necesito tu ayuda. —admitió Keelan.
—Bien, algo de acción para mi vida aburrida... Pues soy todo oídos. La verdad es, que cuando vine aquí no esperaba encontrarme con algún problema, sólo quería relajarme y pensar... Por suerte o destino, me encontré contigo, viejo amigo. Pero por tu lenguaje corporal, siento que es algo delicado. —explicó Alexei.
—Sí, de hecho lo eso tiene que ver con mi esposa, como te dije, con sus orígenes. —susurró Keelan, mirando hacia la puerta, asegurándose de que nadie estuviera escuchando.
—Con tu esposa, entiendo... ¿Qué sucede? Bueno, en resumidas cuentas, creo que Anastasia está siendo buscada por la mafia. —soltó.
—¡Joder!, ¿por la mafiaaaaaaa?—preguntó con exageración Alexei y Keelan siseó, callándolo.
—Sí, tal parece que su madre biológica es una de las cabecillas... Victoria. —explicó con un tono de voz muy bajo.
—¡Jodida mierda! ¡Es hija de los cabecillas! ¿Cómo demonios...? —intentó preguntar Alexei.
—No de "los"... Más bien es de "la" cabecilla. Y lo peor de todo no es eso, sino el hecho de que me he convertido en un paranoico desde hace algunos días, porque siento que alguien nos está siguiendo y la anda buscando con insistencia. Cuando visitamos la isla, tuve la impresión de que alguien nos seguía y pasé un susto tremendo con Ana, pensé que la habían secuestrado. —explicó.
—Joder, ¡Victoria! —respondió Alexei y soltó un silbido. —Esto no está tan fácil, es la mafia de lo que estamos hablando, Keelan... ¿Y por qué tu esposa y vino a tener sus orígenes en la mafia? ¿Cómo fue que la conociste? —preguntó Alexei. Él sabia de buena fuente que los Vasileiou hace mucho tiempo se habían alejado de ese mundo, con la intención de limpiar su nombre. Sería una idiotez sólo venir y contraer matrimonio con la princesa heredera de la mafia, pensó irónico.
—Bueno, para hacerte la historia más corta, cuando me casé con Anastasia se suponía que era algo más como un contrato, alguna clase de convenio que beneficiaba a ambas partes, pero las cosas ya no son tan frívolas entre nosotros. De hecho me encanta mi esposa; la quiero y está embarazada.—admitió sonriendo y Alexei soltó un bufido.
—¡Está embarazada!... Pues no se nota, lo único que pude ver, fue que tiene unas piernas que... —comenzó a decir a Alexei y Keelan lo miró con cara de pocos amigos.
—Lo siento, no es tan fácil para mí dejar atrás mis costumbres visuales... Pero intentaré mantener la boca cerrada sobre tu esposa... Sin importar lo buenota que esté... —agregó y se ganó que Keelan le lanzara un trozo de hielo al rostro. —¡Ya! ¡Ya me callé! —prometió divertido, al tiempo que ambos reían.
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ESPOSA SUSTITUTA (Saga Vasileiou I)
RomanceAna nunca ha sido el primer lugar... Pero, después de tanto tiempo sumida en una vida solitaria, por fin la vida le da la oportunidad de hacer algo diferente. Ella finalmente podrá ser alguien en la sociedad griega y, al mismo tiempo, salvará a su...