—Papi, ¿Por qué no estás nadando? —preguntó Eliana con suspicacia.
—En realidad no pretendía competir... Sólo quería ver cómo ella nadaba. —respondió el padre sin dejar de mirar desde su posición.
Ella llegó hasta la boya, soltó un aullido de alegría y emprendió su nado de regreso, todo ante la atenta mirada de Basil; quien, por cierto, se encontraba maravillado con la forma del cuerpo de Anastasia bajo el agua.
Esa mujer realmente le atraía mucho, pensó él dándose cuenta de cómo le gustaba observarla y escucharla hablar.
Mientras más la frecuentaba, más le iba gustando lo que podía ver de su forma de pensar y ser.
De pronto, mientras estaba perdido en sus pensamientos, dejó de verla y al darse cuenta, comenzó a tener un mal presentimiento.
Entrecerró los ojos cuando intentó mirar mejor, pero fue imposible.
Se dio cuenta que Anastasia había desaparecido bajo el agua.
Esperó durante unos segundos, intentando no alarmarse sin razón y al ver que no llegaba a la arena (ni se veía en el agua); no lo pensó dos veces y se lanzó al mar con un clavado furioso.
El golpe de su cuerpo al sumergirse en el agua sonó fuerte, pero si el impacto le causo dolor, él ni siquiera lo notó.
Estaba aterrado de que a Ana le hubiese sucedido algo mientras se suponía que él la enseñaba a nadar.
Abrió los ojos bajo el agua y soportó el ardor en los ojos mientras la buscaba desesperado.
El corazón de Basil latía como loco en su pecho, intentando salir de su caja toráxica.
Mientras nadaba, se imaginaba todos los posibles escenarios que hubiesen podido sucederle a la morena y más crecía su culpabilidad.
¡Debió de haber sabido que era muy pronto para ponerla a nadar largas distancias!
Pasaron un par de minutos y nada que veía a Anastasia.
Justo cuando pensó en regresar a la superficie... La vio.
Nado con más fuerzas y estirando su mano, logró tomarla de su brazo.
Tiró de ella hacia su pecho. Logró acercarla a él y en cuanto la tuvo donde quería, tomó impulso, luchando por subir hacia la superficie.
Mientras subía, pensaba en que no la sentía moviéndose contra él.
Asumió que estaba desmayada. Intento moverla un poco y nada sucedió, lo que ayudaba a confirmar su teoría.
Cuando consiguió sacar su cabeza del agua, lo primero que hizo fue intentar subir el rostro de Anastasia.
Vio que ella no se movía y rápido salió a la arena con ella en sus brazos, totalmente flácida.
Consiguió estabilizarse en la arena, cerca de sus hijos e intentó hacer la reanimación.
Rápidamente le dio respiración boca a boca y se alegró mucho al ver que Anastasia escupía el agua segundos después de practicarle los primeros auxilios.
Espero por un rato que ella hiciera algún otro movimiento después de eso, pero nada, no consiguió nada.
Ella seguía igual de inconsciente. Sus hijos se habían acercado y estaban aterrados, aunque mantenían la calma como su padre les había enseñado.
Luego de unos segundos tensos en los que Basil intentó sin éxito despertar a Anastasia, la cargó en sus brazos.
Se desparramaba en ellos totalmente desmayada, su cuerpo laxo.
ESTÁS LEYENDO
ESPOSA SUSTITUTA (Saga Vasileiou I)
RomanceAna nunca ha sido el primer lugar... Pero, después de tanto tiempo sumida en una vida solitaria, por fin la vida le da la oportunidad de hacer algo diferente. Ella finalmente podrá ser alguien en la sociedad griega y, al mismo tiempo, salvará a su...